Ayer conocimos el informe sobre competitividad del WEF en el que España perdía muchas posiciones.
Sacamos sobresaliente en infraestructuras y en sanidad y un notable bajo en general con un 4.5 sobre 7. Suspendemos en materia laboral siendo el 115 de 135 países y también salimos mal parados en burocracia y resolución de conflictos que tiene que ver con nuestro sistema judicial, pero seguimos igual de mal que en 2009 en estos temas, entonces ¿por qué hemos perdido tantos puestos?
Por el aumento del déficit público, cuyo peso en el entorno macro es muy elevado, y por las dificultades de accesibilidad al crédito. España pasó de un superávit fiscal del 2% en 2007 a un déficit del 11% en 2009 lo cual justifica la caída en el índice. Ya hemos hecho un plan de austeridad y el déficit público en los siete primeros meses de 2010 se ha reducido a la mitad por lo que el problema ya está encarrilado aunque costará tiempo normalizarlo. La accesibilidad al crédito de nuestras empresas es un tema más complejo de resolver. Te adjunto el balance de nuestro sistema bancario comparado con el de nuestros socios europeos. En el epígrafe 1.1.3.1 se puede comprobar cómo las empresas españolas deben a nuestro sistema bancario 935 m.m. de euros casi el 100% de nuestro PIB pero sorprende que seamos el país que más endeudamiento bruto tiene por encima de Alemania y de Francia. Aunque en este blog siempre defiendo la mejora de competitividad de nuestra economía aún nos queda por disponer del parque empresarial alemán o francés que nos llevan décadas de adelanto y de curva de aprendizaje por lo que el dato confirma que nuestras empresas van muy pasadas de deuda y necesitan desapalancarse. Si le sumas que nuestros bancos, a pesar de la apertura de los mercados, tienen problemas para refinanciar sus vencimientos, la realidad es que el crédito seguirá racionado durante bastante tiempo y las empresas deben reducir su deuda a la nueva realidad de sus ventas y sus márgenes. El camino más rápido y eficaz es aumentar capital y mejorar su solvencia.
La reforma del mercado de trabajo no es óptima pero mejora la situación previa. No obstante, no modifica los contratos actuales por lo que tardará también un tiempo ganar puestos en el ranking. Donde sí nos la jugamos en el tema burocrático y judicial. Te adjunto un papel de mi buen amigo y mejor economista Carlos Mulas sobre un concepto que él define como el Estado Dinamizador y sobre el que acaba de publicar un libro que refleja muchos años de investigación. Carlos es doctor en Economía por la Universidad de Cambridge, profesor en la Complutense y dirige la Fundación Ideas, el Think Tank del PSOE. Como verás, los progresistas llaman a combatir la burocracia, algo que nos les diferencia de mis amigos de FAES, con el fin de liberar recursos que les permiten acometer sus políticas que mejoren la sociedad, donde las diferencias con FAES son casi antagónicas y centran su lucha política.
Por lo tanto, gobierne quien gobierne, hay que eliminar barreras para que las empresas desarrollen sus negocios, mejorar la eficiencia de la administración, la calidad de servicio y de orientación hacia al cliente, la digitalización de los procesos, el uso de internet, los horarios de la administración. Y es especialmente necesario en nuestra administración de justicia, impropia de un país tan desarrollado como el nuestro. Voy a dar un caso pero todas mis experiencias con la administración de justicia han sido de película de Cantinflas. Este verano he tenido que hacer varios trámites burocráticos tras el nacimiento de mi bebe. Fui a la Seguridad Social a solicitar mi permiso de paternidad y el trámite fue rápido y eficaz. Fui a la Agencia tributaria a solicitar el cheque bebe y el trámite fue extremadamente bien. Fui al Registro Civil, que gestiona el Consejo General del Poder Judicial, y el trámite fue un infierno.
Jose Carlos Díez
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