viernes, 8 de febrero de 2008

el modelo femenino



Lo dijo Andrómeda:

Estimada antígona:

A lo mejor esa antigua seguridad hemos tenido que cambiarla por la seguridad personal, por el individualismo con que nos protegemos de los demás. Tal vez en eso sí hemos ganado, pero ya no es lo mismo, no.

Quizá hemos ganado en autonomía, esa seguridad la hemos llevado al terreno personal, pero no logramos comunicarla a los demás. Se nos va de las manos.

Es cierto que si se crea una rivalidad entre géneros opuestos eso quiere decir que se está más cómodo ahí que entre géneros iguales. Porque lo cierto es que esa persona tuvo un modelo femenino más fuerte quizá en su infancia, porque era quien le ofrecía el modelo que tenía mayor valor social en este caso. Son casos específicos en que la mujer es la que pone el modelo social en el hombre.

Despues el hombre lo desarrolla de acuerdo con ese planteamiento interiorizado pero se da cuenta que la realidad le ofrece otros modelos, que no se repiten del mismo modo igual y con estos otros puede crear una idealización subjetiva o una aspiración futura mientras que con el otro se defiende porque le da una seguridad ya sabida.

Estimados amigos:

Atenea:

"Vaivenes adormecidos o catalizados, hay un hilo de transformación que conecta todo", me gusta mucho esta sugerencia que haces, en parte porque es tan vital así como todo.

Otredad: Me alegro mucho de leerte y tranquila si estás de exámenes, seguro que te esforzarás y lo superarás bien. Todo lo que me dices es una ratificación de un entendimiento mutuo y encuentro consuelo también en tus bellas palabras.

Pasolosdias: Gracias por tus buenas sugerencias cinematográficas, siempre aprendo contigo y es cierto todo lo que dices de Goethe, fue un hombre polifacético, por eso me decidí a ponerlo.

Zarza: Hemos evolucionado, sí, pero a veces cabe el peligro de no saber bien adónde vamos.
Por tanto hay que cambiar los modelos que nos sirvieron de referencia, no podemos encontrar la misma tabla de salvación, ni creer de un modo ingenuo que existen las mismas referencias que ayudaron a mantener nuestro mundo anterior.

Pero tal vez debamos a modo de salvación volver a buscarlas también en nuestro mundo anterior, de lo contrario sería como perder toda tabla de seguridad, como si también nuestro mundo estuviese afectado de pérdida de identidad. Y no se trata de viejas ilusiones, sino de un mundo más humano, más relacionado.

Y no sé qué modelos de referencia tenéis vosotros. Los que son exitosos en lo social o los que son fieles a planteamientos más personales. Creo que llega un momento en la vida en que tenemos que elegir, pero evolucionar en nuestra identidad personal me parece que pasa por el camino último, sin rechazar tampoco un referencia primaria de lo social.

No obstante espero que podamos seguir dialogando sobre el tema.

Muchas gracias a todos por pasarse, un abrazo!

lo dijo Andrómeda a Otredad:

A veces, la realidad que expresa el discurso monolítico es artificial, mediatizada por un sujeto y una cultura que no pueden ser compartidas. El sujeto está arrancado de la naturaleza, de su entorno o su relación con la vida.
A menudo su evolución parece entrañar un riesgo para la vida y la creación de valores. De estos últimos subsisten a menudo los sometidos al reino del dinero.
No creo que se deba modificar todo pero el peligro está en los medios de comunicación y, como no, en el lenguaje que éste crea, porque se impone como un objeto inanimado abstracto, que desubjetiviza o deniega al sujeto como propiedad suya. Sobre esto es sobre lo que debemos pensar.
Te envío otro abrazo y espero que sigamos componiendo notas musicales!

Andrómeda
~

jueves, 7 de febrero de 2008

la subjetivización a través de la lengua


lo dijo Cyrano:


El neutro, el neutro queda prácticamente fuera de nuestro lenguaje, salvo por el uso de algunos pronombres (eso, esto, ello), el artículo lo, y algunos adjetivos sutantivados mediante el uso de dicho artículo (lo bueno, lo malo, lo mío, etc)

El masculino plural en español sirve para designar normalmente a grupos de distitno sexo. No es el neutro, pero tampoco adquiere significación de masculino, ya que el español lo adopta como representación de un grupo. Así, podremos decir los padres del niño, para referirnos a padre y madre, pero en nigún momento nadie interpreta que no haya madre. Es así un mecanismo de economía del lenguaje, al ser aceptado por todos, y basar su base en el género y no en el sexo, en absoluto puede ser sexista.

Más lamentable que el caso de este plural, es el trato que se está dando a los sustantivos de género común. Es increíble como se tiende a "femininizar" todos ellos, cuando suenen ligeramente masculinos (ni siquiera mucho)... Presidente - presidenta, juez - jueza... demostrando el grado de estulticia de sus promotores.


lo dijo Andrómeda


Estimado cyrano:

Las estrategias de la no-mezcla son indispensables para estas cuestiones aunque un mundo no puede dividirse entre hombres y mujeres sin lugares de encuentro.
Las mujeres deben aplicarse a cambiar el contenido del discurso en función de las formas y las leyes de la lengua.

El discurso de las mujeres designa a los hombres como sujetos.
Las mujeres establecen relaciones con el entorno real, pero no lo subjetivizan como suyo.
En efecto, las connotaciones de su discurso se expresan sobre todo en los adjetivos, por ejemplo, y no en el predicado actualmente producido.

En este sentido cabe interpretar también otros indicios: las elisiones de yo y de ella, todas las estrategias de anulación del femenino como sujeto del discurso, el problema de la transformación negativa, etc.

Estoy de acuerdo con tu matización, el sexo no es lo mismo que el género. El género es más amplio, obedece a la diferencia en la vida sexuada y no exclusivamente reducida al sexo como reproducción, tal como nos dice Antígona.

Pero es conveniente que las mujeres sean más capaces de situarse a sí mismas como un yo, yo-ella(s), de representarse como sujetos y de hablar con otras mujeres.

Esto requiere una evolución subjetiva y un cambio en las reglas de la lengua.

El sexo es una importante dimensión cultural, el hombre ha querido dar su género al universo, como dio su nombre a sus hijos, a su mujer o a sus bienes. El peso de esta condición en las relaciones entre los sexos en el mundo, en las cosas, en los objetos, es inmenso.

No estoy por tanto de acuerdo contigo cuando quitas importancia a la subjetivización del género femenino, sería un retroceso o una regresión cultural no entender por qué ha sido necesario llegar hasta aquí.

Aparte de los bienes en sentido estricto que el hombre se atribuye, ha dado su género a Dios y al sol, pero también enmascarado en el género neutro, a las leyes del cosmos y al orden social o individual.

Y no estoy de acuerdo en decir que el género neutro no tiene importancia en el lenguaje, sobre todo el lenguaje designado por el género masculino.

El discurso y la lengua pueden utilizarse deliberadamente para obtener una mayor madurez cultural, una mayor justicia social.

En no considerar la importancia de esta faceta de la cultura reside precisamente lo que da tanto poder al imperio de la técnica como algo neutro, a las regresiones sectarias, a la desintegración social y cultural que experimentamos, a los diversos imperialismos monocráticos, etc.

Un abrazo.

Estimada Antígona:

hago honor a tu nombre, y en verdad se crea esa confusión siempre y hemos reducido por desconocimiento mas que otra cosa y por reducción cultural la diferencia de género a lo sexuado única y exclusivamente en lo que tiene relación con la capacidad de reproducción, o con la denegación de ésta. Para esto es para lo que ha servido utilizar el cuerpo de la mujer en los sistemas de intercambio por el hombre, y es una evidencia la reduccion por pasiva que se opera dentro de internet como mercado del sexo, lo cual me parece una aberración, no el uso o abuso en si mismo sino el sistema y el mercado, cada uno puede hacer con su cuerpo lo que le plazca pero es evidente que se ha desbordado de un modo exagerado, donde volvemos a sentirnos como objeto nuevamente.

Y precisamente está pasando esto por no tener en cuenta lo que anteriormente le decía a Cyrano, un cambio cultural en la evolución del lenguaje y de la sociedad. Una liberación real de la mujer que suponga una definición subjetiva.

La liberación sexual no puede llevarse a cabo sin cambios en las leyes lingüísticas relativas a los géneros. La liberación subjetiva requiere un empleo de la lengua no sometido a las reglas que sujetan o anulan (si es que esto es posible sin recurrir a la magia) la diferencia sexual.

En el discurso masculino como ya dije la cultura no deja de ser una naturaleza secundaria, arrancada de sus raíces corporales, de su entorno cósmico, de su relación con la vida. Esta relación sólo expresa denegación, y permanece en un perpetuo paso al acto inculto.

Por tanto, la dimensión sexuada es una de las más indispensables y no sólo para la reproducción, sino para la cultura y la conservación de la vida.

Muchas gracias Antígona y Cyrano por aportar vuestros enriquecedores comentarios.

Un abrazo, me despido con mi nuevo nombre, Andrómeda.



Sí, he elegido este nombre porque tiene relación más con la persecución y liberación de la mujer, y porque representa una constelación norte en los cielos.

Pasolosdias, tengo interés por ver esa película.Y Zarza, gracias por estar ahí y por todo.

Os envío un abrazo.

la liberación implica cambios lingüísticos


¿Deben las mujeres renunciar a sexuar a su interlocutor en la enunciación? No es deseable. El sexo es una importante dimensión cultural, pero necesitamos encontrar un nuevo equilibrio para las relaciones entre los sexos en la lengua, la sociedad y la cultura.

Sin renunciar a poner en palabras la diferencia sexual, es conveniente que las mujeres sean más capaces de situarse a sí mismas como un yo, yo-ella(s), de representarse como sujetos y de hablar con otras mujeres. Esto requiere una evolución subjetiva y un cambio en las reglas de la lengua.

Hasta el presente, para que un plural sea femenino se necesita que las mujeres permanezcan exclusivamente entre ellas: ellas se quieren, ellas son hermosas, etc., pero, también, para hacer posible una relación con el mundo subjetivamente femenina.

Esta necesidad lingüística condiciona ciertas formas de los movimientos de liberación. Las mujeres deben aplicarse a cambiar el contenido del discurso en función de las formas y las leyes de la lengua. Las mujeres deben aplicarse a cambiarlas para ser eficaces en el plano de los sistemas de intercambio, comprendidos los que se realizan entre las propias mujeres. Las estrategias de la no-mezcla son indispensables para estas cuestiones aunque un mundo no puede dividirse entre hombres y mujeres sin lugares de encuentro.

El discurso de las mujeres designa a los hombres como sujetos -salvo en la transferencia psicoanalítica- y al mundo como conjunto de inanimados concretos que pertenecen al universo del otro. Las mujeres establecen relaciones con el entorno real, pero no lo subjetivizan como suyo.

Ellas son el lugar de la experiencia de la realidad concreta, pero dejan al otro el cuidado de organizarla. Cierto es que la lengua no les ofrece los medios para otra cosa desde hace ya varios siglos. En efecto, las connotaciones de su discurso se expresan sobre todo en los adjetivos, por ejemplo, y no en el predicado actualmente producido.

Desde el punto de vista lingüístico, esto puede significar que su lenguaje presente corresponde a la transformación de un discurso que mantuvieron en otro tiempo (y/o que se resisten de esta manera a los caracteres más tardíos del discurso masculino).

En este sentido cabe interpretar también otros indicios: las elisiones de yo y de ella, todas las estrategias de anulación del femenino como sujeto del discurso, el problema de la transformación negativa, etc. Este será el objeto de mis futuras investigaciones sobre el sexo y el género del sujeto en el discurso y en la lengua.

Sylphides
~

dos mundos diferentes



En el discurso de los hombres el mundo suele designarse como un conjunto de inanimados abstractos integrados en el universo del sujeto. La realidad aparece como un hecho ya cultural vinculado a la historia colectiva e individual del sujeto masculino.

Nunca deja de ser una naturaleza secundaria, arrancada de sus raíces corporales, de su entorno cósmico, de su relación con la vida. Esta relación sólo expresa denegación, y permanece en un perpetuo paso al acto inculto.

Sus modalidades cambian, la inmediatez ciega del acto permanece. Las relaciones del sujeto masculino con su cuerpo, con quien se lo ha dado, con la naturaleza, con el cuerpo de los otros, incluidas sus parejas sexuales, permanecen sin cultivar. Mientras tanto, las realidades que expresa su discurso son artificiales, hasta tal punto mediatizadas por un sujeto y una cultura que no pueden ser compartidas, lo que, sin embargo, constituye la finalidad de la lengua.
Más aún estas realidades están lejos de a vida que se convierten en algo mortífero, como ya diagnosticó Freud al hablar del privilegio cultural de la pulsión de muerte.

El mundo evoluciona. En nuestros días, su evolución parece entrañar un riesgo para la vida y la creación de valores. De estos últimos subsisten a menudo lo sometidos al reino del dinero.

El peligro de los medios de comunicación desarrollados por las sociedades de responsabilidad exclusivamente masculina es que pueden impedir que emerjan otros medios de comunicación más vinculados a la vida, a sus propiedades concretas, o destruirlos si ya existen.

La dimensión sexuada es una de las más indispensables y no sólo para la reproducción, sino para la cultura y la conservación de la vida. Se trata, entonces, de saber si nuestras civilizaciones están aún dispuestas a considerar el sexo como una patología, una tara, un residuo de animalidad, o si por fin han llegado a ser lo suficientemente adultas como para concederle su estatuto cultural humano.

Semejante cambio pasa por la evolución de los aspectos sexuados de la lengua y de todos los medios de intercambio.

Sylphides
~

martes, 5 de febrero de 2008

la edad en la mujer


"A mí no me preocupa envejecer porque significará que voy a ganar ramas, que siempre seremos jóvenes mientras vivimos porque el día siguiente aprenderemos más, aunque cada etapa signifique desentrañar un enigma":


Otredad, qué bien lo has definido.
Sí, se trata de sentirse más libres ante los propios miedos, ante los fantasmas de los otros, deshacerse de todos los saberes, deberes y bienes inútiles.

Zarza, cuánto me alegro, también la maternidad debería pensarse en su dimensión espiritual y no simplemente material.

La mujer está más ligada a la educación de los hijos pequeños, lo que la mantiene en constante relación con los problemas del crecimiento.

Gracias, Pasolosdias, por tu elocuencia y vivacidad que nos transmites.

La vida está marcada por una serie de acontecimientos irreversibles que definen las etapas de la edad. Así, sobre todo en la mujer, parte de la pubertad (fenómeno que también se produce en los varones jóvenes), de la desfloración, de la concepción, de la gestación, del parto, de la lactancia, acontecimientos que pueden repetirse sin repetición, que se presentan cada vez de forma distinta. Y es que el cuerpo y el espíritu cambian, se produce una evolución física y psíquica.
La mujer también vive sus menstruaciones siempre vinculadas a la temporalidad cósmica, si lo pensamos, es decir, a la luna, al sol, a las mereas, a las estaciones.

Y finalmente la menopausia marca otra etapa en el devenir del cuerpo y espíritu femeninos, etapa que se caracteriza por un equilibrio hormonal distinto, por otra relación no sólo en lo social sino en lo cósmico. Y me interesa enlazar el devenir de la mujer con el tiempo natural o cósmico, para que desde aquí se favorezca un tiempo disponible para su vida social, cultural y política.

La clave de estos hechos ya no está en el individuo que celebra su aniversario, sino que está más allá de todo eso. Más allá de la economía comercial que detenta una parte de esa clave, que los individuos sufren a menudo, aunque encuentren en ello placeres secundarios.

El cumpleaños no puede reducirse asi a un año más y es particularmente cierto en el caso de las mujeres. Pues las mujeres están en perpetuo crecimiento incluyendo también la última parte de su vida.

Un abrazo para todos!



La idea de que hemos nacido mujer y de que hemos de devenir en espíritu o alma de este cuerpo y que debo desarrollarlo de acuerdo con un cierto equilibrio cósmico y social es lo que está en el centro de esta idea que quería exponer.

Vagabunda me has emocionado porque eres el vivo reflejo de tu experiencia y de una vida que se ha ido adecuando a ese constante suceder, y gracias por tu bonito y sensible comentario hacia nosotras.

Una vida no es demasiado tiempo para llevar a cabo esta tarea. Avanzar en edad puede ayudarnos a franquear etapas que nos dejen más libres para velar por la realización de nuestra identidad.

Ser madres cuesta mucho y ser mujeres en lo espiritual, todo ello en función de cada una de las etapas de la vida.

Un gran beso!



lo dijo Pasolosdias a Sylphides (y a Vagabunda y a Otredad tambien)


Querida amiga, y queridas Vagabunda y Otredad, las tres en tres estaciones, cada una de ellas con su particular belleza.

Es lo que dice Vagabunda, tu manera de escribir, por su complejidad, a veces asusta. Pero vale la pena leerte, porque das claridad a quien lo hace. Un día te lo dije, hace meses, eres como una funambulista sobre la cuerda floja que parece que va a caer, y de pronto, ya has llegado, segura de lo que querías decir, sin desmayo.

Vagabunda, quien llegara a tus años tan sabio y magnífico como tú.

Otredad, yo, a tu edad, era un tonto, sólo se me daba bien escribir versos tontos y cambiar de camino, con la duda constante. Y aun sigo así, con mis sempiternos 19 añitos, desconcertado.
¿Qué hago yo en este blog comentando los comentarios? Ni que fuera mi blog, Sylfide se enfadará conmigo y con razón.

Sólo es que me ganáis cada una por goleada, ¡pido tiempo muerto! Detened el tiempo, que aun tengo mucho que aprender para alcanzaros.

lunes, 4 de febrero de 2008

la sociedad y la lengua



La sociedad y la lengua


Parece que, directa o indirectamente, el hombre ha querido dar su género al universo, como dio su nombre a sus hijos, a su mujer o a sus bienes. El peso de esta condición en las relaciones entre los sexos en el mundo, en las cosas, en los objetos, es inmenso.

Aparte de los bienes en sentido estricto que el hombre se atribuye, ha dado su género a Dios y al sol, pero también enmascarado en el género neutro, a las leyes del cosmos y al orden social o individual. Y ni siquiera se ha planteado cuál es la genealogía de semejante atribución.

¿Cómo podría existir un discurso no sexuado si la lengua lo es? Lo es por algunas de sus reglas fundamentales, lo es por el género de las palabras repartidas de una manera no ajena a las connotaciones o a las propiedades sexuales, lo es también por su corpus léxico.

Las diferencias entre el discurso masculino y femenino son, pues, producto de la lengua y de la sociedad, de la sociedad y de la lengua. La una no puede cambiarse sin la otra.

Pero si no es posible separarlas radicalmente, sí lo es poner el acento del cambio cultural ora sobre la primera ora sobre la segunda, estratégicamente, y por encima de todo, no esperar desde la pasividad a que la lengua evolucione.

El discurso y la lengua pueden utilizarse deliberadamente para obtener una mayor madurez cultural, una mayor justicia social.

En no considerar la importancia de esta faceta de la cultura reside precisamente lo que da tanto poder al imperio de la técnica como algo neutro, a las regresiones sectarias, a la desintegración social y cultural que experimentamos, a los diversos imperialismos monocráticos, etc.

Conviene precisar también que la liberación sexual no puede llevarse a cabo sin cambios en las leyes lingüísticas relativas a los géneros. La liberación subjetiva requiere un empleo de la lengua no sometido a las reglas que sujetan o anulan (si es que esto es posible sin recurrir a la magia) la diferencia sexual.

Los puntos a esclarecer y modificar pueden variar de una lengua a otra, no debemos olvidarlo. Pero no conozco ninguna lengua actual que haya considerado su estatuto como un instrumento útil para repartir e intercambiar dos partes del mundo, formadas por dos sexos diferentes.

Las decisiones individuales, las buenas voluntades colectivas, no pueden sino fracasar en sus objetivos de liberación o de justicia social si no consideran teórica y prácticamente el influjo de los signos y reglas sexuadas de la lengua a la hora de modificar este instrumento cultural.

Sylphides
~

viernes, 1 de febrero de 2008

sentidos y razón



Aunque la razón no quiere
A los sentidos ceder,
Y el pensamiento condene
Lo que no llegó a ser,
Brota con fuerza el deseo
Y con amargura lo reprimo en mi ser.
Pero entonces te siento cerca
Y el tiempo se detiene otra vez,
De nuevo las miradas perdidas
Se cruzan en el aire sin ver,
Hacen que el sentimiento escondido
En mi triste alma vuelve a crecer.