sábado, 8 de diciembre de 2007

multiculturalismo



lo dijo jorio maia

Los mecanismos de integración social y política en el modelo de globalización puede perder este status simbólico de capacidad para crear comunidad y transformarse en factores de privilegio.

Entre otras cosas está la crisis del principio de igualdad que resulta atacado por la adopción del modelo de globalización que conocemos como capitalismo anglosajón.

Por otro lado, la no-regulación del mercado global que constituye la divisa de la globalización arruina la igualdad y fomenta la exclusión.

Espero que esta visión contribuya a ver ciertos riesgos que contrae este tipo de teoría globalizadora. Arruina al mismo tiempo el refugio de las identidades de legitimidad ante la incapacidad de la mediación estatal y propicia de esta manera la atomización del vínculo social y el repliegue a identidades primarias.

un cordial saludo


ante todo, gracias por su visita, me siento muy honrada.

Sí, se manifiesta su crítica en la crisis, valga la redundancia, del principio de igualdad, que liga la libertad del individuo y la cohesión social a los mecanismos de la economía liberal capitalista,
frente a ello vale decir que es posible hablar de otro modelo de capitalismo, como el llamado capitalismo "renano" o europeo, que entiende la igualdad como factor de libertad y que trata de asegurar la libertad individual y la cohesión social mediante el fomento de la igualdad que sustrae a los individuos, especialmente a los más vulnerables, de la arbitrariedad del libre mercado y de la lógica del beneficio puro.

No es el pluralismo lo que amenazaría la igualdad, sino la incapacidad de entenderlo más allá de la reducción liberal a la garantía de las preferencias individuales.
La cuestión consiste en saber cómo las nuevas identidades, las identidades múltiples en que se reconstruye la singularidad, pueden negociarse, transformarse, convertirse en vectores de identidad visibles, legítimos; en elementos de inclusión en el espacio público.

un beso

lo dijo jorio maia
Por mi parte, subrayaría el hecho de que detrás del pretendido cosmopolita se esconde a menudo un cosmopaleto, por utilizar un parónimo.
Parece sostenible que el único universalismo aceptable es el que sigue la ratio de la universalización de los derechos humanos y del reconocimiento de la condición de sujeto de todo ser humano como tal. Pero este “como tal” a diferencia de lo que a veces se sostiene, no lo hace intercambiable con cualquier otro, sino que subraya su particularidad, que es lo que lo individualiza y por eso no es defendible el modelo robinsoniano de exención de supuestos que hoy nos predican los liberales.
Y aún así este universalismo ha de hacer frente a críticas como aquellas que provienen del incremento y de los cambios cualitativos del fenómeno de la multiculturalidad.
Por todo ello quizá es más fructífero el planteamiento del cosmopolitismo plurinacional por complejización. Este modelo que tiene en cuenta las diferencias entre cultura y civilización puede ofrecer un buen punto de partida para matizar el debate sobre la falsa tensión entre universalismo y exigencias de reconocimiento de idntidades particulares.
Bueno, espero que esto te ponga a pensar un poco, un saludo afectuoso.
lo dijo sylphides a jorio maia
ya entiendo: el cosmopolita no es quien pertenece al ámbito cosmopolita, sino quien se construye como tal desde la múltiple pertenencia; cosa que en lugar de surgir del desarraigo identitario (substituido por la condición de consumidor global), parte de estas raíces para insertarse en el mundo.
Es quizá también el sentido de la conocida propuesta de bauböck sobre ciudadanía transnacional que paradójicamente empieza como empezó por aquello que es local, por las ciudades, que pueden recuperar la residencia como condición de ciudadanía y hacer posible una ciudadanía múltiple, transnacional.
Pero con relación a los efectos sociales no es necesario profundizar demasiado para encontrar efectos negativos de esta tensión (o falsa tensión) entre cultura y civilización: clandestinización de ciertas prácticas, aparición del síndrome de resistencia y victimización del grupo frente a la mayoría, perjuicios para la auténtica víctima, que en los casos de escisión ve destruida la unidad familiar y cuestionados sus lazos con la misma familia, experimenta el rechazo del propio grupo y con el rechazo, la negación de su identidad.
gracias por sus comentarios siempre sabios e instructivos, saludos fraternos.

lo dijo sylphides a otredad

gracias, otredad, tu comentario viene a aliviar el languideciente frío y me entran ganas de reírme y ya entro en calorcilla, y además eres valiente por enfrentarte con este post que me surgió en el estudio que hice anoche de este tema, y yo misma me enfrento a tales conceptos que se deberán aplicar en grandes foros y conferencias quizá de política universal, ya veremos, porque hoy día todos estos conglomerados territoriales están cambiando y ya no nos podemos aferrar así como así a las entidades de estado-nación,
ni tampoco al pequeño postulado de la "preferencia nacional", ni a esas identidades asesinas como fobotipo: la del otro, la de los nacionalismos periféricos, la de las minorías no integradas, la de los pueblos indígenas que se resisten “románticamente” a la religión de la modernidad democracia, desarrollo/progreso y derechos humanos-, la de los creyentes de otras confesiones, a los que se los presenta como fundamentalistas, y la de los inmigrantes inasimilables, incompatibles.
un gran abrazo

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