jueves, 11 de febrero de 2010

recursos ni innovadores ni productivos

TRIBUNA
Trenes y crisis

LO dice el profesor (UB) Juan Tugores en la pág 47 de
LA VANGUARDIA: "Hemos sustituido gasto privado poco productivo por recursos públicos ni innovadores ni productivos".


Juan Tugores Ques - Catedrático de Economía de la UB

En algunos países se advierte a quienes van a cruzar las líneas férreas que no se limiten a eludir el ferrocarril que tienen más próximo: "Un tren puede esconder a otro", de forma que si se ignora esta recomendación podría suceder que el aparente alivio de salir de un peligro conduzca a un batacazo al ignorar el siguiente.

A estas alturas parece clara la aplicabilidad de este mensaje a la crisis. Apenas sugerida la discusión acerca de los "brotes verdes" - más florecientes a escala mundial que en latitudes cercanas-aparecen otros trenes que amenazan. Por un lado empieza a pasarse al cobro la factura de la crisis en términos de los ajustes social y políticamente delicados y necesarios para restablecer la solvencia - y la credibilidad acerca de la solvencia-de nuestras cuentas. Los mercados financieros internacionales se han recuperado y son mucho más efectivos que las recetas de la Unión Europea o del FMI en lo que se refiere a imponer disciplina fiscal.

Por otra parte aparecen cada vez más sugerencias de que la crisis que estalló hace un par de años no era la única fuente de fragilidad y que tal vez las urgencias recientes han hecho olvidar otras fragilidades que ahora pueden reactivarse, con formatos rediseñados pero igualmente peligrosos. No se trata sólo de que en buena medida se hayan transferido los "activos tóxicos" al sector público, ni únicamente a que el endeudamiento privado más allá de cualquier límite razonable se haya visto sustituido/ complementado por endeudamiento público que en varios lugares amenaza con superar esa misma frontera.

Se trata también de que hemos sustituido un gasto privado orientado a actividades de baja productividad y dinamismo innovador por recursos públicos orientados en su inmensa mayoría a destinos a los que son aplicables los mismos calificativos. Cambiar de envoltorios pero no de contenidos es la vía más segura para que nos arrolle el siguiente tren... Y, signo de los tiempos, ya no es un castizo cercanías, sino un demoledor AVE.

Y a escala internacional los desequilibrios externos (principal pero no exclusivamente entre Estados Unidos y China) se habrían ajustado inicialmente a la baja como consecuencia de la contracción económica, pero hay indicios preocupantes de ausencia de los cambios de fondo requeridos para una vuelta a unos fundamentos más sólidos y de verdad sostenibles a ambos lados del Pacífico. No se trata sólo del retorno (falsamente) aliviado al business as usual,sino añadir un peligro y prematuro regreso al politics as usual que relaje prematura e insensatamente los débiles mecanismos de cooperación internacional. Por este camino la duda no es si nos pillará el tren, sino cuál de ellos lo hará primero...

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