Recuperación asimétrica
José Carlos Díez
T ras el dato preliminar de PIB en el que la economía continuaba en recesión en el cuarto trimestre con una contracción del 0,1% trimestral, al conocer el dato desagregado, las sorpresas han sido positivas. Haré toda la lectura en datos trimestrales anualizados, para entender mejor la inercia de cada variable.
El consumo privado, la inversión en equipo y las exportaciones registraron un crecimiento positivo. Meritorio fue el dato de consumo privado que, a pesar de una aportación negativa de las ventas de coches tras la euforia del pasado verano, ha crecido próximo al 1%. Esperanzador el dato de inversión en equipo que crece próximo al 12% tras un aumento cercano al 7% en el tercer trimestre. Con muchos sectores excedidos de capacidad, otros sectores ya están tomando el relevo y aunque comparamos la evolución, la realidad es que está cambiando su composición día a día.
Este economista observador se queda sin palabras para comentar el crecimiento de nuestras exportaciones. Durante diez años nuestras empresas exportadoras han tenido que soportar un diferencial de inflación y salarial con sus competidores y un tipo de cambio del euro sobrevalorado. Aun así hemos soportado la embestida de China y somos el país europeo junto a Alemania que mejor ha defendido su cuota mundial. Tras dos trimestres consecutivos creciendo por encima de las de nuestros socios europeos en el cuatro trimestre, nuestras exportaciones de bienes aumentaron un 14% y se unen las de servicios con un crecimiento del 9%. Simplemente, todo mi respeto y admiración.
En el lado negativo, el ajuste residencial sigue su curso y drenó dos décimas al crecimiento trimestral del PIB en el trimestre y el gasto de las administración públicas que se desplomó el 7%, lo cual tuvo una contribución negativa de tres décimas en la tasa trimestral del PIB. En términos contables, el sector público ha deslucido la posibilidad de que diéramos por acabada la recesión pero en términos económicos es una excelente noticia. El Estado, con bajadas de impuesto y sostenimiento del gasto, ha cumplido su papel anticíclico, compensando el desplome del gasto privado en los dos últimos años y suavizando sus efectos sobre la destrucción de empleo, pero ahora tiene unas necesidades de financiación del 11% del PIB y una vez que el gasto privado se ha recuperado, debe dejarle de nuevo todo el protagonismo y retornar sin prisa pero sin pausa a una senda de estabilidad presupuestaria.
La economía sigue destruyendo empleo y sigue siendo nuestra principal lacra. No obstante, la construcción que supone el 10% de los ocupados explicó el 30% de la destrucción, mientras la industria y servicios prácticamente han finalizado su ajuste. El reverso es que la productividad sigue creciendo un 2,5% anualizada, lo cual ayuda a explicar la recuperación de la inversión empresarial y el buen comportamiento de nuestras exportaciones y se verá apoyada por la estabilidad salarial pactada en 2010, lo cual favorecerá la ansiada recuperación del empleo.
Tras el dato, esperamos una tasa trimestral positiva en el primer trimestre que irá ganando fuerza gradualmente para alcanzar un crecimiento del 0,7% en el conjunto de 2010. El proceso de ajuste de sobreendeudamiento de parte de nuestras familias y empresas se seguirá realizando con tipos del BCE históricamente bajos y restará fuerza a la recuperación pero no evitará que se produzca, sólo una recaída mundial podría abortarla.
Ahora, nos toca llevar a buen puerto las reformas planteadas, especialmente la liberalización del sector servicios y la del mercado de trabajo y ser extremadamente prudente con el debate sobre nuestras pensiones. Nuestra economía necesita que nuestras familias reduzcan su anormal tasa de ahorro y no conviene crear dudas sobre su renta futura.
En el debate parlamentario de ayer, salvada la ilusión de unos nuevos Pactos de La Moncloa, CiU y PNV se mostraron favorables a pactos con el Gobierno, lo cual daría una mayoría suficiente para sacar adelante las reformas planteadas, al igual que sucedió en la última legislatura de González y en la primera de Aznar.
Todos los partidos estuvieron de acuerdo en la necesidad de recortar el gasto público, pero ese debate no corresponde a las Cortes Generales, ya que la mitad del gasto y el 80% de los funcionarios son responsabilidad de Comunidades Autónomas y Ayuntamientos y todos los partidos gobiernan en alguno, por lo que menos palabras y a predicar con el ejemplo.
José Carlos Díez. Economista Jefe de Intermoney
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