El anuncio de la moratoria de la deuda de Dubai World, que fue un horroroso fallo de comunicación y de transparencia de las auditoras y empresas de rating, hizo que se desplomaran los tipos a largo plazo, ya que si los Estados empiezan a presentar problemas de pago de deuda, los diferenciales podrían encarecer el sistema económico mundial basado en la deuda. El economista Edward Hugh (con Nouriel Rubini) se permite decir en el suplemento DINERO de LA VANGUARDIA, pág 11, hablando de los bonos rusos e italianos, que la situación de la deuda soberana de Grecia podría igualar a la turca, y califica la situación como "noticia espantosa". También un grupo de profesores de Afi decían ayer, en el suplemento NEGOCIOS de EL PAÍS (página 26), que "se plantea, en fin, un problema interesante: ¿es admisible la moratoria o la quiebra de la deuda externa de una entidad pública de un país cuyos activos exteriores (sean en Fondos Soberanos o en reservas de divisas) superan en muchas veces el importe de sus deudas? Una cosa es, como se hizo a raíz de la crisis argentina, facilitar procesos no traumáticos de reestructuración de deudas soberanas, y otra muy distinta, establecer barreras artificiales entre entidades públicas como una manera de eludir los compromisos de pago de los Gobiernos".
Ya verán que, dentro de poco, auditores y calificadores coinciden en aplicar la propuesta de S&P de la ratio de capital ajustado al riesgo, de la que se habla en EXPANSIÓN del pasado martes, pág 26; o de la amenaza que hace la UE a China para reclamar la revalorización del yuan como medida proteccionista eficaz. Lo curioso es que Isidre Ambrós dice hoy en LA VANGUARDIA, pág 36, que las autoridades chinas dicen que en su país hay 40 millones de personas que viven con menos de un dólar al día y que es muy difícil convencer a la población de que es necesario encarecer el yuan.
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