Ayer estuve en Antena 3 TV participando en el programa Tal Cual para comentar sobre el Destino. ¿Nuestro destino está marcado; nacemos con las cartas marcadas o, por el contrario, somos libres?
Difícil cuestión que pertenece a la filosofía y sobre el que la Astrología no puede pronunciarse de forma dogmática. Grandes mentes de todos los tiempos se ocuparon de la cuestión y todos están cargados de buenas razones, tanto lo que están del lado del determinismo como aquellos que creen en el libre albedrío.
Muchos me habéis escrito para decirme que me visteis en tele y que os supo a poco. La verdad es que aquello no fue más que una pincelada, así que por eso añado alguna reflexión más aquí.
Por supuesto, hay astrólogos que creen más en el determinismo, mientras otros piensan, como dejó escrito Santo Tomás de Aquino en la Suma Teológica, que “astra inclinant, sed non cogunt”, es decir, “los astros inclinan, pero no obligan”.
Empecé mi exposición señalando aquello que dijo John Lennon: “la vida es aquello que nos va sucediendo mientras nosotros hacemos nuestros planes”.
Décadas de experiencia como astrólogo me hacen pensar que el determinismo es mayor de lo que imaginamos. Pero, ¿qué pasa con ese –digamos, por decir algo- 50% que no está determinado de nuestro futuro? Es ahí, entre otras cuestiones donde me interesa la aplicación de la Astrología como herramienta de autoconocimiento y de conocimiento de los propios ciclos, de poder para mejorar nuestra existencia.
Por eso mismo, en una parte de mi libro Tu Suerte digo: "Todos tenemos un destino. Conecta con el tuyo y confía en tu buena estrella". Por las razones que allí explico, tener un destino, lejos de ser una condena, puede ser una auténtica bendición.
Dejando al margen las discusiones sobre el determinismo que ejerce en nosotros el ADN, el haber nacido en una raza, un continente, una determinada época histórica, en el seno de una determinada familia y un largo etc., existe un determinismo astral, objeto verdaderamente interesante de estudio.
Por un lado, nacemos con una carta astral concreta, en función de la fecha, hora y lugar de nacimiento, que señala la semilla que somos, el potencial que tenemos, un arquetipo, unas tendencias… Si plantas una semilla de manzano, nunca te saldrán melocotones. Ahí tenemos, pues, el primer determinismo astral.
El segundo, es el que se produce con los ciclos planetarios. Conforme los planetas van dando vueltas alrededor del Sol y de nuestra carta astral, van tocando puntos sensibles y nos van ocurriendo cosas. Todos tenemos unos ritmos que nos sintonizan con el Cosmos de una manera muy personal.
No, la Astrología, ya lo hemos dicho en otras ocasiones, no puede verlo todo. El astrólogo no es un adivino. Pero todo lo que puede decirnos la Astrología sobre nosotros mismos es tan interesante, tan fascinante…
En Astrología Mundial también se comprueba que hay unos ciclos por los que la historia se repite. Podéis ponerle comillas a la última palabra, pero tampoco son necesarias.
En un momento dado de aquella entrevista-tertulia de la tele, alguien confundió el destino con la suerte y el azar, cuestiones que conviene diferenciar, pero en eso ya entraremos otro día.
Publicado por Cassanya en 00:18 Enlaces a esta entrada
Etiquetas: destino, determinismo, John Lennon, libre albedrío, televísión
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