Me gustaría citarte de nuevo Elsa, en tu libro Inocencia radical:
"La empatía -la habilidad de sentir la emoción del otro- en teoría es la base de la moralidad: no queremos dañar porque sentimos el sufrimiento de los demás. Esta capacidad crea vínculos emocionales entre seres vivos. No se limita a la especie humana: es una habilidad antigua que probablemente tienen todos los mamíferos.
De acuerdo con la teoría de los tres cerebros interrelacionados, tenemos una parte del cerebro de origen reptiliano -el de la supervivencia y las respuestas automáticas-, un sistema límbico que controla la emoción y una corteza cerebral que permite el lenguaje, el pensamiento abstracto y las funciones cognitivas, muy desarrolladas en los seres humanos.
Por ello la empatía está programada en muchas especies y su expresión es simplemente una cuestión de grado, dependiendo de la complejidad cerebral alcanzada. La forma más sencilla de empatía es la imitación, el contagio emocional -respuestas automáticas fisiológicas, como cuando un gorrión huye del comedero al escuchar un ruido inesperado y todos lo siguen sin dudarlo-. Esta reacción ayuda a la manada o a la bandada a sobrevivir. Más complejo es sentir el dolor del otro e intentar ayudarlo. Evolutivamente, los científicos han descrito este tipo de empatía como altruísmo recíproco, una deuda contraída entre individuos que se ayudan entre sí de forma interesada y continuada.
Más compleja aún todavía es la empatía cognitiva, que implica la capacidad de comprender las emociones de otro ser vivo, es decir, poder ser capaz de ponerse en la piel de otro en función de la imaginación, como cuando el ganador de un partido es capaz de consolar a quien ha perdido."
"La naturaleza planta las semillas de la empatía en los seres vivos, pero para que puedan florecer mucho depende del entorno social y del cuidado en la primera infancia: necesitamos imperativamente un tejido social coherente y seguro para desarrollarnos adecuadamente. Uno de los pasos que tendremos que dar es aprender a crear los entornos adecuados, sociales, laborales y personales, para prevenir o frenar la tendencia al conflicto y a la maldad."
"Todos los grandes simios -chimpancés, bonobos y por supuesto humanos- muestran una empatía más desarrollada desde el punto de vista cognitivo. Lo sabemos desde hace tiempo: ya desde 1964 se había comprobado que un mono rhesus no come si para ello tiene que tirar de una palanca que proporciona una descarga eléctrica a un compañero de jaula."
De la empatía se ha dicho también otras cosas, Elsa, se ha dicho: “Pensaba que los sentimientos y la tolerancia me hacían débiles”. Cuando ciertamente es todo lo contrario, cuando hay empatía es cuando uno se siente fuerte y cuando puede dar amor y de alguna manera ser piadoso.
Pero el autocontrol y la tolerancia a la frustración se enseña también con la disciplina parental y por el hecho de responsabilizarnos de nuestras acciones. Se necesita así menos regulación y disciplina externa para convivir.
MIentras que la falta de atención, deliberada o accidental, apaga la empatía humana. Sin embargo a veces se cae en esta pasividad extrema sin darse cuenta, porque no se fijan en aquello que están ignorando o apartando de sus vidas. Tú hablas por ello de la tentación de la pasividad que mina nuestra capacidad innata.
Y también elogias a la madre Teresa "porque en realidad no sólo cuenta nuestra acción, sino que también cuenta el extraño poder que tiene el ejemplo que damos a los demás y que multiplica la influencia de nuestros actos. Los psicólogos llaman “elevación” al sentimiento de calidez y de emoción que nos provoca ser testigos de los actos compasivos y generosos de las demás personas. El altruismo ajeno conmueve y se contagia con facilidad."
Gracias, Elsa, porque siempre aprendemos de ti.
Pd: Desde la filosofía se podría decir que Hume habló de la “empatía” frente a la simple “simpatheia” o espontaneidad, y estableció unos deberes que se interconexionen con nuestros sentimientos de acuerdo con el punto de vista del “observador imparcial”.
Aún así la formulación del imperativo categórico kantiano vino a suponer una concreción mayor de lo que podría ser la formulación de un principio de universalización.
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Si el paso intermedio para despertar el altruismo es la empatía, es decir, la capacidad de sentir física y emocionalmente lo que siente el otro, ¿qué elementos impiden este mecanismo innato? Basicamente cualquiera que nos permita tomar distancia física, mental o emocional:
-La distancia física es característica de las nuevas tecnologías: todo parece virtual e incluso podemos “apagar” aquello que podría causar la emoción antes de que nos invada.
-La distancia mental significa simplemente no prestar atención. Para que la empatía fluya, un elemento importante es fijarse en el otro, dar tiempo a crear esa conexión emocional con otra persona. Los sociólogos hablan del trance urbano como de un elemento que apaga la empatía.
-La pertenencia a grupos sectarios, de índole ideológica, quese reúnen en torno a una idea o a un odio común y que utilizan el mecanismo de autojustificación para no sentirse mal con lo que hacen.
Delegar las responsabilidades en otros para sentirnos mejor. Hemos organizado una jerarquía social donde hemos asignado nuestras responsabilidades sociales a expertos y delegados para que ellos se ocupen en teoría de todo en nuestro lugar..
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