El mundillo académico y de los jefes de gabinete de los ministros de economía, se divide en estos momentos en dos: los que quieren seguir estimulando la economía creando déficit público, o los que exigen de los políticos prudencia y reducción del nivel de gasto. El secretario del tesoro de EEUU quiere más gasolina; el comisario Almunia dice que quiere eliminar los planes de estímulo, para evitar que se dispare la deuda pública; Solbes y Solchaga reclaman más estímulos económicos, mientras que Rato dice que "es una pena, una tragedia, que España ajuste siempre por el empleo" y que no hay margen para más gastos. El debate está abierto: según PÚBLICO, pág 23, Mafo decía ayer en el FINANCIAL TIMES que España está preparada para la recuperación, mientras que el economista Fernando Fernández titulaba su artículo de EL ECONOMISTA del sábado pasado, pág 4, "Nos queda mucha recesión". Y el famoso González-Páramo aconsejaba en La tercera de ABC del 28 de octubre pasado que hay que "reducir para sostener". La polémica terminará cuando, como se decía en el suplemento NEGOCIOS de EL PAÍS del pasado domingo, pág 24, el FMI, "de cara a la próxima reunión del G-20.
Las abundantes previsiones pesimistas que hace apenas doce meses existían acerca de la situación económica internacional se han trocado en expectativas optimistas parcial y desigualmente compartidas. Existe un indicador cualitativo solvente del "estado de ánimo económico entre los creadores de opinión" , que es el número de veces que un término, concepto o palabra aparece citado en un grupo selecto de medios de comunicación del conjunto de los países de la OCDE.
Desde hace pocos días, en la cumbre del G-2 el número de citaciones "recesión" decrecía con inusitada rapidez en favor de las que hablaban de "recuperación". Esa rapidez ha creado un efecto "moda" entre aquellos que ganan dinero aconsejando qué hacer en el futuro cercano. La probabilidad de ganar dinero para uno mismo o para terceros es mayor al apostar sobre seguro a esa posibilidad. Ese efecto "cambio de opinión en público" ha inducido lo que se llama "una profecía autocumplida que ayuda a quien la defiende a tener prestigio. Luego han venido una serie de indicadores de recuperación intertrimestral del consumo en los países centrales de la OCDE que, aunque muy leves, podían tener verosimilitud. La suficiente "garantía de calidad en el análisis" como para poder hablar en público que la economía real ya no estaba siendo lastrada por las restricciones impuestas por la sequía crediticia. Es decir, que los "expertos " comenzaban a encontrar dinero "angels" para construir escenarios cada vez más positivos a los que asignaban mayores posibilidades de acierto.
Parecía como si la terapia keynesiana de repartir dinero publico a espuertas hubiera sido más eficaz de lo esperado. La teoría coincidía con los hechos. El laboratorio funcionaba. Por vez primera desde hacía casi 70 años y en un mundo do globalizado muy distinto del que había en la segunda posguerra. Parecería como que los viejos "dogmas" antiliberales, aquellos que exigían un nuevo modelo de regulación de los mercados, habían logrado separar la economía mundial de la depresión. Como dice la teoría, los ganadores podían "llevárselo todo."
Los hechos "bonitos" se acumulaban, el dinero público saneaba los balances bancarios a cambio de transparencia y de la asunción de responsabilidades. La reducción del valor de los activos, que hasta ahora era lugar común en toda la OCDE, se trocaba en posibilidades de negocio. La inversión en stock encontraba financiación y las tasas de caída de la producción industrial y la del aumento del paro registrado y controlado eran, respectivamente, cada vez más pequeñas. La persistente deflación dejaba paso a la ligera inflación Seguro que ya se podía intuir el color del fondo. La seguridad vencía a la inseguridad. Y ello se había producido sin que hubiera un claro país- motor que tirase de las exportaciones del resto y, por ello, consolidase un nuevo polo de influencia política global . Esta vez no había habido el juego "el motor japonés-el motor EEUU".
Eso podía demostrar que la recuperación venía de dentro del sistema . y que, para su conservación, para seguir pedaleando en la noria sólo se necesitaría poner en circulación una parte del capital "ocioso" acumulado por las economías emergentes que, gracias al dumping social, llenaban de dólares las cámaras de los bancos centrales de china e India . Por eso el riesgo actual que tienen los brotes verdes se encuentra en la falta de modelo para consensuar un equilibro "óptimo" en el mercado de divisas.
Por eso también son los avisos nerviosos de Obama y Jintao sobre el proteccionismo. Por eso es el conflicto de intereses entre las economías con elevados déficit público y por cuenta corriente y las economías que son excedentarias .
Por eso Obama insiste el la "política benigna" de devaluación del dólar y en la presión para que China revalúe el yuan. Por eso los organismos económicos internacionales estudian tanto la prospectiva de un posible cambio en la geoestrategia ...que favorece la Fosa del Pacífico en detrimento de la Cuenca del Atlántico.
Dentro de muy poco será un lugar común decir que "la recesión ha concluido aunque la recuperación vaya a ser más débil y lenta de lo deseable". Casi no hay nadie que manifieste lo contrario, sea escéptico o proclame la prudencia: "las recesiones suelen sorprender, las recuperaciones no. Los lugares comunes se forman siempre como una combinación de datos reales que son interpretados con voluntarismo. Los datos provienen de la publicación de una batería de indicadores que coinciden, desde hace muy poco, en que han dejado de bajar o que bajan mucho más lentamente o que han empezado a subir. El voluntarismo actúa siempre haciendo una lectura selectiva de estos datos (se valoran más los positivos que los negativos) e interpretando la coincidencia de indicadores al alza como una evidencia de que se "ha tocado fondo" o que "lo peor está muy próximo a ser sobrepasado". Como todo lo que cae y llega al fondo, rebota, el lugar común diría que, como la recesión ha sido tan corta respecto de lo imaginado que , el rebote no puede ser sino débil y lento. No está ocurriendo de forma súbita ni tiene mucha fortaleza. Aunque el presidente de KPMG afirme en el suplemento NEGOCIOS de EL PAÍS del 8 de noviembre, pág 16, que "la recuperación será lenta, pero nada en V, la evolución esperada de la economía ya no será en forma de L, LL, M o W, sino en forma de M. También se habría confirmado el valor predictivo de la evolución del mercado de valore que, tal como dice la teoría, habría podido demostrar que: "existe una correlación entre las variaciones de las cotizaciones bursátiles y el crecimiento real del PIB que se produce con dos trimestres de adelanto", o creando una volatilidad en el mercado bursátil y los de materias primas, como afirma el banquero Christophe Donay en CINCO DÍAS, pág 21, ha recibido el encargo de preparar un informe sobre los instrumentos que puedan generar recursos con el objetivo de financiar futuras crisis financieras. La discusión ya empezó en Saint Andrews: Tobin sí o Tobin no. Ésa es la cuestión".
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