lunes, 31 de enero de 2011

Por qué las sociedades más igualitarias casi siempre lo hacen mejor

Decía Henry Ford que sus trabajadores tenían que cobrar lo suficiente para poder comprar los coches que fabricaban. Mucho ha cambiado el mundo desde aquel entonces, provocando que la parte más rica de la sociedad aumente porcentualmente sus retribuciones por encima de la parte más pobre. Es decir, provocando que las desigualdades aumenten.
¿Es esto algo negativo? Hay ideas y argumentos para todos los gustos. Creo que una primera idea de consenso podría ser que lo más importante no es que la desigualdad aumente o no, sino que la parte más pobre pueda conseguir un mejor nivel de vida: educación, sanidad y demás servicios generalmente considerados básicos. Según esta idea de consenso da lo mismo cuanto aumente su retribución el porcentaje más rico de la población, lo que se debe luchar por conseguir es que los más pobres lo sean menos aunque salgan perdiendo si los comparamos con “la cúspide de la pirámide”.
 
Por lo general la mayoría de gobiernos apuntan en esa dirección, no se meten en la empresa privada (de acuerdo, unos se meten más que otros) pero tratan de conseguir ese objetivo loable de generalizar lo básico. De hecho muchas de estas cuestiones se consideran indicadores de “desarrollo” luego creo que existe consenso en ello. Lo que no está tan claro es por una parte cómo conseguirlo y por la otra hasta qué grado es deseable seguir.
 
Esto no se trata de capitalistas frente a comunistas ni mucho menos. Hablemos de EEUU, Japón o del estado de bienestar europeo unas personas cobran más que otras y creo que ese hecho en sí mismo a nadie le molesta. Las personas somos distintas, hay gente que trabaja más otra menos, variaciones de productividad, y por regla general nos gustan los incentivos. Por tanto creo que no hay dudas en calificar al capitalismo como vencedor.
 
Pues bien, en los últimos años los objetivos de bienestar por regla general fueron de mínimos, la regla imperante fue la de dejar que cada cual ganase lo que buenamente pudiese, siguiendo esa máxima de que quien genera dinero gana dinero (se merezca o no). El objetivo de la igualdad quedó aparcado a un lado como una idea arcaica, como algo asociado al socialismo de antaño.
 
La pregunta que quiero trasladar hoy no es relativa a los bonus que tan de moda están, sino a qué tipo de sociedad debemos aspirar. ¿Es mala la desigualdad o con los objetivos de mínimos llega? ¿Debemos perseguir un modelo más ecuánime?
 
Es un momento adecuado para plantearse estas preguntas, estamos en crisis y las crisis deben ser momentos de cambio y reflexión. Para ello me gustaría presentarles un libro llamado “Why More Equal Societies Almost Always Do Better”, cuyo resumen pueden encontrar en esta entrada, para dar un enfoque a la mentada cuestión. El texto analiza ciertos aspectos de las sociedades tratando de establecer correlaciones entre las más desiguales y las menos. Los resultados son sorprendentes.
 
 
Esta primera gráfica muestra que cuanto más desigual es un país mayor problemas de salud y problemas sociales presenta. Lo más curioso es que esta correlación no se repite si analizamos simplemente la renta, es decir, no hay relación entre que un país sea rico o pobre y el índice de salud y problemas sociales, pero si la hay con la desigualdad en la muestra analizada.
 
 
Aún más llamativo resulta el hecho de que los efectos negativos no se restringen a la clase menos favorecida. Si bien cuanto más rico se es menos enfermedades o muertes se sufren, comparando países todas las clases sociales se ven perjudicadas al comparar un modelo capitalista con otro en donde predominan mayores desigualdades.
 
 
 
 
Es cierto que podríamos buscar multitud de causas para estar relaciones, desde la casualidad a una relación espuria. No obstante el libro no ahorra en comparaciones y se producen efectos tan sorprendentes como que cuanto más igualitaria es una sociedad menos adolescentes quedan embarazadas, se cometen menos homicidios, etcétera. Y quizá, aunque pueda no parecerlo a simple vista, una realmente importante: la confianza.
 
 
¿Por qué Suecia tiene mejor calidad de vida que México? ¿Por qué España sale mal parada si la comparamos con Noruega? Es difícil de decir la causa principal, pero aunque no se lo crean hay numerosos estudios que trabajan en la hipótesis de que la confianza es el factor determinante. Desde luego no hay duda alguna de que cuanto más confiamos en nuestros semejantes mejor irán las relaciones personales, mejor irán los negocios y mejor nos irá a todos en general. Otra cosa es que haya otros factores que sean aún más decisivos, en cualquier caso la variable que tratamos es clave.
 
En la gráfica pueden ver en un eje el porcentaje de gente que dice “sí” a la pregunta de si confía en la mayoría de la población de su país, en el eje contrario se muestra la desigualdad. Nuevamente cuanto más equitativo es un país mejor parado sale en la comparación, en este caso sus ciudadanos confían más los unos en los otros.
 
Hay más ejemplos, pero simplemente quería transmitirles algunos datos curiosos sobre los aparentes beneficios que tienen las sociedades más igualitarias en la cuestión que planteaba al principio. Quizá no solo debamos aspirar a una solución de mínimos, quizá ser más iguales debe ser un objetivo. De ser así la mayor dificultad sería cómo conseguirlo. Desde luego no esquilmando a las clases productivas porque entonces las ventajas se perderían, los países que así actuasen saldrían muy mal parados comparándolos con cualquier otro pues generar riqueza es fundamental. Pero quizá sí llegando a un consenso entre todos, viendo en qué falla el capitalismo que tenemos para no ser lo suficientemente igualitario y trabajando en mejorarlo. Productivo sí, pero también ecuánime.
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47 .- Me estaba convenciendo el artículo , pero al llegar a la última gráfica observo como aparece Portugal [ conociendola no me creo que los portugueses confíen menos en sus conciudadanos que los españoles entre si ] parece que esta colocada en esa posición para que cuadre la teoría que postula. Eso no puede ser así de simple, debe haber otras muchísima mas variable que expliquen la diferencia de desarrollo de país y que ese desarrollo se distribuya mas justamente [no igualitariamente ]
46 .- continuo. No seria justo, propio de una sociedad igualitaria, que el universitario que ha recibido esta ayuda la devolviese a la sociedad cuando empiece a trabajar y a ganar un sueldo por encima de la media.Con este dinero se tendria para ayudar a mas jóvenes y se efectuaria un acto de autentica solidaridad.
Y ejemplos asi en esta sociedad donde las subvenciones se reparten con tanta ligereza seguro que hay muchos mas.
45 .- La definicion de sociedad mas igualitaria creo que puede clarificar la cuestion. Dicho asi sin mas , seguro que una mayoria de ciudadanos españoles pensará que se trata de una sociedad donde todos somos mas iguales en riqueza , calidad de vida, capacidad económica... Y yo creo que se debe a la falta de cultura o mejor a la cultura sectaria que en los ultimos años[ muchos] se nos ha insuflado.Donde hay que hacer un gran esfuerzo es en la igualdad de oportunidades, pero para estudiar, formarse y poder acceder a puestos de trabajo de calidad. Y eso falla básicamente porque lo que queremos es que NOS DEN TRABAJO , no que nos ganemos un puesto de trabajo[ ajeno y por cuenta propia]. Han pasado varios decenios y por desgracia estos valores no se han inculcado a nuestros escolares y universitarios. La principal funcion de los medios de comunicacion públicos[ pagados con nuestros impuestos] debia ser la formacion continuada que por otra parte para los padres es de las unicas vias posibles.
Voy a poner un ejemplo que parece mentira con la que está cayendo no se lo plantee nadie.Tenemos un gasto en becas, ayudas y subvenciones universitarias enorme,mas con el déficit en el que vivimos sigue
44 .- #43 En pocas palabras a veces la justicia consiste en no dar ni una sola oportunidad mas.
43 .- #42 Este caso que acabo de presentar es muy ilustrativo pues se da con bastante frecuencia en las escuelas de deportes colectivos.
Los chavales que no tienen minutos se quejan amargamente de que el entrenador no es justo con ellos porque no gozan de las mismas oportunidades que otros. En ese esquema entran tambien los padres que acusan al entrenador no ya de injusto sino de cosas peores.
Lo que está en juego aquí es el equilibrio entre la justicia aplicada al individuo al que no se le dan oportunidades y la justicia aplicada al colectivo, al equipo, que requiere del maximo talento para progresar como tal y al cual tambien se le han de dar oportunidades de contar con los mejores, a criterio del entrenador, claro.

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