martes, 14 de diciembre de 2010

el ominoso árbol de la libertad

Pese a las deficiencias que hace aún adoptable y adaptable el kantismo por la vieja metafísica, Hegel es un kantiano convencido de que las “Críticas” son la salida del oscurantismo y el alba que saluda la libertad y dignidad recobrada por el hombre.
La libertad es la conquista del siglo, aún en la “Enciclopedia” lo repetirá, el reino de Dios en la tierra; sólo ahora, cuando la libertad tiene visos de ser posible, la moral, su inseparable compañera, volverá a existir.
Rousseau y Kant han desbrozado este camino por el que una alegre humanidad compuesta de individualidades libres, autónomas e irreductibles marchará hacia su propio conocimiento, creará un mundo como debe ser en lucha constante con la ignominiosa herencia de lo que es.
Para tal esfuerzo la ciencia, la filosofía, le ofrece todas sus armas. En la nueva Arcadia no crece el ominoso árbol del paraíso, sino el de la libertad.

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