martes, 6 de noviembre de 2007

liberación




La liberación, si efectivamente uno se empeña en ella, debe proceder de nosotros: no hay que buscarla en otra parte, en un sistema completamente acabado o en alguna doctrina oriental. Empero esto es lo que ocurre en numerosos espíritus ávidos, como suele decirse, de absoluto. Pero su sabiduría es un plagio, su liberación un engaño. Busquemos en las cosas que se nos proponen.


Un abrazo


A sylphides:


Ante el mortal vacío -que como bien dices puede ser impuro- yo me inclino hacia una plenitud catártica que me he creado.
Por eso, naná, soy un enamorado del Romanticismo decimonónico, porque vino a idealizar, mitificar y embellecer las lagunas de la historia y el arte. Quizá fueran engañosas, pero daban vida, y para mí, lo que da vida, es cierto, lo que mata, no.

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