jueves, 4 de marzo de 2010

anatomía del miedo

Me ha recordado que hay un libro escrito por Jose Antonio Marina que se titula “Anatomía del miedo”, que es un retrato mas bien sobre la valentía. Y habla de la valentía y de la cobardía como dos maneras de enfrentarse al miedo. Dice que es un sentimiento universal y absolutamente poderoso.

Es un elemento esencial del ser humano mucho más duradero que el amor; se mueve en todos los ámbitos de nuestra vida y es fácil de manipular. Y es la inteligencia precisamente la que hace miedosa a la especie humana. Es decir, tenemos miedo precisamente porque somos inteligentes, no por todo lo contrario, que es lo que dice la tesis también de autor de este post.

Nuestra inteligencia está mas preparada para coger a un tramposo que para el conocimiento objetivo de la verdad, y por ese motivo operamos de ese modo. Por un lado, la inteligencia nos hace poderosos y, por otro, vulnerables. Ser inteligente es una ventaja y un inconveniente.

Voy a citar también a este filósofo que a mí me gusta:

Según Marina, hay «muchas formas de miedos, los normales y los patológicos», pero «la angustia es una de las peores manifestaciones, porque no podemos huir de ella, y la angustia ante nada se convierte en la angustia ante la nada». Frente al miedo, puso de manifiesto que los animales se enfrentan de cuatro maneras a este sentimiento: la huida; el ataque, que es lo que hace, por ejemplo, el toro; hacerse el muerto, como el caracol, y el sometimiento, que es lo que suele ocurrir cuando dos perros se pelean y el más débil se somete al más fuerte. La especie humana ha adoptado estas cuatro respuestas, pero ha incorporado una nueva, que es «hacer como si no tuviéramos miedo, negarlo», afirma.

Este autor opina que la valentía, «que es valorada positivamente en todas las culturas, es el arma que utilizan los humanos para enfrentarse al miedo». No se trata, aclara «de no sentir miedo, sino de enfrentarse a los problemas a pesar de que sintamos miedo». En este caso, «el humano actúa como cree que debería actuar», y «la valentía se convierte en el principio de la ética». Sin embargo, reconoce que la valentía es un instrumento «problemático», porque existen dos maneras de ser valiente, «la superior y positiva, que es el comportamiento de la persona que se enfrenta a sus propios miedos con buenos propósitos», y «la inferior, que puede ser la valentía del kamikaze japonés que muere, pero no tanto porque no tenga miedo como porque tiene miedo a la deshonra, o la del terrorista suicida que muere en nombre de una religión».

Este filósofo muestra su convencimiento de que «la sociedad, cuando tiene miedo, acepta lo que sea. Es, por ejemplo, lo que le ocurre a la sociedad norteamericana después del 11-S; tiene miedo del terrorismo y mayoritariamente acepta lo que ocurre en Guantánamo». A juicio del autor de ‘Los sueños de la razón’, «hay una relación muy estrecha en la historia entre poder y miedo. La religión, por ejemplo, fomenta el miedo pero es también un instrumento que nos protege del miedo, porque los seres humanos no podemos vivir en la indefensión y necesitamos que alguien o algo nos proteja».

Gracias por permitirme mostrar esta opinión de este autor que es también otra de nuestras cabezas pensantes, un besito!

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