martes, 5 de octubre de 2010

el sistema de reserva fraccionaria, por plaentxi

plaentxi
@Deckard
Veo que no tienes claros los principios básicos de nuestro sistema bancario fraccionario. Trataré de explicarlo de manera sencilla y de paso probar que esto es una crisis puramente de crédito. Debido a que los principios son sencillos me basaré en un texto de Karl Denninger que lo explica con mayor claridad que lo que mi tiempo me permite.
En 1987 que es precisamente cuando llegó Greenspan y se fue Volcker es cuando empezó toda esta burbuja de crédito tal como señalas. Greenspan al contrario de Volcker, se negó a aceptar el coste del sistema de reserva fraccional bancario que tiene su origen en la ley de los exponentes. Y ahí empezó nuestro descenso al infierno.
Empecemos con los conceptos más sencillos:
Nadie te va a prestar dinero a un interés menor que el índice de crecimiento previsto de la economía. Estarían locos si lo hicieran; la ley básica de un balance mercantil nos dice que no se puede obtener algo por nada. Recuerda que el banquero tiene que pagar sus costes operativos y que ese dinero tiene que venir de ti, el prestatario.
Por lo tanto asumamos que el crecimiento medio de la economía es del 3% anual. Asumamos que el tipo de interés del préstamo es del 6% anual.
Bien, ahora es cuando tenemos el problema; en un periodo de 30 años esos 100 Euros con un crecimiento del 3% se convierten en 243 Euros.
Pero en esos mismos 30 años el coste del interés de esos 100 Euros son ¡574 Euros!
Al principio la diferencia no es tanta. Después de cinco años tenemos 116 Euros de crecimiento y 134 Euros de interés. Eso es una diferencia del 16%. Pero en 30 años es casi el doble. Eso es lo que tiene la función exponencial.
Lo que significa esto es que a lo largo del tiempo el porcentaje neto de output productivo requerido para cubrir la deuda aumenta.
Esto es el principio matemático de los exponentes
No todos los créditos son productivos. Algunos se piden para comprar máquinas y el output de esas máquinas excederá en gran medida el coste del interés. A eso se le llama inversión productiva, financiado con deuda, no origina problemas al prestatario porque su crecimiento personal en productividad excede el coste del interés.
Pero algunos préstamos se hacen para financiar el consumo o bienes inmuebles que no producen nada. La productividad no aumenta a consecuencia de dichas compras.
A medida que el diferencial entre el aumento de producción y el gasto de interés neto aumenta, la economía decae. Un mayor y mayor porcentaje de préstamos no puede ser finalmente pagado, incluso los créditos productivos, porque el gasto del interés neto excede la ganancia productiva de la persona que adquiere el crédito. La presencia de este diferencial siempre en aumento, que constituye una parte inherente del sistema fraccionario bancario, significa que las recesiones son necesarias y aún más importante, algunas de las personas que han tomado créditos y algunas personas (BANCOS) que han dado los créditos deben ir a la quiebra durante las recesiones.
Ese es el propósito de la recesión – limpiar el exceso de deuda junto con el exceso de capacidad, reiniciar el diferencial entre el gasto de interés y el crecimiento potencial del PIB.
Esto es matemáticamente necesario para que cualquier sistema monetario donde se utilice el sistema fraccionario se mantenga estable. Si los bancos centrales tratan de evitar y acortar las recesiones manipulando la liquidez, dejando que los bancos aumenten el apalancamiento y aflojando las condiciones de crédito más y más para evitar que el imprudente o simplemente el desafortunado banco o prestatario vayan a la quiebra todo lo que sucede es que el sistema se carga más y más de deuda excesiva.
Eventualmente esos costes superan la capacidad de cualquier Gobierno y llegamos al colapso que estamos viviendo.
Esto es lo que los bancos respaldados por la política de Greenspan y ahora Bernanke se negaron a entender. El saber que los bancos centrales iban a hacer la vista gorda y rescatarles en caso de problemas o recesión les convirtió en más y más codiciosos y temerarios. Sabían que en caso de problemas existía la doctrina del Greenspan put. Más liquidez , más bajadas de tipos y más desregulación. La doctrina Greenspan se adoptó con entusiasmo por estas tierras y Rato le dio el empujón definitivo. Todo el mundo quería crecer como los americanos. Había que estimular el consumo.
¿Significa esto que debemos de deshacernos del sistema de reserva fraccionario?
No necesariamente.
Tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Si un agricultor puede tomar prestado al 5% para comprar las semillas en vez de al 20% (lo cual es posible que no pudiera permitirse) es tremendamente positivo para la sociedad. Ciertamente, el productor que compra una máquina con deuda para hacer bicicletas contribuye al beneficio de la sociedad. Y nosotros, por supuesto si compramos coches o una vivienda a tipos de interés razonables también nos beneficiamos.
Pero debemos de reconocer que lo mismo que el sistema de reserva fraccionario contribuye a los booms también conlleva la necesidad de las recesiones.
La regulación adecuada del apalancamiento bancario y los principios prudentes de crédito basados en el carácter, la capacidad y el colateral del prestatario son absolutamente básicos para que los booms no se salgan de control y como consecuencia limitar el dolor de las recesiones – convirtiéndolos e inevitables en una fecha más temprana y no tratando de posponerlos indefinidamente.
El fracaso de la banca durante los últimos 20 años no se encuentra en el principio de reserva fraccionario. Sino en su completo y absoluto rechazo a aceptar el componente cíclico necesario del sistema de reserva fraccionario.
En vez de aceptar estos hechos los bancos con la ayuda de los políticos han manipulado el sistema en un intento absurdo con medidas como éstas:
• Dejar que la banca comercial se metiera en banca de inversión con dinero de los depositantes y con los mismos principios de apalancamiento.
• Permitir un aumento de apalancamiento casi hasta el infinito a la banca comercial.
• Eliminación de límites de apalancamiento en la banca de inversión.
• Rechazo a la regulación de derivados apalancados, como los CDS que AIG vendió, proporcionando capital falso a bancos tanto europeos como americanos.
• Dejar que las entidades bancarias dieran préstamos hipotecarios por más de la mitad de los ingresos del hogar.
• Dejar que se dieran créditos con 0% de depósito en vez del 20% de toda la vida.
Los bancos centrales han estado cubriendo todos los problemas durante 20 años con más y más liquidez y más crédito. Desafortunadamente no pueden ir en contra de los principios matemáticos elementales y en el 2007 chocaron contra el muro. Tratar de retrasar más lo inevitable es absurdo ya que solamente agudiza el daño final.
En vez de aceptar la regulación bancaria prudente lo manipularon y lo siguen intentando manipular.
Ahora nos toca afrontar las consecuencias a todos. Lo que hay que asegurarse es que se sigan las leyes concursales y los principios del capitalismo y por lo tanto paguen primero los prestamistas y prestatarios que se equivocaron incluidos los accionistas y los bonistas que hicieron apuestas equivocadas. La sociedad se sacrificará y no dejará a nadie sin una litera, sanidad y comida nutritiva básica.

A todos se les tratará de ayudar salvo a los delincuentes que pagarán su deuda con la sociedad entre rejas y devolviendo sus patrimonios obtenidos de manera ilícita siempre que se demuestre los delitos en un juzgado.

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