Mis historias
Llevaba un vestido de ante negro y por debajo me metió las manos y descubrió que llevaba unas medias de ligas, y me decía “oh, esto tengo que verlo yo”, y otro día llevaba unos pantalones muy estrechos y me metía las manos por la parte trasera, y me besaba, le ponía pasión, se estrechaba contra mí. Era como un niño ni se daba cuenta, pero llevaba unas cervezas de más.
Leo una noticia, hoy hay más muertes de jóvenes en suicidios que en accidentes de tráfico, en Francia el índice de suicidios es uno de los más altos. Una depresión exógena en la mujer depende más de su afectividad y es más sensible a su vida sentimental mientras que el hombre es más sensible a su vida económica y profesional y es en ello donde pone la causa de su depresión.
Y me llevó al pasillo de dentro del bar el túnel, y me sentó entre sus piernas, y me decía cosas como que quería verme las medias de liga, que quería ir a verlas a mi casa, claro yo no soy una niña, y él era más joven que yo, y le decía que jugaba conmigo, pero me trataba como a una persona, sacaba su pasión, y yo no estaba mal tampoco, y a él le gustaban mis trencitas.
Despues él se olvidaba de todo claro, como el día que estuve contigo, él ya no se acordaba de mí, así era. Así sois algunos hombres, no todos.
Me llega otra noticia, Reino Unido abolió el comercio de esclavos a principios de siglo veinte y por eso se conmemoró hace poco, fue el primer país que así lo hizo después de veinticuatro millones de personas que fueron vendidas como esclavos, no se puede despreciar la cifra. Actualmente hay doscientos mil niños soldados en Africa que es como decir que la esclavitud sigue en nuestro siglo XXI aunque con otras formas subrepticias de su reproducción.
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Un día delante de un amigo yo llevaba un vestido negro que caía por un hombro con una tiranta y por el otro me cubría, y delante de él le dio por bajarme la tiranta, y me miró con los ojos como diciendo que estaba muy bien. Tú esas cosas por ejemplo no sabes hacerlas, no llegaba tan alto tu desafío. Tú vas de hombre y ya está, y después te sale la pasión muy a la tarde, o al final. Pero no niego que hay magnetismo en ti y entre nosotros, sobre todo cuando nos unía tu necesidad y la mía.
Pero así no se puede volar. Y si lo que tú quieres es eso, pues no puedes, no hay vuelo, porque no quieres jugar. Tú vuelas más ante las cosas colectivas y te gusta llenarte, pero hay que saberte coger, porque eres un signo de tierra. Siempre vives con las cosas evidentes, con las cosas necesarias. Deja de pensar en mí como si yo fuera un ser que vive en otro mundo, pues no lo soy. Me buscas por el dinero, por ese juego peligroso, pero sabes ya algo de la vida y no te culpo, me buscas por la base de la vida, al fin y al cabo, por ahí tenemos que empezar.
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