sábado, 7 de junio de 2008

el nihilismo

El nihilismo, del latín nihil (nada) e ismus (doctrina, movimiento, practica de) es la "actitud" filosófica, puesto que no es una tendencia filosófica estrictamente definida, de negación de todo principio, autoridad, dogma filosófico o religioso. El nihilismo es una posición filosófica que argumenta que el mundo, y en especial la existencia humana, no posee de manera objetiva ningún significado, propósito, verdad comprensible o valor esencial superior, por lo que no nos debemos a éstos.
El nihilismo hace una negación a todo lo que predique una finalidad superior, objetiva o determinista de las cosas puesto que no tienen una explicación verificable; por tanto es contrario a la explicación dialéctica de la Historia o historicismo. En cambio es favorable a la perspectiva de un devenir constante o concéntrico de la historia objetiva, sin ninguna finalidad superior o lineal. Es partidario de las ideas vitalistas y lúdicas, de deshacerse de todas las ideas preconcebidas para dar paso a una vida con opciones abiertas de realización, una existencia que no gire en torno a cosas inexistentes.
En este sentido el nihilismo no significa creer "en nada", ni pesimismo ni mucho menos terrorismo como suele pensarse, si bien estas acepciones se le han ido dando con el tiempo a la palabra. De todas formas hay autores que al nihilismo, entendido como negación de todo dogma para dar apertura a opciones infinitas no determinadas, le llaman "nihilismo positivo", mientras que al sentido de negación de todo principio ético que conlleve la negligencia o la autodestrucción le llaman "nihilismo negativo" (Tambien se les conoce como "activo" y "pasivo").


Concepto filosófico [editar]
El nihilismo tiene antecedentes muy antiguos y se encuentra ya en algunos textos filosóficos hebreos, como el Eclesiastés. Entre otros filósofos ecuménicos que han escrito sobre esta materia se incluye a Friedrich Nietzsche y a Martin Heidegger. Nietzsche describió a la cristiandad como una religión nihilista porque evadía el desafío de encontrar sentido en la vida terrenal, y que en vez de eso crea una proyección espiritual donde la mortalidad y el sufrimiento eran suprimidos en vez de transcendidos. Nietzsche creía que el Nihilismo es un resultado de la muerte de Dios, e insistió en que debía ser superado, dándole de nuevo significado a una realidad monista. Buscó un idealismo pragmático en vez del idealismo cósmico de Schopenhauer.
Heidegger describió al nihilismo como el estado en el que no queda nada del ser en sí, y argumentó que el nihilismo se apoya en el reduccionismo del Ser a un mero valor. El nihilismo es el proceso que sigue la conciencia del hombre occidental y que quedaría expresado en estos tres momentos:
El nihilismo como resultado de la negación de todos los valores vigentes: es el resultado de la duda y la desorientación.
El nihilismo como autoafirmación de esa negación inicial: es el momento de la reflexión de la razón.
El nihilismo como punto de partida de una nueva valoración: es el momento de la intuición, que queda expresada en la voluntad de poder, en quien se expresa a su vez el valor de la voluntad.
Esta es la base sobre la que ha de construirse, según Nietzsche, la nueva filosofía. El hombre provoca, en primer lugar, la muerte de Dios o la destruccion de los valores caducos. En segundo lugar, el hombre toma conciencia plena del fin de estos valores o de la muerte de Dios y se reafirma en ella. En tercer lugar, y como consecuencia de todo lo anterior, el hombre se descubre a sí mismo como responsable de la destrucción de los valores o de la muerte de Dios, descubriendo, al mismo tiempo, la voluntad de poder, e intuyendo la voluntad como máximo valor; asi se abre el camino a unos nuevos valores.
Popularización del término [editar]
Aunque el término fue popularizado por el novelista ruso Iván Turgenev en su novela Padres e hijos (1862) para describir las visiones de los emergentes intelectuales radicales rusos, la palabra nihilismo fue introducida en el discurso filosófico por primera vez por Friedrich Heinrich Jacobi (1743–1819) en una carta enviada a Fichte en 1799.
Jacobi usó el término para caracterizar el racionalismo, y en particular a la filosofía crítica de Immanuel Kant con el fin de llevar a cabo una reductio ad absurdum según el cual todo el racionalismo (la filosofía como crítica) se reduce a nihilismo, y por lo tanto debe ser evitado y reemplazado con un retorno a algún tipo de revelación o conocimiento trascendente.
Los intelectuales que describió Turgenev en su novela eran principalmente estudiantes de clase alta que estaban desilusionados con el lento avance del reformismo. En Padres e Hijos Turgenev escribió "Nihilista es la persona que no se inclina ante ninguna autoridad, que no acepta ningún principio como artículo de fe", en el sentido de persona crítica con todo lo que le rodea. El portavoz principal de esta nueva filosofía fue Dimitri Pisarev (1840–1868).
La palabra pronto se convirtió en un término de burla para las generaciones más jóvenes y radicales. Se utiliza a menudo para indicar un grupo o filosofía caracterizado por la falta de sensibilidad moral, creencia en la verdad, belleza, amor o cualquier otro valor y ningún respeto por las convenciones sociales actuales.
En la película "The Big Lebowski" (1998), Walter, el personaje de John Goodman, dice de un grupo de nihilistas: "Di lo que quieras sobre los principos del Socialismo Nacionalista, Nota, al menos es un ethos."


El nihilismo ruso [editar]
Desarrollo [editar]
El fenómeno cultural ruso conocido como nihilismo se desarrolló durante el reinado de Alejandro II (1855 a 1881), zar de carácter liberal y reformista. La década de los sesenta es considerada como la década del nihilismo. La pérdida de la guerra de Crimea (1854-1856), la apertura del régimen al exterior (apertura no sólo económica, también cultural e ideológica) y las relativas libertades concedidas por el zar – por ejemplo en prensa – sirvieron de caldo de cultivo para esta nueva subcultura. De carácter fundamentalmente intelectual, el nihilismo representó una reacción contra las antiguas concepciones religiosas, metafísicas e idealistas. Los jóvenes nihilistas, retratados como rudos y cínicos, combatieron y ridiculizaron las ideas de sus padres. Su sinceridad rayaba la ofensa y el mal gusto, y esta actitud fue lo que más pareció definir a este movimiento. La actitud despectiva y negativa quedó perfectamente retratada en el personaje Bazarov de la novela Padres e Hijos de Turgenev.
En el extremo sentimentalismo de los padres, éstos jóvenes sólo veían una forma de hipocresía. Observaban como sus románticos padres explotaban a sus siervos, maltrataban a sus esposas e imponían una disciplina estricta en sus hogares, y paradójicamente luego se dedicaban a hacer poemas y exhibir un comportamiento ridículo, como ilustró posteriormente el conocido anarquista Kropotkin en sus Memorias de un revolucionario (1899). Los nihilistas rechazaban y abandonaban en nombre del progreso, todo lo que no podía ser justificado científicamente, como supersticiones, prejuicios y costumbres. Criticaban las posiciones esteticistas en el arte por recrearse con la belleza en abstracto y carecer de una utilidad social real. Adoptaron también postura ética utilitarista denominada "egoísta racional" en base a la cual buscaron redefinir las relaciones sociales en ámbitos como el de la amistad, el amor o el laboral.

andrómeda

No hay comentarios: