jueves, 18 de marzo de 2010

el mercado de la corrupción

En este caso concreto se trata de un mercado en el que la oferta está constituida por gente emprendedora y audaz que se encarama a la política en busca de rentas para sí y para terceros. Y la demanda busca como influir con discreción sobre la capacidad de regular y de repartir el gasto público. Salvo casos concretos, el mercado de la corrupción sería, pues, un mercado "de oferta" determinado por la capacidad de decisión que tengan los corrompidos: no todos los funcionarios de alto nivel pueden influir en la regulación o en la asignación del gasto. Por eso es que la existencia de corrompidos es previa y condición necesaria para que haya corruptores. Sin embargo, de los primeros se habla mucho menos que de los segundos. Y la corrupción estará tanto más protegida cuanto mayor sea la cantidad a "repartir para todos".

La corrupción (sea negra, gris o blanca) siempre ha existido en todos los países. Y, en todos ellos, han existido leyes para perseguirla que han dado poco resultado porque la corrupción es muy difícil de probar. La eficacia de la legislación es preventiva y sólo suele darse allí donde se combina el rechazo social con una inspección eficaz del Estado y con el abandono voluntario, por parte de las autoridades públicas, de la capacidad de actuación discrecional en la vida económica. Esto es así porque la corrupción es una decisión de los corruptores/corrompidos que ponderan el beneficio que pueden obtener si sus acciones no son detectadas, el castigo asociado a sí lo es y a la probabilidad de detección existente. Ni el rechazo social ni la inspección del Estado han sido suficientes casi nunca para reducir la corrupción. Sin embargo sí que ha funcionado la reducción de la discrecionalidad de los funcionarios. En su defecto, mejor sería el Estado reducido. Aunque la historia dice que el mayor castigo posible para los corruptos descubiertos es que tengan que devolver todo el dinero del beneficio que hayan conseguido con el ejercicio de su corrupción.
Esta semana ha sido pródiga en el descubrimiento de corrupciones de los políticos. Se contaba cómo la policía había descubierto que matas había pagado en negro por la compra de su hermosísimo palacete de palma. Ayer se detuvo al ex consejero de turismo de la Unió Mallorquina, que había montado un negocio de recalificaciones amparándose en la protección de un periodista llamado Farrús. La protección mediática es importantísima tal y como se descubrió con el caso Roldán, pero más importante es la protección política, como se ha sabido con el caso Correa.

Para conseguir la protección política hay que, en muchos casos, repartir dinero a los partidos políticos para que se ayude a la financiación de los mismos. En ABC del pasado 26 de febrero, pág 22, se contaba acerca del "caso Astapa". Resulta fundamental que alguien de la trama de corrupción tenga capacidad para controlar los medios de comunicación y/o los policías y jueces. Por eso, ha sido tan importante el debate de la reforma electoral que ayer se produjo en el Congreso. Las minorías han vuelto a ser derrotadas en favor de as mayorías. El bipartidismo ha consolidado casi definitivamente el sistema electoral de las listas cerradas.


La trama de Bufetes y economistas que deslizan el dinero de la corrupción hacia los paraísos fiscales ha permitido que Roldán y Correa tengan hoy día un fondo de pensiones inaccesible para la Agencia Tributaria Española. El periodista Brunette contaba eso mismo en pág 16 de LA VANGUARDIA del pasado 8 de marzo.

Ahora que se va a reformar el Código Penal, el juez Bermúdez ha exigido el incremento de penas para los delitos de Corrupción y el abogado Paul McNulty aconseja que sea castigada con penas de Cárcel.

¿Cómo creen ustedes que el diputado foral que acaba de ser detenido por cohecho va a poder poner en riesgo Caja Vital y con ello el proyecto de un Banco Nacional Vasco? Hay mucho dinero en ello como para dejarlo al albur de la policía y los jueces. En este tipo de cosas no hay casualidades. Les agradecería que leyeran la opinión del profesor (UCM) Andrés de Francisco y la del profesor (UB) Jorge Calero.


http://blogs.publico.es/delconsejoeditorial/364/la-democracia-prudente/


http://www.radical.es/informacion.php?iinfo=13201

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