lunes, 10 de noviembre de 2008

Liberalismo libertario y filósofos libertarianos

Von mises




Libertarismo [editar]
Mises fue, con su renovación del liberalismo clásico a través de la Escuela Austríaca de Economía, uno de los principales mentores espirituales del liberalismo libertario y su obra La acción humana (1949) ejerció gran influencia en intelectuales de raigambre austríaca como Friedrich Hayek, Murray Rothbard, Hans Sennholz, George Reisman, Ralph Raico, Leonard Liggio, Tibor Machan, Peter Boettke, Roger Garrison, Joseph Keckeissen, Jesús Huerta de Soto, Israel Kirzner, José Luis Tapia Rocha y Alberto Mansueti. Pero también fue vital para economistas no pertenecientes a su escuela (la mayoría de ellos Premios Nobel) y pensadores de muy diferentes áreas: Max Weber, Joseph Schumpeter, Oskar Lange, Henry Simons, Lionel Robbins, Maurice Allais, Milton Friedman, John Hicks y la lista sigue hasta el actual economista experimental Vernon Smith entre tantos otros. Von Mises murió en 1973 en el hospital St. Vincent de Nueva York..
Relación con Ayn Rand [editar]



Por intermediación de Henry Hazlitt (periodista económico autor del librito clásico La economía en una lección), Ludwig von Mises conoció a la célebre filósofa y escritora objetivista Ayn Rand, de quien ya había leído El manantial, habiéndole gustado mucho. Ayn Rand, que ya tenía una cierta notoriedad pública en Estados Unidos, comenzó una campaña concertada para dar a conocer la obra de Von Mises: publicó recensiones de sus libros, lo citó en sus artículos y discursos, asistió a varias conferencias de Mises y, en fin, recomendó su lectura a sus seguidores. Varios economistas han afirmado que es en parte gracias a los esfuerzos de Ayn Rand el que la obra de Mises haya llegado a su audiencia. (Fuente: The Passion of Ayn Rand, de Barbara Branden)





El liberalismo libertario (del inglés libertarianism), es una filosofía política antiautoritaria que surge del liberalismo y que afirma la vigencia suprema de la libertad fundada sobre los derechos individuales (o de primera generación o libertades negativas), es decir, el derecho natural del individuo sobre su vida y sobre su propiedad privada, cuyo límite no es otro más que el derecho ajeno.
Hay algunas interpretaciones del liberalismo libertario, todas comparten como principio la afirmación de la intrínseca libertad negativa y eficiencia del libre mercado y la mínima intervención estatal -o inclusive nula- en cualquier aspecto de la vida[1]. Para los libertarios, toda relación humana debe ser producto de pactos voluntarios y la fuerza sólo puede emplearse legítimamente contra otros de manera defensiva o ante el incumplimiento de un acuerdo (principio de no agresión).



Derecha o izquierda [editar]
En sus orígenes de los 60/70 el libertarianismo surge como una facción contracultural y antisistema de la derecha, basada en valores antiautoritarios compartidos con la originaria New Left, como el antiestatismo, aunque diferenciándose en su espíritu individualista pro mercado y anticomunista. Otro punto en común del libertarianismo con la New Left es la compatibilidad de sus principios de aislacionismo y antiimperialismo respectivamente, por ejemplo ambas tendencias eran originalmente antibelicistas aunque con diferente talante: mientras la nueva izquierda decía "haz el amor y no la guerra", los libertarianos manifestaban "haz comercio y no la guerra".
Con frecuencia se concibe al libertarianismo como una doctrina de "derecha", lo cual sin embargo es errado, debido a por lo menos dos razones. En primer término, en cuestiones sociales más que en las económicas, el libertarianismo tiende a ser de "izquierda". Se opone a la legislación que restringe las relaciones sexuales privadas consensuales entre adultos (e.g., el sexo gay, el sexo no marital, el sexo no convencional), a la legislación que restringe el uso de drogas, a la legislación que impone posturas o prácticas religiosas sobre los individuos, y al servicio militar obligatorio.[2] En segundo término, además de la versión mejor conocida del libertarianismo (el libertarianismo de derecha) existe también la versión conocida como "libertarianismo de izquierda".
En su rivalidad ética e ideológica con los socialistas y comunistas gran parte de ellos se acercaron coyunturalmente a los conservadores, a pesar de las profundas diferencias de programa, esto dió como resultado un cambio de la identidad libertariana en los 80 hacia una imagen menos rebelde y más moderada y conciliadora, y en algunos casos hasta clasista. Esto porque muchos de ellos suelen ver en la burguesía a la clase social de los hombres y mujeres que sostienen la sociedad occidental y que por tanto promueven la libertad desde su interpretación liberal. Históricamente esta tendencia no sólo se ha opuesto al intervencionismo estatal sino también al movimiento obrero (sindicatos, contratos colectivos, huelgas, etc.), a la distribución del ingreso, y más recientemente al movimiento ecologista, catalogándolos de enemigos de las libertades liberales.




Teoría de la justicia [editar]
El libertarianismo sostiene que inicialmente los agentes tienen propiedad total sobre sí mismos y poseen poderes morales para adquirir propiedad sobre cosas externas bajo ciertas condiciones. Normalmente se le concibe como una teoría de la justicia, en el sentido de los deberes que nos debemos a cada uno. Así entendido, el libertarianismo guarda silencio sobre los deberes impersonales que podamos tener (i.e., deberes para con ninguna persona). El libertarianismo puede entenderse como un principio básico o como uno derivativo. Por ejemplo, se le puede defender sobre una base de utilitarismo o sobre una de contractualismo.[1] Sin embargo, talvez principalmente se le puede entender como una doctrina sobre derechos naturales (o incluso como una doctrina sobre el uso de la fuerza no consensual). La primera exposición conocida de algo cercano al libertarianismo es atribuible a John Locke.[2] La defensa contemporánea más influyente se encuentra en la obra de Nozick.[3]






Principio de no agresión [editar]
"El liberalismo libertario mantiene que la libertad de una persona para disponer de su cuerpo y de su propiedad privada del modo en que estime oportuno debe de ser ilimitado, siempre y cuando esa persona no ejerza coerción sobre otras personas." Los liberales libertarios definen "coerción" como el uso de fuerza física, la amenaza de usarla o el fraude, que altere o pretenda alterar el modo en el que un individuo vaya a usar su cuerpo o propiedad. El principio liberal libertario prohibiendo la coerción se conoce como principio de 'no iniciación de la violencia' o de 'no agresión', y muchos liberal libertario lo consideran como el principio definitorio del cual manan todas sus demás convicciones políticas.
Una forma de ver esto y que seguramente es aceptada por la mayoría de los liberales libertarios es que los grandes capitalistas son quienes mayor poder de influencia tienen sobre los gobiernos nacionales para obtener de éstos acciones que les beneficien y por lo tanto el principio de no agresión es en realidad una garantía de los individuos (débiles frente al poder del Estado) para que la fuerza no sea utilizada contra ellos en beneficio de los intereses más poderosos e influyentes.
Hay anarquistas e incluso mismos libertarianos consideran que hay libertarianos que defienden lo que a veces se denomina liberalismo vulgar y que vendría a ser, según su opinión, el capitalismo monopólico del siglo XIX menos el Estado de bienestar del siglo XX y no un sistema genuino de libre mercado. Por ejemplo Kevin Carson tiene esta perspectiva aunque no tiene esta opinión de algunos libertarianos como Murray Rothbard o Karl Hess.
Es de notar que el liberalismo libertariano doctrinalmente hace una diferenciación tajante entre propiedad meramente poseída cuya legitimidad podría ser discutible y propiedad legítimamente adquirida la cual es indiscutible y soberana. Esto porque el liberalismo libertario no "defiende la propiedad" sino las libertades individuales y dentro de esta la propiedad privada siempre y cuando esta respete el principio de no agresión, poniendo el derecho individual por encima de las consideraciones "legales" de los títulos de propiedad.
Propiedad natural [editar]
Dentro del libertarianismo existen dos interpretaciones sobre los bienes naturales, que forman parte de la misma tradición liberal. Ambos respaldan la propiedad total sobre sí mismo, pero difieren con respecto a los poderes de los agentes para apropiarse de recursos naturales sin propiedad (tierra, aire, agua, etc.). El "libertarianismo clásico" sostiene que típicamente tales recursos pueden ser apropiados por la primera persona que los descubre, que les agrega trabajo, o que meramente los reclama —sin el consentimiento de otros—, y con poco o ningún pago por ellos. En contraste, el libertarianismo igualitario (llamado también "de izquierda", aunque diferente del anarquista) sostiene que los recursos naturales sin propiedad pertenecen a todos en alguna forma igualitaria, y puede por ejemplo, requerir de aquellos que los reclaman la realización de un pago a los otros como compensación sobre el valor de esos derechos, lo cual puede servir de fundamento para un tipo de redistribución igualitaria.
Filósofos libertarianos [editar]
Como precedente de esta ideología se encuentra el liberal clásico John Locke (1632-1704), quien creía que en el Estado de naturaleza todos los individuos eran libres e iguales. En el Segundo tratado sobre el gobierno civil, Locke afirma que del derecho de propiedad sobre uno mismo deriva la libertad de mezclar el propio trabajo con los recursos naturales para constituir así la propiedad privada. Todo individuo tiene derecho a los frutos de su propio esfuerzo.
Con la publicación del libro Anarquía, Estado y Utopía, Robert Nozick, profesor de la Universidad de Harvard, se convirtió en el principal representante del liberalismo libertariano contemporáneo. Nozick afirma que "los individuos tienen derechos, y hay cosas que ninguna persona o grupo puede hacerles sin violar esos derechos". Nozick parte de John Locke para justificar un Estado mínimo, encargado solamente de la seguridad y de la justicia. Enseguida, lanza una crítica a la célebre Teoría de la Justicia de John Rawls. Si bien Nozick rechaza las tentativas de garantizar la igualdad de oportunidades en ámbitos distintos del económico, en la actualidad existen novedosas formas de liberalismo libertariano de izquierda como el que postulan los agoristas que exploran esta posibilidad.
Bertrand Russell calificó a su propio punto de vista como "liberalismo libertario" en polémica con el nacionalismo y con el militarismo imperantes durante la guerra fría; aún así esta declaración no se relaciona ni lo ubica dentro del llamado liberalismo libertariano o libertarianismo sino que está relacionado a las simpatías de Russell por el anarquismo.
Ayn Rand y el libertarianismo [editar]



La relación entre Ayn Rand y el ideal libertariano es compleja, y llena de paradojas.
Por un lado, muchos libertarianos han llegado al libertarianismo tras sentirse inspirados por las novelas de Ayn Rand.
Ayn Rand sirvió de inspiración a muchos jóvenes durante los años 1950 y 1960. Gracias al impacto emocional de la exposición a favor de la Razón y del individualismo presentada por las novelas de Ayn Rand, estos jóvenes encontraron una defensa ética racional del capitalismo y del individualismo de concepción burguesa (self-fishness), y además evitaron el verse envueltos en los movimientos "irracionalistas" y "colectivistas" (en la lógica libertariana) de esa época (beatniks, existencialistas, hippies, New Left...). -nótese que, desde otro punto de vista, tanto los 'beatniks' como los existencialistas son considerados individualistas radicales pero anti-burgueses.
No es casualidad que Jerome Tuccille titulase "Normalmente comienza con Ayn Rand" ("It Usually Begins With Ayn Rand(1972)") su historia sobre el movimiento antiestatista pro-capitalista liberal (minarquista) durante los 1960 e inicios de los 1970.
Los libertarianos utilizan profusamente el símbolo del dólar (al que a veces añaden el símbolo del ying y el yang), símbolo que también fue usado con anterioridad por los héroes de la novela de Ayn Rand "La rebelión de Atlas".
Por otra parte, no todos estos jóvenes, aún inspirados emocional e intelectualmente por las novelas de Ayn Rand, se hicieron necesariamente estudiantes de objetivismo. Muchos de ellos incluso buscaron alianzas con la "New Left" norteamericana y con otros movimientos "antisistema".
Ayn Rand condenó duramente a los libertarianos. Los llamó "hippies de derechas", y llegó a afirmar que era mejor hacerse marxista (una abominación para Ayn Rand) que hacerse libertariano [cita requerida].
Murray Rothbard, uno de los fundadores en 1971 del "Libertarian Party" norteamericano, estuvo en el círculo intelectual de Nathaniel Branden y de Ayn Rand a finales de los 1950. No obstante, Rothbard escribió un duro ensayo en 1972, en el que sostenía que el movimiento objetivista era poco menos que una secta, a la que peyorativamente llamaba la "secta Rand" (The Sociology of the Ayn Rand Cult).
Tras la muerte de Ayn Rand, el objetivismo "oficial" del Ayn Rand Institute (dirigido por Leonard Peikoff) ha continuado denunciando al libertarianismo como una ideología dañina. No obstante, el objetivismo "heterodoxo" (o falso objetivismo, según Peikoff) de David Kelley sí ha considerado conveniente la colaboración con libertarianos.

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