jueves, 21 de enero de 2010

vean el cine de Berlanga

Es que es tanto lo que las religiones a través de siglos y siglos nos han inculcado sobre el hecho de aceptar el sufrimiento, el dolor, no digamos la religión cristiana, que es normal que hoy día en esta sociedad hayamos rechazado todas esas concepciones por considerarlas apocalípticas, propias de la predestinación y también sospechosas de bastantes mentiras para seguir manteniendo el poder establecido que había.

Y realmente, tú lo dices Elsa, que las emociones negativas son más fáciles de ver, porque dejan una huella mayor y mucho más visible; y por eso yo veo muy bien cuando tú has hablado de manifestar de forma deliberada las emociones y los comportamientos positivos, porque esto es positivo, no solo para salud, porque nos levanta, sino para nuestro estado de ánimo.

El problema yo creo que está cuando de esas grietas no sale luz, porque no se puede, porque la realidad es limitada o porque la fuerza de la resiliencia y de la superación a veces es sobrehumana, no podemos alcanzarla. Y no sé qué decir.

Tú tienes un capítulo en tu libro que se titula “como ahuyentar la tristeza” y nos das algunas pautas, entre ellas, las de Richard Wiseman, incluso nos llegas a decir que las personas altruistas que se preocupan por el bien de los demás son más felices que las que solo buscan su autosatisfacción; y esto lo constatas por medio de estudios científicos.

Realmente es todo muy interesante, lo que estamos investigando ahora, yo no dejo de sorprenderme con todo lo que aprendo aquí contigo.

Yo no sé cómo podríamos llamar a esta nueva corriente porque desde luego no es un puro hedonismo, ni tampoco un rudo estoicismo, no, no lo veo así; yo antes te había comentado que el querer el sufrimiento y el padecimiento se puede querer porque lo asimilábamos a felicidad, goce o placer; mientras que el dolor era la afección que venía después cuando se deja de sufrir y de padecer, porque entonces adviene hacedía, tedio vital, hastío, y esto realmente es lo que produce dolor.

Es decir, si vemos un sufrimiento fructífero lo aceptamos como un goce, pero si nos lleva al vacío y a la nada, es la muerte del alma, creo que estamos jugando en una realidad muy difícil, y hay que ser un gran experto en emociones, yo creo, ¿no?

Yo creo que el drama de nuestra condición histórica es que se hayan disociados el sujeto pasional y el sujeto social.

El otro día le decía a un amigo, y lo digo aquí con el respeto que se merece este director de cine, vean el cine de Berlanga, por favor, vean donde la intimidad y la vida social, todo se conoce, de esta forma uno se conoce paradójicamente mejor a sí mismo, y se acepta mejor a sí mismo, y los demás nos aceptan mejor como somos, sólo es una sugerencia.

Gracias, como siempre, Elsa, muchos besitos!!!!


http://www.inteligenciaemocionalysocial.com/

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