lo dijo Pasolosdías
Dices cosas muy sabias en este texto, y bien aderezado además con tu personalísimo sentido lírico.
Gracias también por el comentario que me dejaste en mi otro blog, aunque te advierto que no lo uso, con Manicomio tengo bastante, hasta me sobra, si te soy sincero.
Puedo observar en tus frecuentes cambios que tienes una personalidad inquieta, bonito nombre, "el amante copernicano", lo he leído en tu otro blog, el nuevo que te has creado. En Eleusis hay un santuario dedicado a Deméter y Perséfone.
Perséfone...Enamorado que estoy de ese mito, he escrito mucho sobre ella.
Yo sin embargo al revés que tú soy poco dado a los cambios, me basta con cambiar de máscara de vez en cuando, ¡tengo tantas!
Un beso enmascarado.
Felicidades por tu cumpleaños, es hoy ¿verdad?
Y estás con ganas de ¿cambios?
Intento hacer cambios pero que sean continuación o prolongación del mismo blog. Lo que no podría es dejar flecos de varios blogs perdidos por ahí.
Las palabras me frustran pero me alimentan también.
Las palabras me frustran pero me alimentan también.
Y a veces incluso me abstraigo y no puedo comunicarme bien. Y soy oscura, se me dice.
De todas formas, por eso intento mostrar un camino nuevo, para poder separarme de eso, superarme o emerger a nuevas formas.
Gracias por tus sabias palabras, espero que me digas más cosas sobre Perséfone y su mitología.
Y sobre las lágrimas y llorar, la realidad emotivista y emotiva, diferenciárlas al mismo tiempo, creo que hay que saber diferenciar.
Cuando lloramos nos desprendemos de deseos amargos pero tal vez no inútiles e impropios. Pero necesitamos un tiempo racional, de secar esas lágrimas para poder ver bien también dentro de nosotros. La razón lo que nos ayuda es a comunicarnos, a reaccionar y relacionar, ponderar un hecho o una situación con otras situaciones, de manera que al compararlas le quitamos toda la relevancia que creíamos que tenían.
Por eso creo que hay que dejar hablar al corazón pero también dejar hablar a la razón.
Sensibilidad y sabiduría, no quiere decir falsa emotividad o en el otro caso, opacidad, materialidad o dureza ante la realidad.
Un beso y muchas felicidades en tu aniversario! Y que disfrutes!
~
Pero los griegos también conocían otra faceta de Perséfone. Ella era además la terrible
Reina de los muertos, cuyo nombre no era seguro pronunciar en voz alta y a la que se referían como «La Doncella».
En
La Odisea, cuando Odiseo viaja al Inframundo, alude a ella como «Reina de Hierro». Su mito central, aún con toda su familiaridad emotiva, era también el contexto tácito de los extraños ritos iniciáticos secretos de regeneración de los misterios eleusinos, que prometían la inmortalidad a sobrecogidos participantes: una inmortalidad en el mundo subterráneo de Perséfone, en un banquete con los héroes bajo su pavorosa mirada (Kerenyi 1960, 1967).
Andrómeda
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