Durante años, las transferencias a las Autonomías y la burbuja de precios de la vivienda dieron caja libre para todos, con tal de que la administrasen los políticos de cualquier nivel. Y lo fueron sin que el IGAE ni las auditorías internas dijeran “esta boca es mía”. El control mensual de la ejecución presupuestaria no estatal ha brillado por su ausencia; ni en las legislaturas de Aznar ni Zapatero, precisamente cuando creció la burbuja hipotecaria y basado en el dinero barato y la corrupción de los permisos de construcción. Al Gobierno le resultará casi imposible conseguir el apoyo de las AA.PP. en cualquier plan de ahorro del gasto porque…¡Todas ellas están “quebradas”.
Luego están las subvenciones administradas sin control: el “cheque bebé” no progresivo, del que hablaba Leguina en su blog; los 420 euros mensuales a los parados sin otra prestación; los 120 euros para el alquiler de los jóvenes o la ampliación del PER en Andalucía y Extremadura. Y eso sin contar con el gasto fiscal a las empresas privadas. Todas estas subvenciones nunca han gozado de un control gasto/beneficio, y ahora se escucha aquella famosa frase del pasado que decía “cuando un país vive por encima de sus posibilidades, un buen día llega el FMI con su manual… “. Ahora, como les cuenta la Agenda política, llega Obama con su manual… Y eso sucede porque los mercados dicen que la economía y la política económica están globalizadas. De hecho, seguro que algún embajador de Obama le ha dicho que la UE va a proponer relacionar el indicador de déficit con el de deuda y a proponer que se obligue a los Estados con políticas fiscales insuficientes a constituir depósitos con intereses remunerados cuando no adopten las políticas adecuadas.
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De eso habla Andreu Missé en EL PAÍS, pág 23. Es decir, que Moody’s ya considera el rescate como un paso decisivo hacia una mayor integración fiscal. ¡Nada menos que una Unión Monetaria! Un sueño para el gobierno europeo y, de paso, para la canciller Merkel. Por eso el malvado periodista Carlos Segovia se atreve a titular su crónica de EL MUNDO de ayer, pág 37, “Merkel quiere que Zapatero recorte un 130% más”. ¡Qué astuto el periodista y qué lista la canciller, si tiene ustedes en cuenta que la banca europea tiene 73.000 millones de euros en bonos del Reino de España.
Salgado-Zapatero tendrán que romper con los sindicatos si quieren conservar la piel después de la paliza que les va a dar Merkel en defensa de esos 73.000 millones. Porque tendrán que subir el IVA y otros impuestos especiales.
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