Como el objeto fractal se asemeja
punto por punto a sus componentes elementales, el sujeto fractal no
¿esea otra cosa más que asemejarse en cada una de sus fracciones.
Envuelve más acá de toda representación, hacia la más pequeña fracción
molecular de sí mismo. Extraño Narciso resulta: no sueña ya con
su imagen ideal sino con una fórmula de reproducción genética hasta
el infinito. Semejanza indefinida del individuo a sí mismo ya que se
resuelve en sus elementos simples.
La trascendencia ha estallado en mil fragmentos que son como las
esquirlas de un espejo donde todavía vemos reflejarse furtivamente
nuestra imagen, poco antes de desaparecer,
Como fragmentos de un holograma, cada esquirla contiene el universo
entero. La característica del objeto fractal es la que toda la información
relativa al objeto está encerrada en el más pequeño de sus
detalles. De la misma manera podemos hablar hoy en día de un
sujeto fractal que se difracta en una multitud de egos miniaturizados
todos parecidos los unos a los otros, se desmultiplica según un
modelo embrionario como en un cultivo biológico, y satura su medio
por escisiparidad hasta el infinito.
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