Si pinchas aquí podrás acceder a una entrevista con otro premio nobel, Eric Maskin, que ha visitado nuestra querida España. Maskin consiguió el Nobel por el diseño de políticas y regulación con incentivos para que los agentes tomen decisiones óptimas y maximicen el uso de recursos escasos.
Maskin ha hecho varias aportaciones a la teoría económica muy interesantes como denunciar que las patentes en el sector del software han frenado nuevas innovaciones. El caso más destacado es Microsoft que tras revolucionar la industria informática y desplazar a IBM luego ha sido acusada de posición monopolística que penalizaba el desarrollo de las empresas de la competencia que en sus nichos habían superado en tecnología y funcionalidad al gran gigante. Maskin no proponer abolir las patentes sino mejorar su diseño regulatorio para conseguir mejores resultados.
El problema es que Maskin no sabe casi nada de los países que visita pero se ve obligado a responder preguntas locales. Basándose en la teoría económica afirma que España no ha estado acertada en su política económica al retirar estímulos fiscales antes de tiempo. Sin duda es una afirmación correcta en el ámbito teórico pero irreal ya que le faltan restricciones. España sufrió una fuga de capitales en mayo y el efecto más evidente es la subida de nuestros diferenciales de tipos con Alemania. Esto equivalente a subidas de tipos del BCE que tienen un efecto contractivo por lo que habrá que estimar el policy mix y elegir entre política fiscal neutral y monetaria restrictiva o fiscal restrictiva y monetaria neutral.
A la vista de los resultados se podría decir que nos equivocamos ya que los diferenciales han vuelto al mismo nivel de julio a pesar de las medidas. Pero esa interpretación no es correcta. Gracias a nuestras medidas nos salimos del furgón de cola y ahora podríamos tener tipos muy superiores como nuestros vecinos portugueses.
Pero la situación podría haber sido aún peor. Si España no hubiera reaccionada mandando señales que eliminen la incertidumbre de los inversores, la fuga de capitales podría haber ido a más. España ha reducido significativamente su déficit por cuenta corriente pero seguimos siendo un demandante neto de ahorro internacional. Si los ahorradores deciden no financiarnos tendríamos que haber pasado a un superávit exterior y eso sólo es posible a corto plazo aumentando el ahorro o reduciendo el consumo y la inversión. O sea W y mayor tasa de paro, por lo tanto tomamos la decisión adecuada aunque la sociedad seguramente no es consciente de los costes del escenario alternativo y eso ha tenido un coste político enorme para el Gobierno. El problema es que el coste político del escenario alternativo también habría sido atribuido al Gobierno y habría sido infinitamente peor. Aún así nuestra querida España crece más de lo esperado, como reconoce hoy mi buen amigo y mejor economista Angel Laborda.
Maskin denuncia en la entrevista los errores de Alemania. De nuevo faltan restricciones ya que Alemania ha decidió recuperar peso político en la UE y parece que penalizar a los países no centrales es una estrategia política para conseguirlo. Pero aquí, coincido con Maskin, la teoría económica ya no tiene mucho que decir y en términos estrictamente económicos la política económica alemana no sería capaz de aprobar un examen de primero de licenciatura de económicas.
Jose Carlos Díez
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