miércoles, 14 de abril de 2010

emerge de la recesión España

A pesar de que el gasto del Fogasa se haya duplicado en estos últimos meses, la aparición de brotes verdes en la economía española es cada vez más consitente. Los últimos indicadores solventes así lo muestram:por ejemplo el Índice de Fedea; o el Informe de Ventas, Empleo y Salarios en las Grandes Empresas.

Mucho tiempo llevamos diciéndoles que apuesten su inversión y gasto al lento final de la recesión económica en España y ahora más todavía cuando el INE ha publicado el Indicador de IPI Industrial que ha arrojado una subida del 1,1 % interanual en los bienes intermedios. Es así como cotizalia.com puede titular “España emerge de la recesión: la producción industrial crece hasta en seis autonomías”. Ésta aventurada afirmación quizás pueda ser cierta, ya que el indicador que mejor adelanta la evolución de la situación es el de la producción industrial (IPI). En estos momentos, si no fuese por la actividad de refino, la producción tendría un crecimiento negativo, lo que preludia una menor inversión en bienes de capital. La economía española destruye mucho empleo (tal como muestra la afiliación a la Seguridad Social), pero es mayoritariamente de baja cualificación. El crecimiento de la industria es el verdadero motor del empleo estable, al influir directamente en la creación de empleo de calidad en el sector industrial e indirectamente en el sector servicios. Además el IPI es el indicador que mejor “adelanta” la evolución del resto de la economía, ya que la producción real de la industria depende estrechamente de factores sujetos a la competencia internacional que “advierten” enseguida de la situación económica exterior.

http://www.crisis09.es/indice/
La ligera recuperación de la producción (producción industrial, Fedea) indica que la industria española no depende tanto del consumo interno como de la capacidad de exportar hacia las economías de los países de la UE (por ejemplo, la química o la del automóvil). Al fin y al cabo la industria española está constituida por pymes y filiales de multinacionales. Hoy por hoy, la producción industrial española depende de la evolución de la cadena de valor europea. Además tenemos la amenaza del dumping social (China, India) sobre la fabricación textil, de muebles y zapatos y el efecto de la depreciación del euro frente al dólar, que parecen haber eliminado los efectos benéficos de la moderación salarial. Sólo queda mantener o ampliar las ayudas fiscales al saneamiento empresarial.

Si el Gobierno tiene fuerza para convencer a los sindicatos para que acepte el nuevo contrato laboral de 33 días, podría convencer a Ferrán-CEOE para que redujera la exigencia sobre la rebaja en las cotizaciones sociales. Sería una forma de garantizarse la viabilidad del presupuesto de la Seguridad Social y no poner en peligro el déficit público global.

Si yo fuera la ministra Salgado enviaría a Campa para dar instrucciones explicando el caso académico de cómo salir de una caída en la demanda con una restricción de crédito exterior y una sequía crediticia interior.

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