domingo, 19 de septiembre de 2010

la burbuja y el papel fiduciario

ppcc
En Economía, las declaraciones ideológicas siempre hay que entenderlas provisionales, en permanente replanteamiento. Recuerden cómo en pleno fragor de la crisis, los empresarios pidieron algo así como "un paréntesis de la Ley de la Oferta y la Demanda", los mismos que se encogían de hombros cuando les decíamos que los precios inmobiliarios son absurdos; o sea, que quienes suelen exhibir obscena y jactanciosamente su antiestatalismo, pedían sin pudor la intervención del poder político y el Fisco.
Lo importante de la pieza "¿Soy liberal?", de JC10, no es eso, sino su explicación bancaculpista/reguladorculpista del crash, que, según nuestro leal saber y entender, le causará más problemas de los que él mismo cree.
Fíjense cómo no cita ni una sola vez la palabra "inmobiliario", cuando es oficial que la crisis ha sido desencadenada por las hipotecas subprime, o sea, que, en determinado momento, se tuvo la certeza de que cierta inversión crediticia para adquisiciones inmobiliarias, garantizada con las propiedades adquiridas, quedaría descolateralizada.
- "El principal problema del sistema bancario internacional es la deflación de activos en el mercado de crédito, provocada por la existencia de un exceso de oferta de papel para la actual demanda del mismo".
Parece como que, para JC10, estaríamos en un mundo bizarro en el que lo financiero tendría vida propia y autónoma, desvinculada de los negocios causales. La actividad financiera sería un fin en sí misma y habría caído en el "peloteo" (este término no es vulgar, sino que goza de una gran enjundia técnica; toda la vida se ha llamado "papel pelota" a la letra de cambio que carece de causa).
Una cosa es acusar al sistema financiero y a los reguladores de falta de diligencia, incluso negligencia; y otra de dolo, de la malicia de crear títulos-valores sin causa, solo para estafar al Estado y sus contribuyentes, o sea, al sistema fiscal, puesto que la recaudación tributaria futura es la única instancia capaz de ser la cesionaria final de todo el papel pelota generado.
Las rajadas contra la banca deberían ser letales en ambientes liberales, ¿o no? No entiendo nada.
Del mismo modo, me parece alucinante que liberales de salón (JHS) den cobertura teórica a la castración bancaria, a la supresión del dinero bancario, es decir, a la prohibición de la actividad crediticia a partir de depósitos (anatematización de la "banca de reserva fraccionaria"), en vez de poner el foco en los efectos perversos de gozar de la malla de seguridad del Estado (last resort lending); y, por ende, no enfaticen la responsabilización individual de las entidades de depósito y crédito y sus accionistas y depositantes.
El liberalismo de verdad no se funda en la contraposición individuo-Estado, sino en la consideración de que el ser humano es libre para hacer el bien y el mal, y que, muchas veces elige hacer el mal, por lo que debemos protegernos.
La actividad financiera siempre es finalista (un medio orientado a un fin) y no tiene consustancialmente ningún elemento de estafa. Esta vez el mal ha estado, no en la expansión incontrolada de un hipotético papel pelota, sino en que el negocio causal de la actividad financiera estaba sobrevalorado. Esto solo ha sido una burbuja inmobiliaria global provocada libérrimamente por nosotros mismos, la primera gran enfermedad económica de la Era Cero, la era de la estabilidad monetario-cambiaria, la era del dinero abundante y barato sin inflación.
El sistema financiero no tiene entre sus actividades producir papel pelota (si así fuera, habría que destruirlo, desde una óptica capitalista) y, lo que es igual de importante, no han fallado los mecanismos internos y externos de control; antes al contrario, la burbuja ha sido desactivada a tiempo.
Procedamos a la rendición o capitulación del negociete que todo lo ensucia y miremos al futuro con entusiasmo.
¿Ven por qué decimos que nosotros somos los auténticos optimistas?

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