Por la información que yo tengo, se calcula que una de cada seis personas sufrirá depresión a lo largo de su vida, una depresión que uno no escoge, que viene y se acaba.
Y en este caso su manifestación es una tristeza sin un motivo alguno aparente, el desánimo más terrible.
Desde luego, una de las cosas que nos están diciendo los expertos, por ejemplo, la Organización Mundial de la Salud, es que de aquí a unos años va a haber muchísima gente con depresión.
Y hoy en día se calcula que ya estamos hablando de un 30 % por ejemplo de la población entre mujeres que tienen depresión. Muchas mujeres tienen depresiones, es más prevalente en mujeres que en hombres.
Y lo que es la depresión básicamente está descrita como una tristeza que dura más de dos semanas -fíjate que poco tiempo le damos a la tristeza o qué impacientes somos con la tristeza-.
Pero la depresión realmente es una enfermedad y una enfermedad grave que hay que curar. Y uno de los problemas de la depresión es que muchas personas no piden ayuda. Se calcula como que en torno al 80 % de las personas que sufre depresión no están pidiendo ayuda y la depresión realmente hay que cuidarla y que probablemente meditar si se tiene una depresión y además hay que hacer una terapia.
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Me acordé de la princesa Masako y de esos cinco años que lleva un tanto así entre meditación y depresión, una mujer tan inteligente.
En este artículo me he fijado, como hace Elsa Punset, en la población de las mujeres, un 30%, y luego también en los niños, como otro sector que aparece en un futuro inminente más implicado por la afectación de esta enfermedad. Pero ahora con lo que tú manifiestas pues vemos que hay otras edades de riesgos y colectivos afectados. Yo creo que podemos aprender mucho de ti, fíjate también en el caso de la princesa Masako, una mujer con tantos estudios y tan inteligente; decididamente hay que concluir que influye el entorno social en el que nos movemos.
Nuestra conducta no está determinada indefectiblemente por nuestra condición genética, nuestro entorno influye en nuestra íntima biología y en el genoma humano.
Y también quiero recalcar lo que se dice acerca de los estudios realizados en la universidad de Emory, sobre técnicas de meditación, porque a mí esto precisamente me ha ayudado mucho en mi vida, mantener siempre un diálogo conmigo misma, al principio también me apartó de los demás, me hizo ser un ser solitario, pero a la larga me he alegrado mucho de no haber perdido la coherencia conmigo misma y con mi interior. Y luego está esa actitud propia de la ilusión y de la fantasía de los niños, esa actitud si la tomamos como modelo y ejemplo constituye un estado óptimo para defendernos contra la depresión, activar nuestra fantasía con toda clase de historias, y de hechos reales o míticos, pero que nos digan algo que nos interese.
Y no hacer demasiado caso a la sociedad, a la sociedad no le interesamos para nada, sólo le interesa que consumamos, ser nosotros mismos, y mantener la comunicación o las relaciones personales en lo posible, esto sí es importante.
Hay un momento de ilusión, ese momento de fantasía, de alegría en la infancia, tú sabes que es fundamental, hasta los siete u ocho años realmente formamos nuestra forma básica de relacionarnos con los demás, de sentir curiosidad y amor e interés por la vida y me estaba acordando justamente hablando de estas cifras de depresión que barajábamos hasta el momento, que los “pre-escolares” son el mercado creciente más grande que hay ahora mismo en el uso de antidepresivos en EEUU, y tú sabes que Europa siempre está un paso detrás de EEUU. Dicen que la tasa de crecimiento de depresión en los niños es de un 23 % y a mí me parece una barbaridad.
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