En España nuestras entidades habían aumentado desde nuestra entrada en el euro su apelación a los mercados para financiar el fuerte crecimiento del crédito hipotecario. Además han referenciado los tipos de las hipotecas al Euribor y desde 2009 los tipos de activos y los tipos de pasivos de nuestras entidades se han desacoplado. Mientras los tipos de las hipotecas se han desplomado hasta el 2% los tipos de pasivo minorista y mayorista han repuntado por encima del 3%.
Si queremos normalizar el canal del crédito lo primero que tenemos que conseguir es que el negocio bancario sea rentable y que los tipos de pasivo sean inferiores a los de activo, de lo contrario sería irracional conceder crédito. La opción era actuar a la china fijando por Ley un tipo máximo pero ya estamos comprobando con el déficit de tarifa que a la larga esas decisiones acaban generando más problemas de los que intentan resolver.
La opción es dejar que el techo lo fije el mercado, en esta ocasión el tipo medio de las cinco primeras entidades en cada región. Puede parecer que eso deja el mercado en manos de los grandes bancos pero no es cierto a nivel regional las cajas de ahorro y rurales son líderes en su área de influencia.
Choca que el decreto se centre en las entidades que han apelado al FROB pero la decisión se acoge a la directiva de competencia comunitaria para dotarla de seguridad jurídica. La realidad es que la guerra del pasivo la abrió el Banco de Santander a principios de año haciendo una campaña de publicidad agresiva en la que pagaba el 4% y que consiguió captar mucho ahorro de otras entidades. El Banco de España permite a las entidades defenderse en esas situaciones aunque no limita al Santander y a las entidades que no han apelado al FROB que vuelvan a lanzar otra campaña “agresiva”.
En 2008 y en 2009 este economista observador fue crítico con la inacción del Banco de España pero desde el pasado mes de abril debo reconocer verdadera maestría en la gestión de la reestructuración y recapitalización de nuestro sistema bancario y esta medida de imitar el pago por los depósitos de nuevo es muy necesaria para poner orden en un mercado que las circunstancias no permiten funcionar con normalidad y en el que la intervención pública, transitoria y bien diseñada, está más que justificada.
Jose Carlos Díez
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