miércoles, 3 de noviembre de 2010

Obama, Can you?

Obama: can you?
Menéame
¿Te parece interesante esta noticia?-+
Enviar a un amigo

Imprimir
Disminuye el tamaño del texto
Aumenta el tamaño del texto
01.11.2010 Ángel de la Fuente 0
El Presidente Obama se enfrenta hoy a su "examen de mitad de curso". Como el título de su libro The Audacity of Hope, el candidato Obama fue muy audaz en su campaña a la presidencia y supo insuflar, por medio de su brillante oratoria, la esperanza entre muchos ciudadanos, cansados tras ocho años de Bush. Fue Napoleón quien dijo: "con audacia se puede intentar todo, mas no se puede conseguir todo".
Tras dos años como inquilino en la Casa Blanca, los ambiciosos planes han quedado en eso, en planes que se tendrán que completar mas adelante. Es cierto que la tarea que tenía por delante era de dimensiones colosales pero, precisamente por ello, debió ser mas cauto a la hora de encandilar con su lema de: "Yes, We Can".
Reforma del sistema financiero
Multitud de banqueros de Wall Street que apoyaron a Obama (algunos convencidos demócratas y otros cansados de Bush) han sufrido una tremenda decepción por el modo en que el Presidente ha manejado este asunto. Decepción basada en el modo frívolo y demagógico con que Obama trató al sector, generalizando sus críticas de una manera injusta a un colectivo que, en su mayoría, fue víctima de las malas decisiones de un puñado de imprudentes banqueros y de unos pésimos reguladores. Obama y su correa transmisora Dodd-Frank demostraron que no entienden nada de cómo funciona Wall Street, como quedo patente en el interrogatorio a los ejecutivos de Goldman Sachs. La reforma final pone un parche pero no consigue lo que decía pretender: evitar una nueva crisis financiera futura (no se puede conseguir lo imposible) y si que los jefazos de Wall Street se estén partiendo de risa .
Obama tuvo el empuje y las agallas de ir adelante con una tarea que sabía iba a ser muy complicada, pero siguió el dictado de sus convicciones en un tema en el que es difícil quitarle la razón. Su error fue de cálculo de tiempos: debió haber esperado a un mejor momento, una vez se viera la luz al final del túnel en la recuperación económica. No lo hizo y la aprobación (por los pelos) de la nueva ley sólo prosperó tras un recorte sustancial de los objetivos iniciales.
Las guerras allí se pueden convertir en el Vietnam de Obama y hacerle perder las elecciones en 2012 si no es capaz de mostrar algún progreso. Es interesante el reciente libro de Bob Woodward Obama's Wars para entender la posición del Presidente respecto a AfPak y su "tortuosa" relación con los militares. Obama tiene pánico a que esta guerra se eternice y quiere fechas concretas para empezar a traer sus tropas a casa. El coste en dólares y en vidas de una guerra continuada (ya llevan nueve años allí) es brutal y no es asumible para ningún Presidente, menos aún para uno que se ganó a la gente con un mensaje de no a la guerra y sí a la diplomacia.
Obama desearía no seguir enviando tropas a Afganistán, pero está atrapado en esa guerra donde Al Qaeda y los Taliban se esconden y entrenan en Pakistán mientras juegan al gato y al ratón en Afganistán y donde es virtualmente imposible que EEUU se apunten una victoria. Esta guerra no acabará con una victoria de nadie, sino con una retirada gradual de las tropas aliadas (es decir, americanas) tras gastar billones de dólares que sólo habrán sido eficaces si antes de la retirada se ha formado al ejército y la policía afganos para que ellos puedan mantener el orden en su país. De lo contrario, los Taliban volverán a campar a sus anchas al día siguiente de la salida de los americanos y Al Qaeda se entrenara con total impunidad en AfPak para seguir atacando a Occidente.
Obama prometió reposicionar a EEUU en el mapa mundial, manteniendo su liderazgo como primera potencia económica y militar pero haciendo un giro radical en sus relaciones con el resto del mundo. Incluso se le dio, de manera incomprensible, el premio Nobel de la Paz en 2009 antes de que hubiese tenido tiempo material de demostrar nada (yo le hubiera dado el Nobel de la Oratoria) y su error fue el aceptarlo. Aunque la figura de Obama aún tiene un gran valor, sobre todo en la vieja Europa que es muy dada a "conectar" con personajes con el carisma e ideología de Obama o Kennedy, su luna de miel con los ciudadanos americanos ya se acabo.
nsancio de la sociedad
La gente está cansada de que Obama prometa el oro y el moro (otro fracaso ha sido su intento por poner paz entre Israel y los Palestinos: el enésimo fracaso del enésimo intento) y que en su país el paro siga estancado en el 10% mientras el Presidente no parece tener ideas de cómo regenerar la economía. La política monetaria expansiva beneficia a los bancos pero no tiene impacto en el mercado laboral aún y los parches de estímulo fiscal son pan para hoy y hambre para mañana.
El defecto de Obama es que no conecta con el ciudadano medio. Los hipnotiza con su verbo fácil y elegante pero para ser un gran político hay que bajar del olimpo, ensuciarse las manos y mezclarse con la gente, y hay algo genético en Obama que le impide actuar así y cambiar su imagen de distante y elitista. Por otro lado, su círculo de colaboradores es cada vez más reducido y, preocupantemente, son todos políticos puros sin ninguna experiencia en la economía y empresa reales.
Nos guste o no, Occidente sigue necesitando una América fuerte y no se puede permitir otros dos años de un "Obama Light". Ahora llega su momento para demostrar que puede remontar el partido que va perdiendo si hace los cambios necesarios para los segundos 45 minutos. Obama necesita (parafraseando a Ted Rooselvelt) "bajar a la arena y mancharse el rostro de polvo, sudor y sangre", pasar a la ofensiva y liderar con actos y no solo con palabras.
Presidente del Club Gardoqui

No hay comentarios: