jueves, 16 de diciembre de 2010

las emociones es lo único que tenemos

(esto lo voy a poner aquí en plan concienciación pero no me gusta y porque se ha hablado de maximalismo utópico y de etnia cultural)


Los expertos en cuestiones de neurociencia nos están diciendo que las cosas materiales, la etnia, la educación, cosas que eran hasta cierto punto muy importantes, no son tan importantes o lo son hasta un punto para la felicidad. Y lo que realmente tiene importancia son los afectos, son las relaciones con los demás, y ese es un terreno para el que tampoco nos preparan, ni nos explican que hay un aprendizaje emocional, a todos nos afecta el amor y el desamor. Esto es lo que nos dice también Elsa en su blog.


La felicidad está donde uno quiera buscarla, lo que está claro es que ese patrón de felicidad adictiva no funciona, no está haciendo felices a las personas, nos lo están diciendo las grandes cifras de enfermedades mentales. Se puede cambiar la palabra felicidad por la palabra economía adictiva.


Realmente lo único que somos son emociones, que las principales son cinco, la ira, el miedo, el asco, la felicidad y el odio, pero lo relevante aquí es que de estas emociones la mayoría son negativas, y las emociones positivas son menos. Entonces hay que saber que estamos programados para sobrevivir ante todo, y que ante las emociones positivas hemos de redoblar la conciencia y hacer un esfuerzo deliberadamente para que estas se puedan producir objetivamente. Para que sea realmente la profecía que se autocumple. Porque casi siempre las que se cumplen son las profecías negativas.


Hacemos desde niños muchas cosas para ganarnos el afecto de los padres o de los demás. Y parece que si no nos lo dan hay un desvalimiento absoluto, por eso, porque no estamos programados para que no nos quieran, sino al revés para que nos quieran, porque nosotros venimos de una manada, es algo evolutivo, y entonces el que se salía de la manada probablemente moría, necesitamos que los demás nos quieran, esto es una necesidad vital.


Y esto es quizá lo único seguro que podemos saber, las ideologías, las etnias todo eso no es más que una construcción intelectual, para ofrecer seguridad pero hay muy poca seguridad luego de cosas ciertas ahí.
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El miedo nos obliga, nos hace juzgar a las personas con etiquetas, lo que nosotros queremos desde el miedo es estar seguros de que estamos en la parte segura del mundo, entonces empezamos a dividir el mundo entre seguro e inseguro y hay que intentar soltar el miedo, es uno de los peores lastres.

Y que no hay nada seguro como tal, vivimos en la incertidumbre absolutamente. Entonces hay mucha gente que se pone en lo peor: “Y si no puedo llegar a lo que me he propuesto”. Debilitando su salud física, basta pensar eso para sentir ya la sensación que tendrías si todo eso se llegase a materializar de algún modo.



La seguridad que nos da vernos insertos en un relato y esas grandes verdades pues ahora ya la relativizamos y nos vemos como somos por dentro, seres contingentes, tanto como lo es el tiempo humano. 


Pero lo que se sabe es que para conseguir cosas positivamente hay que recrearse consciente y deliberadamente en ellas, es decir, tenemos que hacer un esfuerzo consciente más por ellas. Y claro, si hay miedo, sabemos la mayor parte de nuestra vida la pasamos atrincherados en nuestros miedos, y empezamos a poner etiquetas, de lo que es seguro e inseguro, cuando realmente hay muy pocas cosas seguras, seguras en este mundo. 


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