lunes, 19 de octubre de 2009

la depreciación del dolar

DIVISAS

En EL MUNDO, pág 13, pueden ver al ex ministro Solchaga leyendo, en el despacho de conseguidores "Solchaga & Recio", la novela de Tom Wolfe "La feria de las vanidades". El periodista es un cara, porque abusa del entrevistado titulando su crónica que "Yo me hubiera ido mucho antes que lo hizo Solbes". Y lo dice el mismo día que Solbes va a conseguir que el Ecofin apruebe mañana la Junta Europea de Riesgo Sistémico, con capacidad de emitir alertas no públicas, para cuya presidencia se supone que le nombrarán a él mismo.

Si leen la pág 32 de EL MUNDO de ayer, verán que la Cumbre de la alternativa bolivariana para las Américas terminó el sábado con la firma de un documento que estudia la formación de una nueva moneda, el sucre, para el intercambio comercial entre sus socios. Una moneda que se pondrá en circulación en enero de 2010, a pesar de que Mercosur aún no ha podido instituir su propia moneda.

Las estimaciones del FMI han detectado que la circulación del dólar pierde una relativa importancia, hasta suponer el 62,8% del total de divisas (6,8 billones de dólares), mientras que el euro aumenta hasta el 27,5%.

El conflicto en el mercado de divisas ha hecho que, como se dice en EL PAÍS, pág 19, por primera vez más de la mitad de las reservas mundiales se hacen en euros. El euro se mantiene en máximos de 14 meses, cuando en abril de 2008 se situaba en 1,5991 dólares/euro.

Bernanke avisaba en EXPANSIÓN pág 16, del 10 de octubre, , de que la intervención en el mercado de divisas de diversos bancos centrales asiáticos (desde Tailandia hasta Singapur) daba un cierto oxígeno al dólar. Como con esta situación hay negocio en el mercado de futuros, hasta los analistas de Caja Madrid creen que, tras la ruptura del rango 1,44 y 1,38 dólares/euro, "la debilidad continúe y se dirija hacia un rango de precios entre 1,5 y 1,6". El daño a la economía japonesa será mortal, como se afirmaba en LA VANGUARDIA pág 59, del domingo 11 de octubre. Imaginen también las compras de Navidad en Londres.

El Ecofín trató últimamente del euro-dólar. Las cifras dicen con claridad que la fuerte y rápida apreciación del euro frente al dólar ya ha afectado negativamente a las exportaciones europeas, a las expectativas empresariales y a la producción industrial. La evolución de estos indicadores podría justificar la petición de intervención en el mercado de divisas. Y quizás justificaría que los bancos centrales dijesen que las intervenciones de los bancos centrales son siempre posibles y nunca se comentan. Pero es que una manipulación del tipo de cambio es algo que no debe hacerse en un mercado financiero civilizado, salvo para tener éxito. Y eso es, en estos momentos, muy improbable. Arriesgarse a intervenir ahora sería una pura aventura.

La actual cotización del euro está un 7,2% por debajo del récord de abril de 2008. Los precios que "ayer" eran de "equilibrio" se revisan sin problema al alza como si no existieran modelos matemáticos que ajustasen el precio adecuado para la posición relativa de cada economía. Parecería como si nadie tuviera ni idea de que va esto de las divisas. Los bancos centrales ya han realizado dos intervenciones "verbales" sin éxito lograr alguno. Ya no podrán repetirlas más. Para intervenir de verdad en divisas hay que tener valor (se juega el prestigio), mucho dinero e intereses comunes con las monedas que se aprecian/deprecian. Una intervención necesita de la cooperación y, sobre todo, del favor de la tendencia.

Y hoy por hoy la tendencia existe y favorece la depreciación del dólar. Si todo el mundo supone que los gobernantes estadounidenses quieren que el dólar se devalúe, nadie querrá mantener todas sus inversiones en esa moneda en espera que suceda tal augurio. Es la profecía que se autocumple. Por eso que los países de la OPEP y los emergentes quieren cambiar parte de sus reservas en dólares a reservas en euros. Puede que Obama cambie de la política económica de "benign misfortune", pero dado el doble déficit histórico alcanzado desde la época de Bush, de hacerlo, será bien adelantado el año 2010. Puede que los chinos cedan a las presiones y revalúen su moneda pero eso no sucederá hasta que comprueben el agotamiento de su modelo. Mientras tanto los europeos van a poder comprobar cómo, en 2010, sigue la recesión del crecimiento económico propio.

Sobre este asunto, seguro que les va a interesar también lo que dijo otro ministro, Josep Borrell, el pasado 10 de octubre en El financiero digital, bajo el título de "La guerra de las monedas". Como las guerras de divisas pueden hacer perder mucho dinero y, a la vez, beneficiar a las líneas aéreas de "cielos abiertos" que facilitan el turismo de "deme dos" a NY, la prensa se ha inundado de caricaturas y chascarrillos.

No hay comentarios: