¿Qué no harías por tus hijos?, se preguntaba ayer el periodista Quim Monzó en LA VANGUARDIA pág 18. Hoy, en pág 17 del mismo diario, se dice que en la discusión del Parlament catalán por regular el impuesto de sucesiones, los ecosocialistas apuestan por fijar el mínimo exento del impuesto en la mitad de lo que propone el Govern, es decir, 250.000 euros en vez de 500.000.
En el programa electoral que presentó el PP para las elecciones de 2004 se anunciaba la supresión "parcial" del Impuesto de Sucesiones y Donaciones "inter vivos" en las Autonomías donde el PP gobernaba (este tributo se rige por una ley estatal, pero está cedido). Es esta una promesa claramente dirigida a las clases medias, abaratando el coste del altruismo intergeneracional. No todas las ofertas electorales tienen tantas virtudes como en ésta: popularidad e inocuidad (puede cumplirse sin riesgo para las Haciendas autonómicas). De hecho este es un impuesto de reducida recaudación (1.270 millones de euros al año) cuya mayor utilidad es la de registrar el cambio de titularidad de los bienes.
En casi toda la OCDE está desapareciendo la imposición sobre la riqueza, que era consecuencia de la extensión de la prosperidad. No se consideraba tan importante que la fiscalidad distinga entre la riqueza acumulada por un individuo a lo largo de su vida y la riqueza recibida en herencia. Depende del punto de vista. En la primera legislación de Bush, varios famosos empresarios de los EEUU le dirigieron una carta en protesta por la desaparición del Impuesto de Sucesiones, porque desincentivaba el espíritu emprendedor: las ideas de la ética protestante del "norte", tan distantes de las del "sur" católico.
Poco a poco, todas las Autonomías han venido aplicando diversas bonificaciones y exenciones para el caso de herencias y transmisiones a minusválidos, vivienda habitual y empresas familiares. Pero ahora se va a permitir a las Autonomías hacer de todo: regular las reducciones en la base imponible, la tarifa del impuesto, las cuantías y coeficientes del patrimonio preexistente, ampliar el perímetro familiar o establecer deducciones o bonificaciones en la cuota. Por eso es seguro que prácticamente todos los partidos van a "chupar rueda" eliminando la competencia electoral por este concepto incluyendo de una u otra manera esta propuesta en sus programas. Así que sorprendentemente vamos a aproximarnos a Italia (tipo cero) o a Luxemburgo (5%), cuando la media europea es del 23%.
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