sábado, 14 de junio de 2008

Las relaciones humanas


Las relaciones humanas

Yo creo que a modo de salvación volvemos a buscar nuestras referencias en nuestro mundo anterior, la relación con la infancia, con nuestra primaria socialización. Se ha venerado ciegamente hasta el fetichismo religioso la relación madre-hijo. A modo de lo que se han llamado las genealogías cruzadas, yo por ejemplo tomé ese modelo más de la relación padre-hija. Pero después llevé una beligerancia y busqué modelos masculinos completamente opuestos al de mi padre, tal vez para volver a encontrarme con el mundo de la madre y con el mío propio.
Primero creamos una rivalidad con ese modelo, que nos hace estar cómodos, porque así nos defendemos de él, pero después nos damos cuenta que la realidad nos ofrece otros modelos y con ese planteamiento interiorizado y con estos otros se puede crear una idealización subjetiva o una aspiración futura mientras que con el otro, el modelo maternal o de la infancia, uno se defiende porque le da una seguridad ya sabida, (aunque se trate de un modo necesario de protección también).
Es decir, con lo conocido se ofrece una resistencia porque nos da seguridad y con lo desconocido permanecemos en una situación idealizada. Con estos modelos opuestos podemos elegir una esposa o un marido o un amigo y ver que en nuestro interior no hemos sabido elegir bien.
A veces por eso, permanecen incultas muchas relaciones de amistad que no terminan de fraguar, porque falta algo que las descubra como una foma desvelada de novedad y de misterio.

Sólo expresa denegación, y permanece en un perpetuo paso al acto inculto, en un artificio, no constituye un verdadero estatuto cultural humano.
Así es como concebimos la relaciones humanas, en un perpetuo acto inculto.
Pero yo actualmente tiendo a espiritualizar cada vez más mis relaciones, y que por este motivo he perdido o suspendido la comunicación con varias personas o amigos, pero sin embargo he ganado otros que ahora me aportan más.
Entre un utilitarismo moderado y un racionalismo que me ayude a escapar de un intuicionismo o un emotivismo, tiendo a buscar la verdad a través del diálogo, e intento no aislarme.
Dicen que el dinero no da la felicidad, ni la religión, ni siquiera el deporte. Pero sí en cambio el hecho de que nos interrelacionemos, y de que hagamos unas relaciones mejores y más humanas.
andrómeda

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