Sobre quién volcar el odio, esa sería también la otra gran cuestión. Cuando no podemos, cuando la educación, todo lo que nos envuelve nos hace ser prudentes, estamos intimidados a cada segundo, por no excedernos, por ser correctos.
Al final, dónde volcamos el odio, casi siempre lo hacemos en la persona más inocente, la que debería comprendernos siempre.
A veces te veo por eso en la posición de la madre para mí, eso es todo.
O en otros casos, sería la posición misma del diablo que puede más que se yuxtapone y me lascera con sus envidias y enconos.
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Clitemnestra
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