Estimadas amigas,
Otredad:
Tal vez Ariadna, la señora del Laberinto, una diosa de la tejedura, con sus “hilos” y sus giros, no nos halla abandonado del todo. Aunque Dioniso la castigara por abandonarle por Teseo. Otras veces aparece como Aracne y con el mitema de la ninfa ahorcada. Pero su padre Dioniso la rescató del Hades y se la llevó con su madre, Sémele, todos juntos en el Olimpo.
Diotima:
Diotima:
El sueño de la razón y de este laberinto no nos ha dejado una visión sosegadora, ni demasiado convincente al respecto, el éthos y el lógos se hayan en disintonía.
Desde la polis griega y la ciudad ideal platónica, la razón ha legitimado la esclavitud y ha sido instrumento de sometimiento y humillación; ella ha vehiculado como principio patriarcal la violencia y la brutalidad viriles; ella ha sido medio de sometimiento de la naturaleza y de vejación en tanto que naturaleza de la mujer y el niño. Desde la ciudad griega, la razón ha sido el centro vacío, supraindividual y anónimo, idéntico al ejercicio del poder.
Hoy es en nombre de la razón que se constriñe a quienes tratan de resistir a las coacciones sociales; y los poderes sociales sacrifican como terroristas a los que todavía tienen el coraje de delatar la represión que entraña la univrsalidad falsa de la razón moderna. En nombre de la razón nadie es capaz de criticar las cárceles y mucho menos los manicomios. Ni la razón proporciona el medio por el cual puedan ponerse en entredicho los principios asfixiantes de rendimiento social, en la producción lo mismo que en el consumo. Ni ofrece las categorías capaces de desentrañar la miseria de la vida en los centros de la acumulación económica, ni la fuerza para suprimir el hastío, ni la crítica del sinsentido de la existencia, ni los medios para vencer el agotamiento vital...
Con las armas de la razón no es posible acometer la razón de las armas... En nombre de la razón no puede ponerse en cuestión las cadencias de un trabajo científicamente racionalizado.~
Gracias por venir y un beso!
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