sábado, 22 de diciembre de 2007

la sympatheia



Debemos al filósofo escocés naturalista Hume la original idea de la "empatía", en su Tratado de la naturaleza humana, a causa de su famoso pasaje del es-debe (Is Ought passage) donde se critica el tránsito de lo que es, más allá de los conocimientos humanos, a lo que debe ser; pues bien para Hume esto depende de nuestros sentimientos universales de "empatía", mediados por el punto de vista del espectador imparcial.

Es cierto que si nos comportásemos espontáneamente de una manera sympathetica la moral y le etica tendrían escaso papel socializador. Sin embargo, los deberes sólo echan raíces cuando se interconexionan con esos sentimientos de empatía más o menos tímidos e incipientes que asoman en el subsuelo de nuestra personalidad.

De lo contrario no porduciremos sino seres inhibidos que, como sugería Freud en su trabajo El malestar de la cultura volverán contra sí mismos el odio que sentían hacia los demás.

La ética intuicionista de Moore (y esto también lo digo para pasolosdias) se cimenta en valores puramente individualistas ya que lo que percibimos o intuimos como el supremo bien o lo bueno en sí que no precisa ningún otro aditamento para ser valioso, aquello que es, según sus propias palabras la "raison d'être" of virtue, está constituido por los placeres derivados de las relaciones entre los hombres (obsérvese la veta aristotélica y epicúrea en la alta valoración de la amistad y el goce de los objetos hermosos).

Posiblemente sea propio del hombre civilizado una “vida buena” en la que se satisfagan las demandas más elevadas del espíritu, una vida en la que los valores estéticos tengan el puesto más destacado.

Pero Moore se declara vinculado a su precursor Kant en el modo en que se hace esa escisión entre el mundo de los hechos y el de los valores, para ambos es preferible la construcción de un mundo mejor.

Pero también aqui su error estriba, como en Kant, en tratar de desvincular de lo natural el ámbito de la ética cuando la misión de la ética es desarrollarlo y mejorarlo, no ignorarlo.

La cuestión a debate radica precisamente en determinar en qué consite mejorar el mundo y cuál es el mundo mejor, sobre qué base podemos justificar nuestras afirmaciones acerca del mejor y el peor de los mundos.

Es innegable que resulta de sumo interés esta hipótesis acerca de la propagación de creencias, criterios y normas éticas o morales, en sentido general o simpathetico. Pero si abandonamos la utilización laxa de tales términos y nos encontramos en lo que debería ser en lo moral o ético como axiológicamente paradigmatico, encontramos que son posibles importantes objeciones a un tipo de conducta basada en el predominio psicológico, político económico de unos individuos sobre las ideas que los otros tengan acerca de cómo conducir sus vidas.

Pero no quiero ponerme excesivamente teórica ahora, ya no más, la generosidad, Zarza, que tu dices, es porque la recibo mas que por otra cosa, porque también yo me siento en deuda por todo lo que aprendo con vosotros, aunque a veces parezco pesada, ¿verdad?, yo también me emociono con vuestros comentarios de cariño, son tan buenos para mí!, cuídate mucho y no dejes de regalarnos esos versos tan singulares, que brotan de un encanto personal.


Felices fiestas y un beso!

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