domingo, 5 de septiembre de 2010

¿qué hubiera pasado fuera del euro? Las devaluaciones competitivas

Está escrito después de la crisis del SME en 1992 y anticipa que hubiera pasado con una moneda única, por lo que hace una descripción casi simétrica de la crisis de la deuda de los países periféricos que hemos sufrido antes del verano. Ambas crisis tienen muchas similitudes, la duración ha sido similar, los países implicados eran los mismos pero ahora en vez de especular en el mercado de divisas, las tensiones han sido en los mercados de bonos.

Aunque hablaba de nuestra querida España en 1996, lo que describe Antonio se puede hacer extensible a Grecia punto por punto. Sin embargo, en lo referente a España creo que se equivocó plenamente en su pronóstico y cuando Antonio lea este post nuestra próxima comida será amistosa, como siempre entre dos economistas que se profesan un gran respeto profesional, pero el debate intelectual será tormentoso.

En primer lugar, Luis Angel Rojo, posiblemente el mejor economista español de todos los tiempos, no era un monetarista y fue el líder intelectual de nuestra entrada en el euro. En segundo lugar, nuestra entrada en el euro ha supuesto la convergencia en renta por habitante más intensa y prolongada de la economía española desde los años sesenta lo cual nos ha permitido alcanzar a nuestros socios, algo impensable en 1996. En tercer lugar, el proceso se ha producido con la generación de empresas y proyectos empresariales rentables en entornos competitivos, según Antonio nuestro principal hándicap en 1996. En cuarto lugar, buena parte de esos proyectos han sido en el sector exportador ya que nuestra base de empresas exportadores ha aumentado un 20% desde nuestra entrada en el euro. En quinto lugar, los augurios sobre nuestra incapacidad de salir de la recesión sin devaluar han demostrado ser infundados, sin duda por todo lo descrito anteriormente y por mérito 100% de nuestras empresas, incluyo a empresarios y trabajadores como protagonistas.

Según el INE, el índice de volumen encadenado en base 2000 de nuestras importaciones de bienes en el PIB era de 132.4 en el 2tr10 y el de importaciones de bienes también de 132.4. Me he sorprendido gratamente ya que eso significa que el aumento de las exportaciones e importaciones desde 2000 ha sido el mismo y desmitifica nuestra supuesta sobrevaloración del tipo de cambio. Entonces ¿por qué padecemos un déficit comercial tan abultado? Los datos que yo te doy eliminan el efecto precio y son en términos reales o número de coches o de maquinaria mientras los datos de balanza comercial son nominales e incluyen los precios. Sólo recordar que el precio del petróleo cotizaba a 20$ por barril en el año 2000 y ahora lo hace por encima de 70$, lo cual supone un profundo deterioro de nuestra relación de intercambio. Si nuestra económica no hubiera avanzado en eficiencia y competitividad ahora seriamos más pobres por la subida de los precios de un bien importado que no poseemos.

Pero si hacemos el cálculo equivalente al del periodo que elige Antonio entre 1993 y 1995 deberíamos escoger el periodo 2009-2010, pasado los dos primeros trimestres de recesión y coincidiendo casi con el suelo del ajuste. Pues bien, desde entonces nuestras exportaciones sin devaluación han crecido un 15% y las importaciones tan sólo un 6%. De nuevo ha sido el desplome de nuestra demanda interna el que explica la caída de importaciones pero el crecimiento de nuestras exportaciones acaba con el mito de nuestra falta de competitividad derivada de nuestro diferencial de inflación y de la sobrevaloración del tipo de cambio real. La tesis de Torrero es la misma que defiende Paul Krugman para nuestra querida España y la clave la da Keynes en la maravillosa glosa que Antonio introduce en su conferencia en la página 13. El gran economista británico advertía que aquellos países donde los salarios suban por encima de la eficiencia se verán abocados a crisis cambiarias y elevada volatilidad cíclica que aumenta la incertidumbre y reduce la acumulación de capital y el crecimiento de la renta por habitante, este es el caso de Grecia, según Meltzer la principal obsesión del economista inglés.

Como no me canso de explicar en este blog, la productividad por ocupado, principal estimador de eficiencia, de nuestra querida España ha superado con creces el promedio europeo en 2009 y eso hace que nuestra convergencia en renta de la última década sea permanente y explica que nuestras exportaciones hayan tenido tan buen comportamiento durante la crisis a pesar de no poder devaluar.

España tiene otros problemas, principalmente su elevada deuda exterior en un momento donde los mercados financieros internacionales funcionan anormalmente pero eso es una crisis de liquidez, no de solvencia. Lo mejor de la conferencia de Antonio es cuando dice que “el economista profesional debe ser esclavo de la realidad” y “debe entender la realidad como es y no como le gustaría que fuera”. En este caso, el alumno corrige al maestro pero la frase se puede aplicar al mito de la caverna en el que nos encontramos y a aquellos que siguen sin recoger en sus análisis lo descrito en este post. Y que nadie hable de milagro económico, como decía Einstein “Dios no juega a los dados con la naturaleza” y la suerte es para quien la trabaja y en esta caso nuestras empresas exportadoras, de nuevo tratar por igual a empresarios y trabajadores, son las protagonistas.

El problema en una decisión es que siempre hay que calcular el coste de oportunidad de la no decisión. La tesis de Torrero es valida pero habernos quedado fuera del Euro habría sido un "error evitable".


Jose Carlos Díez


Diego Méndez

Hola José Carlos,

un debate apasionante. Personalmente, creo que evaluar la creación del euro desde una perspectiva exclusivamente económica es cortoplacista. Los resultados del euro no se miden a 15 años, sino más bien a 150 años: el euro era el siguiente paso en la unión política de Europa y, a muy largo plazo, la unión política de Europa podría ser adoptada como modelo para una unión política de alcance global. Solana entiende esto mejor que nadie.

También difiero en otro gran tema filosófico: la suerte (o, si prefieres, el azar) existe y tiene mucha más influencia (en la vida, en el destino de los países) de lo que estamos dispuestos a admitir generalmente. Te recomiendo los escritos de Nassim Taleb.

Después de los dos párrafos anteriores, cualquier cosa que diga parecerá cortoplacista e irrelevante :-) Me arriesgaré: te doy la razón en que la economía española está mejor que hace 15 años pero, ¿no podía haber estado todavía mejor?

Hace 15 años teníamos un 1% de gasto en I+D. Hoy es un 1,3%. ¿Es una gran mejora para un periodo de 15 años, cuando otros países gastan el doble y el triple?

Si hubiéramos puesto más el acento en mejorar la educación y la investigación; si, como en Alemania, hubiéramos quitado la desgravación por vivienda y hubiéramos dedicado íntegramente ese dinero a un fondo de creación de empresas tecnológicas (Gründerfonds), ¿no nos hubiera ido mejor?

Comparado con ciencias de verdad (sin ánimo de ofender), la economía nos ofrece muy pocas leyes verificadas. No sabemos si las burbujas son buenas o malas. Lo que sí sabemos es que la educación y la investigación son fundamentales para el desarrollo económico a largo plazo, así como el ahorro. ¿No podríamos habernos centrado más en ello?

Insisto: el euro es mucho más que economía; y sus efectos son mucho más que 15 años. Pero en este periodo ha tenido muchos efectos negativos (entre ellos, pérdida de competitividad y una burbuja que nos dejó hiper-endeudados) y, sobre todo, perdimos el foco de lo importante: la educación, la investigación, fundar empresas tecnológicas, crear una sociedad menos corrupta y gastar siempre con cabeza.

Dani D

El profesor Torrero manifiesta su preocupacion por la pérdida de uno de dos instrumentos de política económica, la politica monetaria, para una economía que, como él mismo dice, presentaba problemas de funcionamiento en el mercado de trabajo, servicios, circuitos comerciales, Administracion Pública, etc (problemas aún vigentes).

Como muy bien explica en el artículo, la entrada del Euro representa la imposibilidad de realizar devaluaciones competitivas. A mi entender, el problema no era ese, sino el porqué necesitabamos este tipo de devaluaciones cada x tiempo. Aquí es donde se tendrían que haber realizado más reformas para hacer la economía más competitiva y reducir el diferencial inflacionista con el exterior. Quizá era más fácil entrar en el Euro, antes que esperar para acometer fuertes reformas estructurales (mucho más traumáticas).

La situacion actual, ¿se debe a la imposibilidad de realizar devaluaciones competitivas o a una mala orientación de las exportaciones? A ambas cosas. Si analizamos el valor de exportaciones con origen España (año 2008) a Europa representan un 72% del total, mientras que al BRIC apenas es un 3% (Brasil 0,87%, Rusia 1,5%, India 0,41% y China 1,14%). En definitiva, nos hemos oblidado de las economías en crecimiento y exportamos a modelos maduros. Este es un error. Que no seamos capaces de vender tecnología a países que se estén desarrollando fuertemente nos tiene que dar que pensar.
Es evidente que Alemania y Francia se recuperarán (29% del total de Exportaciones de España en 2008), pero a un ritmo menor que las economías emergentes.

No sólo existe la vía de reduccion de salarios para mejorar nuestra competitividad. Tenemos otro camino alternativo: el sector energético. Debemos reducir la dependencia del petróleo e invertir en fuentes de energía ya conocidas como la nuclear (tengan claro que varios países de Europa están apostando claramente). A partir de ahí podremos reducir costes, reducir nuestra dependencia exterior y realizar eso que llamamos devaluaciones competitivas. Al mismo tiempo, no recibiremos de forma tan importante las consecuencias de un encarecimiento del precio del crudo por conflictos bélicos, intereses del cártel, etc.

En resumen, las “devaluaciones competitivas” aún las podemos hacer, aunque no de la misma forma que antes. Tenemos más alternativas para reducir los costes de produccion y mejorar nuestra competitividad: mejora red de transporte de mercancías por ferrocarril, reduccion cotizaciones a la Seguridad Social, mejora de eficiencia de la Admnistracion Pública (procesos demasiado burocratizados), etc.

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