lo dijo edmundo:
¡Imposible amar de otra manera que odiando! Si probáramos su inexistencia en un atestado sin precedentes, nada podría nunca suprimir la rabia mezcla de lucidez y de demencia de quien necesita del amor para aplacar su sed y con más frecuencia de odio.
¿Qué importa que exista o no si a través de él nuestra lucidez y nuestra locura se equilibran y nos calmamos abrazándole con una pasión mortífera?
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