jueves, 7 de agosto de 2008

Diálogos III

El diálogo un poco ya se ha convertido en monólogo.-

Estimado Daven:

Se cometería una falacia de generalización o post-hoc, en tanto mi premisa o base para el juicio no esté legitimada racionalmente por un principio o por una ley universal, de acuerdo con un código ético moral.

Pero otra cosa es la afirmación de la realidad racional contrafáctica, por la que puedo cambiar las reglas del lenguaje y esa realidad, y por tanto poder oponer una objeción a esas leyes de generalización.

Todo esto desde una ley científico-causal cuesta verlo porque tiene que apreciarse con otros elementos como el consenso, o con la realidad racional contrafáctica y pragmática. Y con lo que también Wittgenstein diferenciaba con el nombre de argumentos de validez y argumentos de poder. O la distinción entre un consenso fáctico o “convención” y un “consenso racional” o contrafáctico.

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La filosofía analítica del lenguaje por eso hoy día pone el énfasis en la “intencionalidad” de lo que quiso decir el sujeto comunicante, más que en lo que dijo realmente, de ahí que se diferencie entre un lenguaje ilocucionario y un lenguaje perlocucionario, donde lo relevante estaría en la reacción que queremos provocar en los demás (Austin y Searle, sobre todo).

Y esto tambien se puede analizar así en el llamado ultimo Wittgenstein y en buen seguimiento después con el actual filósofo alemán Jurgen Habermas en tanto a esa lógica se la llama lógica de la argumentación o del discurso que sería una “lógica pragmática” -más bien que la sintáctica o semántica de la estricta lógica formal- que se ocupa de determinar en qué estriba la “capacidad de convencimiento” (Triftigkeit) de los argumentos en orden a la obtención discursiva de un consenso en torno a un juicio dado.

Por “argumento” habría ahora que entender la base o justificación que nos motiva a reconocer como satisfecha la pretensión de validez de dicho juicio, tanto si éste consiste en un aserto como si en un precepto.

Por tanto es muy necesaria la argumentación, cosa que a los científicos o matemáticos os cuesta a veces, pues todo lo medís como si fuese el resultado de una operación, y es necesario la explicación de los motivos que dieron lugar a la base del establecimiento de nuestras premisas.

El carácter precisamente pragmático es lo que hace que diversas funcionalidades de tipo cultural, moral, psicológicas, de hábitos o de socialización estén presentes y sean interpretadas de acuerdo con el valor de la comunidad a que se pertenece. Y con este valor deben ser interpretadas.

Y esto es lo que te permite afirmar que en racionalidad se ha cometido una “falacia de generalización”.

Frente a la “monológica” razón centrada en el sujeto, Habermas nos invita a recurrir a una razon dialógica o “razón comunicativa” (kommunikative Vernunft) cuyo ejercicio implica el diálogo entre los miembros de una “comunidad de sujetos”.

Se trataría de llevar esa generalizacion no al infinito sino a los límites del discurso y de los comunicantes que están afectados por una pretensión.

La teoría de la argumentación racional sólo puede estar basada en el diálogo, y en el reconocimiento de éste es donde se muestra nuestra capacidad de racionalidad.
Y podemos defendernos acudiendo a las herramientas de la persuasión y el convencimiento.

Para ello no sólo necesitaríamos de un principio de corroboración o de inducción o como quiera que la filosofia de la ciencia le llame, sino que sería necesario un principio de “universalización”, destinado a colmar la aspiración de nuestras máximas morales, para decirlo en términos kantianos, a ser también consideradas leyes universales, o bien, a aquello que de “común acuerdo” puedan querer también los demás.

Pero sí caben aquí también las reglas de la inferencia lógica dentro del discurso de la racionalidad, la inferencia de analogía, e contrario, ad absurdum o a fortiori, pero veremos que muchas veces es necesario fundamentar la base de las premisas que configuran el silogismo, y que esto no siempre es fácil, a veces es problemático.

Tambien Wittgenstein después reconoció y dejó claro en sus Investigaciones filosóficas que era posible hablar de la diversidad de lenguajes y diversidad de códigos morales y cada código es un lenguaje como lo pueda ser un paradigma científico.

El lenguaje sería como el hombre un producto a la vez histórico y natural, en tanto que histórico su consideración nos pondría a salvo de cualquier veleidad absolutista, en tanto que natural y dado que -con él- los hombres somos lo que somos y estamos hechos como lo estamos nos permitiría escapar al relativismo.

Luego entonces ahora tendríamos que el ejercicio de la racionalidad ética parece hallarse confinado al interior de un código moral. Cuando hablo de una concepción intralingüítica o convencional quiero decir que en ella el bien y la verdad no nos vendrían dados o impuestos desde fuera sino que serían construídos por nosotros, pero tendríamos una referencia puesta en el principio de universalización también, puesto esto dotaría de consistencia racional a la argumentación moral.
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Y te doy la razón en cuanto a la premisa que has sentado, desde el principio, en estricta lógica “ad subaespecie aeternitatis” se sentaría un mal precedente, de ser así.

Por tanto es mejor explicar los motivos a que han llevado el construirla así e intentar buscar otros valores o funciones a la consideración subjetiva del trabajo de la mujer.
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Las mujeres a veces no somos sino los rehenes de la reproducción de la especie, su derecho a la vida exige que afirmemos su subjetividad, sorprende que los hombres dependientes de la mujeres durante su infancia y vivos gracias a esa dependencia se permitan trastocar hasta ahí las cosas. Desde luego los hombres se apresuran a reconocer que ser madres es dedicarse a cosas materiales y no espirituales. En un increíble gesto de desconfianza se han hecho sospechosas de negarse a preservar la vida el día en que adquieran el derecho a ser ellas. Todas estas generalizaciones las he afirmado en mi propio juicio ético porque lo que quiero en realidad es sentar una realidad racional contrafáctica, un principio de ética que tenga en cuenta la subjetividad y la igualdad de las mujeres, como principio universal.

Y hoy día lo que compromete a nuestra libertad individual (lo que, por descontado, no garantiza que no continúe habiendo alienación, como tampoco garantiza que no continúe habiendo causalidad social)- sigue siendo apremiante, y lo es incluso más que nunca, en la tecnología social de nuestros días, so pena de que ésta se reduzca lisa y llanamente a “ingeniería social”. El problema por tanto no es sólo de las mujeres, también es de los hombres en su identidad y género.

Pero se está poniendo la cosa de una forma que se tendrá que regular muy claramente, la protección o penalización provisional y parcial contra todas las formas de violencia pública o privada que se ejerce sobre las mujeres, lo que debe ser un objetivo que ha de estar regulado claramente en el Código Civil y Penal; así como la regulación del abuso del cuerpo femenino con fines publicitarios o pornográficos; la discriminación en la definición y el uso sexista del cuerpo, de las imágenes, del lenguaje; las violaciones, secuestros, muertes y explotación de niños.

Se trata de encontrar la fórmula jurídica para definir la vida de las mujeres como ciudadanas.
Me dices que he intentado aprovechar un error para “publicitar una causa” y créeme que no tengo a nadie que me siga ni gano nada explicando estas cosas salvo el disfrute que me produce la reflexión ética.

O ¿es que el ser científico te da una conciencia de la realidad superior a la de muchas otras personas que también sufren como tú o que esperan que alguien se acuerde de ellas?

Veo ultimamente mucha violencia y además entre vosotros también, a veces las cosas se solucionan a golpes todavía, lo que yo intento es darle, por eso, autoestimación y confianza a la mujer, esto es muy importante para nosotras, ¡no sabes cuánto lo es! Ya sé que me puedes decir que esto es un argumento emotivista que se mueve por la persuasión psicológica.

Se tiene la creencia de que fuera del terreno de lo científico sólo nos movemos entre la persuasión y el convencimiento -en el mejor de los casos- y en el peor, entre un puro intuicionismo en ética y un emotivismo, que se mueve por corrientes de ideas de acuerdo con la fuerza de ciertas personas más influyentes.

Pero no olvidemos que el sistema de valores común para quienes comparten una forma de vida constituye el presupuesto de racionalidad para la interpretación y la argumentación racional. Pero ante la comunidad social, como auditorio universal, la racionalidad se materializa a través de la persuasión y el convencimiento (Perelman, Habermas y también Wittgenstein).
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Hombres y mujeres están ahora igualados o en vías de estarlo, pero hombres y mujeres no son iguales y orientar el progreso en ese sentido me parece problemático e ilusorio. Por tanto si no sabemos encontrar una racionalidad donde descanse el respeto de la “diferencia” seguiremos actuando con ese sentimiento de incoherencia por ambas partes.

Sé que este tema también está relacionado con la “globalización, con la cultura y las identidades” y si queréis en un futuro se puede emplazar ahí el estudio de este mismo tema, para no estar siempre discutiendo sobre la identidad femenina. Tal vez sea mejor reconducirlo a este otro tema que tiene también una problemática y una visión actual.

En cuanto a ti, Daven, te pido perdón si he herido tu susceptibilidad como científico, pero no me parece bien que al menos en tu fuero interno practicamente me hayas dejado sin derecho a una palabra, estimo por ello que ahora aquí puedo compensarme de ello y espero que en nuevas ocasiones podamos seguir hablando de ética y racionalidad.

Depressive greets from Ishtar, doom or be doomed eternally!!

*(Ishtar, no está considerada en la mitología mesopotámica una diosa madre, ni de la tierra, porque su inspiración no sirve de refugio, sino más bien de inspiración celeste para la acción vital).
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Gustavo Mata
6 de Agosto, 2008 a las 11:22 pm
¡Cuánto aprendo!
Aunque no entienda todo
Inspirada diosa

Rendido ante tu cultura y talento.

Un saludo muy cordial.

Daven
7 de Agosto, 2008 a las 1:03 pm
Estimada señora, señorita pero jamás divinidad:

Por más que retuerza sus palabras y las llene ora con alegatos, ora con oprobios mas luego, en rectificando, con enmiendas y perdones, no me persuade a cambiar ni una sóla sílaba de lo aquí referido.

De lo que usted me atribuye en otros medios o alega en sus propias páginas, no es el caso exponer su discusión aquí. Prefiero afeitarme la barba con sus cuchillos que devolverlos a ciegas.

Desde luego una persona que gasta o desgasta con más de 2000 palabras sus comentarios, tiene una causa, no una opinión. Éste es, claramente, su caso.

Así pues, en contraste seré breve y expeditivo, como suele ser costumbre entre los hombres y mujeres de Laconia:

1) Se atribuye el aserto del comentario de Carmen. No sé por qué razón tiene interés en usurpar su razonamiento, aún cuando claramente no es correcto.

2) “Wittgenstein diferenciaba con el nombre de argumentos de validez y argumentos de poder” en esta y la mayoría de las opiniones que atribuye al austriaco ¿sería tan gentil de decirme cual es su fuente?. Ni en las investigaciones, ni los cuadernos azul y marrón exponen ni residualmente dilemas de poder o moral.

3) Los niveles de la persuasión clásica, anteriores a Galileo son tres: Logos, ethos y pathos. ¿Cúal le parece más oportuna? Mi apelación persuasiva sobre un error se apoyaba en el Logos. Las intenciones y demás buenos propósitos están en el terreno del “ethos”, que aún nos conmueve, o en el más pantanosos del “pathos”, donde en nuestra patria no conocemos su aguijón.

4) Si quiere poner en duda el discurso de la racionalidad, debo poner en evidencia mi mayor laguna en filosofía, jamás he leído a Enmmanuel Kant. Pero desde luego, los lenguajes formales tienen un nivel de convenio y certeza que ha evolucionado durante el siglo XX gracias al trabajo de grandes lógicos cuyos nombres tal vez ignore (Tarsky, Gödel, Pierce y el austriaco). Le recomiendo encarecidamente la lectura del trabajo de Tarsky sobre la verdad en los lenguajes formales.

5) Todo lo que ha aprovechado de mis, creo que oportunas, matizaciones o falsación del argumento de Carmen, no el suyo, es pura demagogia. Y la ha extendido como una mancha de aceite, personalizando en mí todos sus demonios.

Así pues esta es la situación, me quedaría sencillamente petrificado si su mirada pudiera competir con la de la Gargona.

Suyo, pero a distancia oportuna, librando liebres libra a libra
Ajústase la chistera y, espantando moscas, desaparece en las tinieblas a trote de caballo

Lord Gordon Byron, socialiste

ishtar terra
7 de Agosto, 2008 a las 7:05 pm
Estimado Lucifer:

El Wittgenstein de que hablo es el Wittgenstein maduro de las “Investigaciones filosóficas” publicadas postumamente en los años cincuenta. Pero con anterioridad al filo de la primera guerra mundial había publicado otra gran obra, el “Tractatus Logico Philosophicus” que no siendo en manera alguna una obra positivista influyó decisivamente en el neopositivismo.

Para volver al Tractatus de Wittgenstein si el mundo es la totalidad de los hechos está claro que en él no caben los valores, puesto que los valores no son hechos. De donde se desprende que, si el lenguaje y realidad son isomorfos, tampoco en el lenguaje quedará ya lugar para la ética. La ética, por consiguiente, se hallará más allá de lo que se puede decir y habrá que emplazarla a ella también en el dominio de lo inefable, de lo que llamará Wittgenstein lo “místico”, a saber, aquello sobre lo que, no siendo posible hablar más vale guardar silencio.

Los neopositivistas que aplaudieron la consigna wittgensteiniana de silencio la interpretaron en el sentido de que en efecto más vale callar más no porque haya algo acerca de lo cual guardar silencio, sino porque en rigor no hay nada que decir.

Para decir todo esto me baso en textos de filosofía, entre ellos el de Javier Muguerza, “Desde la perplejidad”, catedrático de la Uned de Madrid y miembro de CSIC, actualmente se encuentra ya jubilado, con 72 años, es una de nuestras mejores cabezas.

Y también me baso en un intérprete tan sagaz del pensamiento de Wittgenstein como Derek L. Phillips. La expresión argumentos de validez y argumentos de poder por tanto se refiere a este autor posterior en sus comentarios y no al mismo Wittgenstein, he de corregir.

Solo citaré un párrafo textual de Wittgenstein donde situará la persuasión en un plano diferente al del convencimiento, y por la importancia que tiene para las teorías de la racionalidad:

“Sobre la certeza”: “El juez podría bien decir: ‘ésta es la verdad -en lo que yo puedo conocerla-. Pero ¿qué efecto tendría esta coletilla? (’más allá de cualquier duda racional’). ¿Es erróneo dejarme guiar en mis acciones por las proposiciones de la física? ¿Debo decir que no tengo ninguna buena razón para hacerlo? ¿Y no es precisamente esto lo que llamamos una ‘buena razón’? Supongamos que encontramos gente que no lo considera como una razón plausible. Diciendo que esto es erróneo, ¿no nos salimos ya de nuestro juego lingüístico para combatir el de los demás? ¿Y tenemos razón o sería injusto combatirlo? Naturalmente apoyaremos a nuestro modo de proceder con todo tipo de palabras de orden (de eslóganes). He dicho que “combatiría” el otro juego lingüístico, pero entonces, ¿no le daría quizá razones? Ciertamente sí, pero ¿hasta dónde llegan? Cuando acaban las razones está la persuasión” (Wittgenstein, 1969).
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La interpretación de los neopostivistas (que repito es una corriente que surge a partir de Wittgenstein) es que ellos aceptaron la inmersión de la ética en el más absoluto irracionalismo. Sólo cabe que intentemos contagiar emocionalmente a nuestro interlocutor de nuestras propias actitudes o persuadirle -mediante un hábil despliegue de nuestra capacidad retórica- para que se comporte como nosotros deseamos que lo haga.

Pero ya en las Investigaciones filosoficas y en los inicios de dicho giro lingüístico en la obra de Wittgenstein a quien hemos presentado como un pionero de la concepción del lenguaje como comunicación, esto es, de la concepción pragmática del lenguaje, es lo que marca la ruptura de la filosofía analítica con el positivismo.

La posición de Wittgenstein difiere en consecuencia de la del relativismo ético para el que el lenguaje determinaría lo real y la del absolutista que simplemente invertiría esta relación.

Todos los esfuerzos han venido despues de la filosofia analitica del lenguaje así como también y muy destacadamente de la ética comunicativa de Habermas y la escuela de Frankfurt, en cuanto a la racionalidad y la posibilidad de racionalidad en la ética. Es lo que se ha llamado: “cognoscitivismo y no cognoscitivismo” en ética.
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Evidentemente por todas las cosas que me has dicho o integras la lógica formal en el discurso ético y por tanto hemos de hablar de racionalidad, y partir desde otras filosofias subsiguientes. O por el contrario te quedas con los neopositivistas y a partir de ahi nos abstenemos de hacer un juicio valorativo ético de las cosas.

Sólo serían posibles hacer juicios de hecho, en tal caso.

Arrojaríamos a la ética al mundo de lo inefable y de lo inexistente, pero en buena gnoseología no me parece de recibo y creo que a ti tampoco, porque veo que quieres llevar la logica hasta sus ultimas consecuencias y a veces hasta un formalismo causal que vendría a negar el historicismo y el naturalismo.

O desde luego, no has alcanzado a expresarte, y tengo que deducir de tus entrelíneas los argumentos. Por eso a veces yo me he aplicado en escribir más, para no ser malinterpretada.

Y ¿a qué causa te refieres, entre ellas, a la de la mujer o a la de razón? Pues ambas me importan igualmente, como comprendrás.

En mi forma de entender ni siquiera cabría aquí la escisión entre un mundo de hechos y un mundo de valores. A primera vista sólo existe un mundo, que es el mundo físico, el que se presenta en aprehensión primaria, pues bien ésta es la realidad física, la fuente primaria de todo el conocimiento.

Los hechos se vuelven valorativos, no obstante, precisamente cuando ante su multiplicidad nos vemos obligados a elegir entre ellos. A partir de ese momento, se crea el “logos”, que sería lo que tambien se llaman juicios de segundo orden, o juicios de afirmación. Pero en tal caso el “lenguaje”, el “logos” debe ser un instrumento de afirmación de la realidad primaria. Y no solo eso, el “logos” es también una modalidad física de la realidad, aun cuando tenga su propia caraterización.

Luego si queremos que haya logica e inferencias de razonamiento deberá exitir el mundo valorativo acerca de los hechos físicos. Siendo que la realidad fisica (ethos y pathos) es la que mueve al logos y no el logos el que mueve a la realidad fisica, al menos en su primera aprehensión -esto seria una forma de historicismo o de realismo-.

Por tanto, si de verdad te interesa la filosofia y el razonamiento logico, hay que decir que la division entre logos, ethos y pathos está superada radicalmente por la filosofia fenomenológica a partir de Husserl, si tu prefieres seguir con la filosfía aristotelica y spinoziana allá tú, eres tú el que te condenas al solipsismo en ética y a la logica de las dicotomias. Y es muy probable que la lechuza de Minerva te haya expulsado de sus bosques.

De todas formas, no creo que sea un error partir de todas estas filosofías como tu haces y he elogiado tu intuición para las mismas muchas veces.

Pero reconoces y asumes que hay muchos autores que no has leído. Yo tampoco he leido a Gödel o a Tarsky, pero sí he tenido que leer a los filosofos de la lógica jurídica como Von Wright, Amadeo Conte, Jerzy Sztugold, Jorgen Jorgensen, Eugenio Bulygin. Es reconocer la existencia de diversidad de lenguajes en lógica y diversidad de códigos atendiendo a una comuniad de intereses.

Llegados a este punto tengo que decir que si vas a seguir en ese tono hablando conmigo yo no voy a seguir con esta conversación, puesto que lo considero una falta de lealtad hacia mi persona que se me trate con esa increíble desconfianza. Creo que nos conocemos desde septiembre pasado, ya va a hacer casi un año. Y aunque sé que te gusta reflejar la intensidad de tu emoción en tus razones y argumentos no creo que pueda tolerarlo, mas cuanto la demagogia para mí sería esto, el no querer mostrarse abierto a ningún tipo de razonamiento o diálogo. Y ademas la imposibilidad de alcanzar ningún consenso aunque sea mínimo.

Ahora estoy leyendo o releyendo “Etica minima” de Adela Cortina, en nuestro país tenemos buenos filósofos y pensadores. Y ella es una mujer para mí ejemplar, catedrática de Etica en Valencia. Y en cuanto a las teorias de la argumentacion racional se pueden leer a Habermas, Alexy y a Manuel Atienza.

A mi amiga la Gorgona te la mando desde aquí, tres hermanas monstruosas llamadas Esteno, Euríale y Medusa. De ellas, Medusa era mortal, las otras dos inmortales. Las tres tenían el mismo aspecto espantoso: las serpientes se enroscaban por encima de sus cabezas y alrededor de sus cinturas, poseían alas, garras y unos afilados colmillos.
Su mítica existencia está estrechamente vinculada a la del héroe Perseo, hijo de Zeus y Dánae, que dio muerte a Medusa y esta petrificó con su mirada al Monstruo Marino.

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Hails ….till Satan!!!! Evil never dies!!!!

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Ishtar, on a car thrown by seven lyons!!





Daven
8 de Agosto, 2008 a las 12:24 am
Estimada divinidad dadivosa en palabras:

Así pues, creo entender que conoce las ideas del austriaco a través de terceros. Vaya, y yo que he leído todos esos textos: TLP, los cuadernos azul y marrón, las investigaciones y “on certainly” -su última obra-, además de investigaciones sobre los fundamentos de las metemáticas y también sobre la rama dorada de Frazer. He perdido el tiempo, porque desde luego la interpretación que hice de mis lecturas no fue que Wittgenstein “diferenciaba con el nombre de argumentos de validez y argumentos de poder”. Eso no está escrito en ninguna obra del austriaco que yo “directamente” conozca. Debe ser porque soy más “luterano” que “católico”. Pero esas grandes cabezas son honradas, al igual que son honradas todas las que las admiran.

Logos, ethos y pathos son los caminos principales de todos los recursos retóricos que conozco. Su realidad “gnoseológica” fuera de la persuasión solo me interesa dentro del “logos”. Que me hable usted de Husserl me indica que, o bien soy tan obscuro como el de Efeso, o bien prefiere no entender lo que escribo. La antythesis, una de mis figuras favoritas, es una forma retórica creativa del “logos” derivada de la “identificación de contrarios”. Así que cómo pudiera condenar las dicotomías. Pero usted es una mujer íntegra, así como todas aquelas que en su blog la jalean.

Sobre la ética, mi idea es clara y coincide con los principios orientales: ésta se practica, no se publicita, ni se coquetea con sus lazos de seda o sus racimos de parra. Hágase el favor de leer el fundamental fragmento de los escarabajos encofrados de las investigaciones filosóficas (de forma directa), si en algo le interesa mi opinión convergente con el austriaco sobre la “exposición” del intuicionismo y los leguajes privados. Sin embargo, usted me rebaja por “arcano”, circulando alrededor de mí filósofos que afirma como “superados”, cuando ni siquiera se toma la molestia de interpretar mis pensamientos -qué son míos- y no interpretaciones de otros cráneos privilegiados, Ah! Bien cara he pagado mi ambición. Pero Isthar es una diosa honrada, igual que son honrados todos sus adoradores.

Sé perfectamente que soy irritante, que produzco escozor, que la gente no me aguanta y que, posiblemente aunque no lo crea, sea el más cruel y sádico de los hombres. Pero:

“No es que me falte amor por los hombres, sólo que prefiero a la Naturaleza” Childe Harold’s Pilgrim

Lord Gordon Byron

P.D. Contesto a su pregunta: Claramente su causa es la de la “mujer”, no la de la “razón”. No son contrarios “absolutos”, excuso decir.

Para aumentar su auto-estima le invito a hacerse un buen regalo, y disfrute usted misma de las “Investigaciones Filosóficas”. Honrados son los hombres que ante la falta de virtud no se arrodillan, siguen caminando, ciertamente, su “propio” camino.

ishtar terra
8 de Agosto, 2008 a las 12:44 am
Extraigo un comentario tuyo desde Libro de arena, para que veas que tengo recogidos más de un pensamiento de ti, y que he intentado aprender de ti mucho, y lo he reconocido también. Aquí es donde está el texto que mencionas de Ludwig Wittgenstein.

lo dijo Daven 12 Febrero 2008 | 06:50 AM

Estimada señorita:

Para empezar creo recordar que el cuadro que ilustra su artículo es de Caspar David Friedrich, icono del movimiento romántico al que tuve la desdicha de iniciar.
De las dos vías que usted apunta ambas son condicionantes. No habría espíritu humano sin cultura (y el Romanticismo es prueba de ello, es una reacción conservadora e individualista contra la Ilustración). No seríamos la especie explotadora de la Naturaleza sin haber competido con otras especies (No quedan más que restos de la rama Homínido salvo los que estamos aquí).

Así pues, negar los condicionantes que nos han puesto aquí y ahora es absurdo. Sin embargo, por pura materia genética y cultural somos individuos irreproducibles (esto sin contar con la clonación y los medios homogéneos de aprendizaje). Para comenzar a arrojar luz, la antropología moderna propone modelos estructurales (Levi-Strauss), teselas de comportamientos en los que cada individuo es un punto dentro de una red a nivel de relación familiar, modelo de comunicación y espacio espiritual.
Para cerrar el circuito de condicionantes, sugiero añadir modestamente estos dos:

- El condicionante económico. Los individuos nacemos en sociedades que a nivel geográfico y local nos hace depender de un modelo de subsistencia determinado de acuerdo con segmentaciones mercantiles.

-El condicionamiento lingüístico. Puesto que compartimos localmente un mismo idioma, tenemos un modelo de referencia de pensamiento encajado en tal idioma. No podemos aportar nada que no sea expresable y transmisible a nuestros prójimos. Hay una paradoja al respecto de Ludwig Wittgenstein sobre los hombres que tenían escarabajos en un cajón y hablaban de ellas, siendo regla de este juego no poder observar el escarabajo del otro. En este juego de lenguaje lo irrelevante es si hay o no hay escarabajos en las cajas. (Investigaciones Filosóficas. L.W.)

Si cree que el cuadro es funesto, me parece muy bien optar por la rebeldía. Siempre que no sea bajo el precio de abandonar la consciencia. Queda la singularidad de cada individuo, sus oportunidades vitales y sus decisiones. Aún teniendo tales condicionamientos y siendo seres sociales, hacemos música, creamos libros irrepetibles, y existe la inspiración tanto artística como científica, con mayor o menor modestia en cada individuo. Queda así apaciaguado el dilema. Cualquier salida hacia el irracionalismo es pura perdida de consciencia, nigromancia y protesta contra el progreso. Platón no trató de hacer otra cosa y su coste se ha extendido por todos los siglos.

Queda suyo, muy apacible, haciendo Chi-Kung

Lord Gordon Byron, socialiste

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