viernes, 4 de abril de 2008

la madre es el principio y el fin


Ana dice:
La madre es el principio y el fin. La serenidad es la fuerza que da empuje para seguir sin perder tiento en momentos adversos.
El fuerte está sobre sus pies de barro. Resistir sin caer, aunque te balancees y te bandeen.
Besos :)

3 Abr 2008 12:48 PM # zenon dice:
Amiga mía,
Lo has clavao, que se dice en vulgata.
Es cierto, hoy en día la vulgaridad se impone. La excelencia es arrojada a la cuneta, infamada y calumniada. El que se esfuerza es sospechoso, si lo hace fuera de la utilidad política y socialmente "correcta".
¿No ha sido siempre así? Esta sería la cuestión. Tengo para mí que, en otras épocas, le excelencia se cultivaba sólo en las clases dominantes (las explotadoras, si se quiere). Pero siempre me ha sorprendido, leyendo biografías de gentes siglos pasados, que los que accedían a los estudios, ya niños, con diez u once años, habían leído a Ovidio o a Homero ¡¿Cómo un crío de esa edad puede leerse tales cosas que, hoy, matarían de aburrimiento al 99,99% de los ciudadanos!? Lo ignoro; pero conozco a algunos pocos que se tragaban unos tostones a esas tempranas edades...están mal vistos, y deben ocultar tan feos vicios de infancia viendo treinta veces la Prety Women esa.
En cuanto a la madre: la madre es la Muerte. La madre de los héroes, la madre de los valientes, la madre de los reyes...Ellos no temen a la muerte: una muerte gloriosa, ejemplar es su anhelo. Dejar en la memoria de las generaciones una gesta inmortal, la vida entregada por el honor o la patria...
Para el populacho la madre es la que nos dio el pecho, la que nos enseño urbanidad, educancia y, sobretodo, a obedecer. El populacho, odia la muerte. Para él la religión de la mediocridad, en la que la salvación la pone otro, un héroe, el que entrega su vida por nosotros...
No es que yo crea en esto (ya sabes que divago...) pero un discurso capaz de engendrar tal belleza, algo tendrá que merece ser salvado.
En ese sentido, la educación que se imparte y planifica para las masas de futuros trabajadores, no pretende la excelencia porque no la necesitaran nunca, pues el objetivo que deberán tener en sus vida es un salario lo mayor posible, dentro de un orden.
Y algunos tontos creímos que la democracia llevaría la cultura de la excelencia a las capas populares. Soñaba con filósofos que al mismo tiempo fueran zapateros, con poetas que movieran las máquinas de las fábricas, con geómetras que trabajaran de dependientes en un ultramarinos o teólogos camioneros. Hoy esas ideas causan risa, cuando no escándalo. "¡Eso, gritan enfurecidos, no es rentable.!"
No sé, no sé... pero algo huele mal en los ministerios de educancia.
¿No empezaran a sobrarnos didactas adictos a Piaget?
No se; pero es un milagro que aún queden gentes como vos y Raven y tantos otros que voy encontrando por acá.
Un beso
zenon

(pta: contesté a tu último y amable comentario
http://www.lacoctelera.com/zenon/post/2008/04/01/inicio-actividad... )

4 Abr 2008 02:13 AM # clitemnestra dice:
Hola, me congratula saludar a nuevos y viejos amigos.

Ana, cuánta verdad es lo que dices y tan bien, gracias.

Zenón, es muy complicado en verdad. No me gustaría decir que todo es vulgaridad, ni que se tratase de una igualación por abajo.

Se trata de que nadie nos puede recoger nuestras vestiduras y que nos la tenemos que apañar para hacerlo nosotros casi todo. Sería como mezclar el ideal guerrero y el del señor en un sólo prototipo de hombre, un hombre más completo y mas insobornable si cabe. Pero por lo mismo dado a toda la clase de estrategias y vericuetos con los que la racionalidad campea por sus propósitos.

Pero no soy pesimista de todo con respecto al hombre moderno y a su capacidad de mantener como lo ha hecho desde hace tiempo la gran valía y el acervo cultural propio.

Pero sí creo que está falto de valores, en definitiva, y que no valora a la madre, sino como un cuerpo que se consume, que no valora siquiera al padre, ni a su nombre, se desposee y se posee de él como bien le conviene.

Y así estamos. Pensemos bien qué alternativas hay. A mí me da la sensación que tú has optado por la vida cerca del campo y una vuelta a una forma más natural y más alejada de la tecnología y el consumo.

Me alegro mucho de tu comentario, ya leí el tuyo también en su momento, y a la espera quedo de tu inicio en la actividad del pensar y coincido con esa definición que adoptas de lo que consiste esa actividad.

Un abrazo para ti y otro para Ana.

Pd: Quiero sólo, Zenon, corregir que el nombre de nuestro amigo común no es Raven, sino Daven.
~
el mundo se lo comen
Lo que sí es cierto es que hoy día las clases se solapan unas a otras, el ideal guerrero con el ideal del señor o del noble.
No por ello quiero decir que esté falta de valores, pero sí que hay una cierta arbitrariedad, en cuanto estos dependen más de nosotros mismos y no de lo que piensen los demás o las instancias externas.
En este aspecto estoy de acuerdo por ejemplo con Cyrano, en un modelo liberal.
Y en cuanto a que cualquier persona debe asumir sus propios valores dentro de su vida.
Lo que dices Pasolosdías es una consecuencia natural del hombre que se vale por sí mismo, no debe sentir culpa, ni debe sentir apego a un lastre cultural o alguna otra cosa, por eso decía que este mundo es de quien se afana por salir adelante.
Y por supuesto es más cómodo planteárselo desde una postura de llegada, pero de entrada partimos casi sin nada.
Por tanto, en esto me sumo a lo que dice Homero, cada persona es un mundo, desde luego yo no me considero de éxito pero lo que tengo me lo he ganado yo, desde luego.
Y los restantes comentarios más acordes con hacer partícipe esa idea más humana de la receptividad maternal, para hacer el contrapunto a la otra idea contraria pues no tengo mas que añadirme a ellos. Saber recibir es tan importante, sobre todo, cuando hacemos recuento y somos maduros en la vida.
Es cierto lo que dices, Bohemia, que el mundo se lo comen, lo construyen y lo devoramos nosotros mismos.
Ahí quizá está la clave de saber construir algo en sentido positivo.
Un beso a todos y gracias por venir y participar.
~
Andrómeda

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