EEUU había mantenido un déficit público próximo al 3.5% promedio durante el último ciclo expansivo derivado por parte iguales de la rebaja fiscal acometida en 2001 y por el aumento del gasto público sobre el PIB y la deuda pública aumentó del 35% al 40% del PIB.
La historia recuerda al periodo Reagan, aunque el análisis de los ochenta es aún más desastroso. En aquella ocasión el déficit público promedio fue del 4.5% y la deuda pública aumentó del 26% al 40% del PIB. El déficit también fue producto de cóctel molotov con rebajas impositivas y aumentos del gasto público, en aquella ocasión también concentrado en el gasto militar en lo que se denominó la Guerra de las Galaxias. Es curioso que los reaganomics justifiquen ahora su estrepitoso fracaso en la gestión de las finanzas públicas, argumentando que gracias al aumento del gasto militar provocaron el colapso de la URRSS y acabaron con el comunismo.
El único periodo de gestión prudente de las finanzas públicas desde los años setenta lo ha hecho una administración demócrata liderada por el joven Bill Clinton. Cuando llegaron al poder el déficit era del 5% y la deuda pública del 48% y cuando lo abandonaron había un superávit del 1% y habían reducido la deuda pública hasta el 35% del PIB.
Obama va a tener muy difícil emular a su antecesor. La recesión ha provocado un desplome de los ingresos fiscales del presupuesto federal hasta el 15% del PIB, tres puntos por debajo del promedio histórico desde 1970 y un aumento del gasto de cuatro puntos hasta el 25%del PIB. Se acusa a Obama de poner en riesgo la sostenibilidad fiscal con su plan de reactivación, pero el gasto discrecional en 2009 apenas ha supuesto el 1% del PIB, por lo tanto sólo es responsable de menos del 10% del déficit.
Si miras en la pestaña de Budget projections de la página del CBO podrás comprobar cómo con el presupuesto presentado por la administración Obama para 2010, EEUU tendría un déficit público superior al 3% que exige el Pacto de estabilidad en Europa hasta al menos 2020 y la deuda pública se dispararía hasta el 90% del PIB. Por desgracia, el CBO no incluye en sus proyecciones la deuda de las entidades financieras nacionalizadas. EEUU ya ha intervenido casi 300 bancos y según el Fondo de Garantía aún hay otros 700 susceptibles de caer. La mayoría son cooperativas y mutualidades de un tamaño ridículo pero la administración Bush nacionalizó Fannie mae y Freddie Mac, dos agencias hipotecarias con pasivos de 5 billones de dólares equivalente a un tercio del PIB por lo que en un solo día EEUU dobló su deuda pública. Por lo tanto, de no acometer cambios, la deuda pública estadounidense se aproximaría al 120% del PIB en 2020.
La administración Obama, con buen criterio, ha decidió mantener un déficit previsto para este año próximo al 10% del PIB. El objetivo en 2009 era poner coto a la depresión y poner techo a la tasa de paro y se ha conseguido y en 2010 el gasto privado sigue débil por lo que una retirada apresurada de los estímulos provocaría el síndrome de la W como sucedió en 1937 cuando Roosevelt, después de haber sacado a la economía de la depresión, optó por volver al déficit cero para poner freno al aumento de la deuda pública.
En otoño hay elecciones al Congreso y al Senado y después del fracaso en Massachusetts y con la oposición republicana abanderando la ortodoxia fiscal sería un suicidio político acometer cambios profundos por lo que el déficit público superará el 7% del PIB en 2011. Obama ha decidido, de nuevo con buen criterio, no renovar las rebajas fiscales de 2001y ha subido las cotizaciones sociales que, junto a la recuperación de la actividad, ayudarán a que la presión fiscal remonte pero no alcanzaría el promedio histórico hasta 2012.
Pero paralelamente, Obama está intentando hacer universal la sanidad en EEUU. Los estadounidenses gastan en sanidad el doble que los países europeos y tienen los mejores hospitales y los métodos más avanzados pero el sistema deja sin cobertura a 56 millones de personas, casi el 20% de la población. El aumento de la cobertura está por tanto justificado pero su financiación, según el CBO, no se conseguirá sólo rebajando los elevados costes del servicio actual sino que presionará sobre el gasto público futuro.
Analizar el pasado tiene interés, pero el pasado no se puede cambiar por lo que tiene más interés analizar el presente y ver que propuestas hay para resolver el problema en el futuro. EEUU sigue liderando el debate de ideas por lo que las tendencias acabarán llegando a Europa, por lo tanto el análisis tiene doble interés, el intelectual y el que nos acabará afectando a nosotros. Reconociendo que estamos ante un problema político, ya que afecta a toda la sociedad, yo centraré mi análisis en un interesante debate académico. Keynes sentenció en su Teoría General que “todo hombre práctico es cautivo de las ideas de un economista difunto”. En esta ocasión, los hombres prácticos, la clase política, serán cautivos de economistas vivos, aunque éstos son cautivos de economistas difuntos ya que en el mundo de las ideas económicas es entrópico; las ideas ni se crean ni se destruyen, se transforman.
El debate que analizaremos se produce en la Universidad de Harvard, por dos de los economistas más prestigiosos del momento. Jeffrey Frankel, fue miembro del Consejo de asesores de Bill Clinton entre 1996 y 1999 y es miembro del comité de ciclos del NBER, el que determina cuando empiezan y acaban las recesiones y las expansiones. Gregory Mankiw, formó parte del Consejo de Reagan y apodado como reaganomic y luego fue Presidente del Consejo de Bush desde 2003 a 2005, es miembro del CBO, también del NBER y autor del manual de introducción a la economía más utilizado en las facultades de economía del mundo.
Te adjunto dos link a sus respectivos blogs en los que proponen las medidas necesarias para que EEUU retorne a la estabilidad presupuestaria que alcanzó en la década de los noventa.
http://content.ksg.harvard.edu/blog/jeff_frankels_weblog/2009/12/01/ten-ways-to-move-the-budget-back-toward-a-sustainable-path/
http://gregmankiw.blogspot.com/2010/02/thoughts-about-fiscal-commission.html
Cómo podrás comprobar los dos reconocen que será necesario subir los impuestos y recortar gastos. ¿Qué proponen? Aumentar los impuestos sobre la gasolina, un nuevo impuesto sobre emisiones contaminantes, subir el IVA, retrasar la edad de jubilación, eliminar la desgravación por la compra de vivienda, etcétera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario