miércoles, 3 de febrero de 2010

Olivier Blanchard, del FMI, ha aconsejado al Gobierno socialista que ajuste la economía mediante una devaluación interna.

La receta para España del FMI: bajar los salarios

El Fondo alerta de un proceso "largo y doloroso" y de los graves costes sociales

París

Durante los años 90 del siglo pasado, las grandes instituciones financieras mundiales pusieron de moda el llamado Consenso de Washington, una serie de recomendaciones de ajuste para convertir a países arruinados en economías desarrolladas. Recorte del gasto público, una política fiscal rígida, apertura a los mercados internacionales o la privatización de las empresas públicas formaban parte de esa polémica lista.

El problema es que ahora, casi dos décadas después, el recetario del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional no es mucho mayor ni hace demasiadas distinciones entre sus pacientes.

Ayer, el economista jefe del Fondo Monetario Internacional (FMI), Olivier Blanchard, volvió a insistir en que España, Grecia y Portugal tendrán que llevar a cabo "grandes sacrificios" para devolver la competitividad a sus dañadas economías lo que, casi con toda seguridad, obligará a una bajada de los salarios.

En una entrevista al diario económico francés Les Echos, Blanchard aseguró que los tres países mediterráneos son algunos de los más afectados por la crisis económica, lo que obligará a realizar "unos ajustes terribles" si se quieren dejar atrás las "serias dificultades" presentes.

¿Por qué el ajuste tendrá que venir a través de una bajada de los salarios? Pues porque, según el Fondo, la mejora de la competitividad es muy complicada cuando el entorno inflacionista es "muy bajo" Con los precios a niveles moderados, el recorte tendría que venir de los costes de producción. Eso sí, el FMI avisa de que otros costes, los sociales, serán muy altos, pues España, Grecia y Portugal afrontarán un proceso "largo y doloroso".

Además, el economista jefe del Fondo Monetario quiso participar en el renovado debate sobre la viabilidad del euro y los problemas que genera en las economías más débiles, sobre todo cuando éstas no pueden recurrir al clásico mecanismo utilizado en el pasado para mejorar la competitividad: la devaluación.

Blanchard reconoció que la unión monetaria genera "choques asimétricos", pero recordó también que una moneda común "aporta más disciplina, aumenta la competencia y elimina los problemas asociados al tipo de cambio", recalcando que Europa ha logrado hacer frente a la crisis mucho mejor junta, y con una divisa común, de lo que habría sido capaz de forma separada.

Sin embargo, y tras reconocer las ventajas de esa acción coordinada, Blanchard abogó por recuperar un equilibrio presupuestario en cada caso individual, algo, a su juicio, "esencial" para todos los países, pero especialmente a los más afectados. Eso sí, dado el incierto contexto a nivel mundial, el FMI considera que fijar ahora un calendario "preciso e inflexible sería un error".

Tipos estables

Por otro lado, Blanchard también opinó durante la entrevista sobre la política monetaria de los grandes bancos centrales, considerando "indispensable" que éstos mantengan los tipos de interés en los niveles actuales "todo el tiempo que sea necesario", hasta que no se registre "una recuperación sólida de la demanda privada", informa Europa Press.

"Si esto crea burbujas aquí o allí, habrá que actuar de diferentes maneras, pero lo esencial es que la actividad comience de nuevo. Esto no prohibe que los bancos centrales comiencen a retirar ciertos aspectos de su política monetaria que no tengan que ver con los tipos", concluyó.

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