Cada supervisor nacional elabora un informe de estabilidad financiera. La ventaja del FMI es que comparte esa información, la compila y da una visión global que es muy útil. En un mundo tan integrado como el actual es necesario comprender primero el todo si uno quiere entender algo de las partes. El FMI contrasta la información con personas del sector privado, yo tuve la oportunidad de reunirme con el panel europeo de este informe antes del verano y os garantizo que están muy bien informados. Eso no significa que siempre estén acertados en el diagnóstico. Por ejemplo, en 2006 pasaron por la crisis financiera como las maletas por los aeropuertos. Luego a partir de 2007 fueron los primeros en alertar de la gravedad de la crisis pero en 2008 se pasaron de frenada con una estimación de pérdidas del sistema bancario mundial de 4 billones de dólares que sirvió de acicate para presionar a los gobiernos a que hicieran políticas fiscales muy agresivas. Ahora rebajan la pérdida a la mitad y alertan sobre el riesgo soberano que ellos mismos fomentaron.
Dicho esto, el informe de este semestre me parece de los mejores que he leído, lo cual es un orgullo ya que es un español, José Viñals, el que lo dirige. El FMI estima que dos tercios de los billones de minusvalias bancarias ya están provisionadas pero aún queda medio billón por aflorar y urge a los gobiernos y a los supervisores que aceleren el proceso con el fin de acabar cuanto antes con la restricción de crédito. Pero como vengo advirtiendo en este blog, recapitalizar el sistema bancario es la medida más efectiva en una crisis de deflación de deuda pero la restricción de crédito continuará hasta al menos 2013.
En el informe estiman que el sistema bancario mundial tiene que afrontar vencimientos de deuda por cuatro billones de dólares en los dos próximos años. Los inversores internacionales han estigmatizado los activos bancarios y quieren reducir la exposición de sus carteras a este sector por lo que no será posible refinanciar todos los vencimientos. Eso significa que el sistema bancario mundial deberá generar ahorro para afrontar esos vencimientos y eso implica que seguirá la guerra por el pasivo y no podrán atender con normalidad la demanda de crédito ya que la prioridad es devolver las deudas y atender sus compromisos. Por esta razón desconfía del que venda crecepelos y recetas mágicas para desatascar el crédito. El sistema bancario se empechó de deuda en la burbuja del crédito y ahora tiene que depurar los excesos y estos procesos son lentos y dolorosos.
El FMI con acierto recomienda a los gobiernos a los bancos centrales que sean conscientes de este proceso y sigan manteniendo las medidas extraordinarias de liquidez para evitar nuevos episodios de inestabilidad financiera que siguen siendo la principal amenaza para el crecimiento mundial. Mañana publico en Cinco Días y escribiré sobre este tema para el caso europeo.
Jose Carlos Díez
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