Ni Nuestra Querida España (NQE) ni la otra (NnoQE), que todos llevamos dentro, se autoflagelan.
Antes al contrario, en las Españas impera la arrogancia y la autocomplacencia.
¿Cuándo los administradores de la Política económica han dejado de decir aquello de que "vivimos en el mejor de los mundos posibles" (Cándido-Voltaire)?
Y, por lo que respecta a la oposición, ¿al frente de la misma no está un señor que ya ha sido Presidente del Gobierno hace casi una década, bueno Vicepresidente, que viene a ser lo mismo, y que lo que defiende es que, con él, "vivíamos y seguiremos viviendo en el mejor de los mundos posibles"?
Finalmente, ¿no se oye altivamente en todas partes "pues-yo-no-veo-que-bajen?
El pecado capital de los españoles no es la envidia, es la soberbia, la antihumildad. Aquí reina la susceptibilidad.
En cuanto al debate sobre la "banca de reserva fraccionaria" en relación con el hecho de que, en NQE, la mitad del sistema financiero es público, político y provinciano, he de decir que me he equivocado diciendo que "el Balance Consolidado crece cuadrado" (ver el hilo "Amancio Ortega...").
Nunca debí utilizar el verbo crecer. Lo he hecho porque los banqueros utilizan la metáfora. Así, el Sr. Botín, cuando estuvo saliendo con su autocrítica en 2007 y 2008, decía:
- "Ciertamente, el sistema ha crecido mucho".
Lo que yo quería decir es que, en cada nuevo acto de creación de dinero bancario (habría que decir dinero crediticio), el Balance C-o-n-s-o-l-i-d-a-d-o contablemente no se inmuta (quitando las consecuencias en Resultados, o sea, lo que gana el prestamista) porque se van anulando los nuevos derechos de crédito (prestamistas, cedentes) con las nuevas obligaciones (prestatarios, cesionarios).
Dicho para que se entienda: es verdad que un mismo dinero originario ha dado lugar a otro tanto de dinero derivado; pero ese otro tanto se adeuda, o sea, que también nace una una unidad de deuda con cada unidad de dinero nuevo creado. En la misma medida que vamos creando dinero bancario, vamos aumentando el endeudamiento.
El endeudamiento debería actuar como el alcohol en el proceso de fermetación vínica, en el que un microorganismo (levadura) transforma el azúcar de la uva en alcohol, pero, como el alcohol es un desinfectante, hay un punto en que el microorganismo muere y el proceso se para naturalmente dando lugar a esa cosa tan rica que es el vino.
Esto es lo que no quieren ver los bancaculpistas. Lo que ha pasado es que ese punto de equilibrio por endeudamiento del proceso de "fermentación" crediticia, gracias al desarrollo tecnológico de la banca (computación, derivados financieros), ha resultado estar indeseablemente alto para los drogadictos y golfos (que provenían mentalmente de la época ye-yé de las inflaciones bidigitales). Sin embargo, después del dolor que está causando y seguirá causando la burbuja inmobiliaria (la más cruel de las burbujas, como la llamara Roach), ya nada volverá a ser igual. La gente ya no se va a hipotecar nunca jamás con la misma alegría. Nunca jamás. Porque estas son lecciones que la humanidad recibe una sola vez, como la bomba de Hiroshima, el virus del Sida, etc.
Evidentemente, matando al perro (el dinero bancario), matamos la rabia, pero, ¿eso es liberalismo auténtico?
Además, llevando el razonamiento al absurdo, dudo mucho que, suprimiendo radicalmente no solo el dinero bancario sino la banca misma, no fuera a haber burbujas.
Prepárense para la siguiente gran burbuja y déjense de lloriqueos de liberales de salón de Ludwig von Pisos y Friedrich von Cajas.
MFBH-P: el mayor festín bursátil de la historia a cuenta de las pensiones.
En cuanto al sector que será el elegido, sin duda, el energético.
