Pataleo histórico del campo para salir de la "ruina total"
J. M. Lamet
Por primera vez en la historia, las tres grandes organizaciones agrarias irán de la mano en una manifestación de carácter nacional que afecta a todas las ramas de actividad del campo.
Será el sábado, 21 de noviembre, en Madrid, en protesta por la "ruina" que ha generado la crisis. Nunca se había producido un paro agrario general en toda España apoyado por todas las asociaciones.
Ocurrirá el viernes y el sábado, a instancias de tres asociaciones que han aparcado diferencias para unir fuerzas: Coag, Asaja y Upa. Les une la lucha contra el Gobierno para exigir ayuda. Y no caminarán solos. Les acompañarán 40.000 miembros de la federación nacional de comunidades de regantes (Fenacore) y la patronal de cooperativas agroalimentarias, que suma más de tres mil empresas y más de un millón de socios.
"Los agricultores y ganaderos se están arruinando. Es una auténtica debacle", asegura Pedro Barato, presidente de la organización agraria Asaja y vicepresidente de CEOE. Barato anticipa que "los ánimos están muy caldeados", por lo que se barrunta una manifestación tensa.
El sábado, a las 11.00 horas, se darán cita en Madrid decenas de miles de campesinos, que exigirán, desde la Puerta de Alcalá hasta la puerta del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, "soluciones" a su "ruina total". Los organizadores esperan "alrededor de 100.000" asistentes, a los que precederán decenas de tractores.
La jornada previa, el viernes 20, se llevará a cabo un paro general inédito en el sector agroalimentario, en el que el sector productor y cooperativo protestará por la situación de extrema dificultad por la que pasan todas las producciones y cultivos. Eso sí, "hay abastecimientos que serán difíciles de parar, como los de leche y otros alimentos perecederos", aclara Miguel López, secretario general de Coag. "Pero no llevaremos comida a los mercados", agrega. Además, habrá tractoradas, concentraciones y actos informativos por toda España.
La problemática del campo en los últimos tiempos puede resumirse en una sola frase: "falta de rentabilidad de las explotaciones", coinciden las asociaciones convocantes. Todos los sectores están en crisis, "desde el lácteo hasta el cerealista pasando por el vino, frutas y hortalizas, ovino y porcino", entre otros. La grave crisis que atraviesa el sector tiene su origen en el hundimiento de los precios que cobran agricultores y ganaderos por sus productos, a lo que se suma el elevado encarecimiento de los costes de producción.
Desde 2003 a 2008 se ha producido un fuerte incremento de los costes de la producción agraria (34,3%), que ya representan un 86% de la renta agraria final. A la par, la evolución del precio cobrado por agricultores y ganaderos se ha desmoronado. En el último año, los importes de la venta en origen de algunos productos han llegado a caer hasta un 60%.
Además, la renta agraria real total de los agricultores ha caído un 26%, según los datos del Ministerio, lo que se debe también a la pérdida de 124.000 empleos en dicho periodo. Dato este último que pone de manifiesto la agonía del sector rural.
"Es injusto e insostenible que el precio de nuestros productos esté por debajo de los costes de producción", clama Miguel López, secretario general de Coag. "Y si no, ¿cómo puede ser que un litro de agua sea más caro que un litro de leche? ¿Es que no se dan cuenta de que la distribución está abusando de nosotros?", se pregunta. En infinidad de casos, y el lácteo es de los más flagrantes, las explotaciones agrarias tienen que vender productos por debajo del precio que les ha costado producirlo, según los datos del sector. Eso es "insostenible a todas luces. La distribución está manteniendo márgenes aunque haya bajado precios, a costa de pagarnos cada vez menos, pero como esto siga así no va a quedar títere con cabeza", opina López.
"La economía agraria es primaria, pero es el inicio de la cadena económica. Es estratégica", señala López. Algo en lo que coincide Pedro Barato: "El Gobierno tiene que darnos soluciones, porque somos estratégicos". El sábado tratarán de que la ministra del Medio Rural, Elena Espinosa, les reciba. Le pedirán una reducción del IVA de los principales insumos agrarios, del 16% al 7%, así como otro alza de un punto del IVA que repercuten agricultores y ganaderos, adicional al que contemplan los Presupuestos Generales del Estado.
El anterior vicepresidente económico, Pedro Solbes, era receptivo hacia esa medida, y ultimaba una lista de productos que usan los agricultores a los que reducir el IVA, pero el gabinete actual no muestra la misma disposición.
La histórica reivindicación de un gasóleo profesional libre del pago del Impuesto Especial de Hidrocarburos tendrá fuerza en la manifestación del sábado, pese a que se ha ampliado la devolución de dicho tributo con carácter indefinido.
Además, el campo pide medidas que controlen la "opacidad" de los mercados agroalimentarios. "Entregamos nuestras mercancías y no sabemos cuándo y cuánto vamos a cobrar", proclama el presidente de Asaja. Los campesinos demandarán, asimismo, una línea de financiación del ICO y facilidades en las refinanciaciones de deuda. Lo que aseguran no pedir es subvenciones directas. "Estamos cansados de que se nos diga que nos dan muchas ayudas, y que estamos subvencionados. Nosotros lo que queremos es que se nos pagase en origen lo adecuado", subraya el secretario general de Coag . "No hay otro sector que esté tan mal".
"No estamos en contra del mercado, sino de que el mercado destruya un interés general como es la alimentación. A la banca la salvan, y el dinero no se come, así que...", apunta López, sardónico. "No queremos más dinero ni más ayudas, sino que se establezcan mecanismos de control institucional, porque somos un sector que sirve el interés general, la alimentación. Otros países como Francia han respondido. Sarkozy ha puesto más de 1.500 millones para el sector", agrega.
Los regantes solicitarán al Ejecutivo la puesta en marcha de un paquete de medidas destinadas a aliviar el fuerte encarecimiento de las tarifas eléctricas para el regadío. "En los últimos tres años, la factura eléctrica ha experimentado un incremento medio cercano al 70%, llegando a superar en algunos casos el 100%", afirma el presidente Fenacore, Andrés del Campo.
"No hay duda, el campo es una ruina", apostilla, lacónico, Miguel López.
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