viernes, 14 de septiembre de 2007

ángeles






















ángeles




Me hiciste la promesa de un ángel, yo creía que te guardabas para eso.


“En todo ángel hay un demonio”, cito a Rilke.


“Hay un ángel caído en mi cama que quiere cogerme” (Luis Pastor).


Tú pareces que estás como caído de un sueño y que estos temas no te afecten a ti. Vences la tentación como el ángel caído, y no sé dónde está tu mente pero debe estar por ahí. En ti hay un ser cada vez más pausado, más magnético, que despierta al mismo tiempo una sensualidad que me desconcierta.


El hombre del renacimiento sólo nos comunica la experiencia de la belleza, sino que nos transmite fuerza y entusiasmo, una filosofía de la vida y una moral. Miguel Ángel, en la Capilla Sixtina, nos señala un ideal del hombre, un modelo de nobleza, de dignidad y de potencia. El hombre moderno separa en cambio las emociones de la inteligencia, las aridece, separa la moral de la estética.


La ciencia es una explosión intelectual y emocional lo mismo que lo es la creación musical.


Oscar Wilde decía que la música era el arte que está más cerca de las lágrimas por eso yo necesito tanto de la música, me prometiste ser mi ángel y ahora no tengo tu risa ni nada.


Hay un ángel que ronda en mi cama y que quiere cogerme, y que busca un equilibrio entre la mística y la contingencia de la vida.


José Hierro en sus “Alucinaciones” dice: “Vino el ángel de las sombras, me tentó tres veces. Me puso la frente candente... Alucinado, queriendo vencerle, venciéndome”.
No sé qué misterio tienes pero me envuelves, me arrastras hacia ti.


Y ¿no sería yo la que rehuiría de ti antes?, yo quisiera que tú también renacieras de tu ángel niño.


Hoy día es un milagro poder sobrevivir a un reducto de pureza, yo llevaba un frío o una destrucción anterior, yo llevaba un miedo anterior a ti, y ¿no sería yo quien rehuiría de ti?


Me prometiste ser mi ángel.




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sylfides

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