Con esto del turismo va a terminar pasando lo mismo que sucede con las cifras del paro. Son tan distintas las cifras de resultados y crecimiento, según la fuente que se utilice, que producen desconcierto y desconfianza. Para empezar no conviene mezclar las cifras de turistas con las de ocupación hotelera, ni tampoco con las del número de pernoctaciones. Reflejan realidades distintas con metodologías de muy diferente garantía. Los políticos miran la cifra de visitantes porque les interesa el gasto producido a efectos de actividad comercial e ingresos de divisas, mientras que a la industria hotelera sólo está interesada en el número de pernoctaciones. El hecho es que el "turismo" (se mida como se mida) estaba muy mal a principios de temporada y ahora está mucho peor. Si para conseguir ocupación (en los aviones, en los hoteles) hay que perder margen de beneficio es que la campaña no estaba siendo la esperada.
En este sector, la demanda se conoce porque la contratación de reservas se hace con casi un año de anticipación. En este año no ha habido guerras, ni subidas inesperadas del precio de los combustibles de aviación. Habrá sido por haber infravalorado la desaceleración económica en los países emisores (Alemania y Reino Unido-debido a la caída del eurolibra) o por un exceso de confianza o por un defecto de promoción. Si fuera así habría soluciones para el año que viene. Lo peor es que quizás hayan salido al mercado del turismo de masas nuevos destinos mejores en calidad-precio. Si es así, esa competencia ha llegado para quedarse y pondrá en evidencia un exceso de oferta turística en España. Si fuera así el sector debe esperar la desaparición de las empresas financieramente menos potentes (air comet) y las fusiones de las más endeudadas.
No es fácil que España pueda recuperar el negocio turístico sobre una mejora en la calidad/precio. La solución tampoco está en promover el turismo cultural. La gran masa de turistas que vienen a España no quiere cultura, sino sol, playa, alcohol y diversión a precios accesibles. Hoy por hoy, y también mañana, proporciona más turistas y más dinero el modelo Benidorm o el modelo que incluye parques de ocio para niños, que el modelo del La Liébana. Y dará más dinero el modelo que hoy intenta reducir los perjuicios de la masificación turística para que se queden los viajeros de rentas altas.
TURISMO
Hoy se publica en EL PAÍS pág 19 un resumen del informe de Esceltur sobre el turismo en España, al que en plan lloriqueo, se califica "un año para olvidar". En este mercado los empresarios han ganado fortunas durante decnas de años consecutivos, sin que hayan querido modificar su oferta para lograr una nueva demanda de calidad. Ahora el turismo hacia España depende del turismo de jubilados, pero hasta en eso Grecia nos supera. El negocio es cílcio, y opr ello es el momento para que los empresarios acudan al ICO para conseguir una financiación que los bancos no les dan. Sería una oportunidad para modificar la oferta. Deberían de dejar de lloriquear como hace Juan Carlos Delgado de Accor. Esto de bajar los precios por habitación debería estar prohibido por el Gobienro. Si los empresarios quieren ayuda que peleen con los ayuntamientos para modificar el entorno, el acceso y la caidad de los servicios municipales; pero como estamos en plena guerracivilista, al amigo Rajoy no se le ocurre más que pedir que no se suba IVA, se reduzcan las cotizaciones a la seguridad social y se rebajen las tasas aeroportuarias, al menos un 50 %.
La sociedad española es una sociedad moderna y compleja pero que no ha perdido el recuerdo de cuando era "pobre". Así sigue confiando todo al Estado, para que sea lo "público" quien le saque de los apuros económicos. La sociedad española está infantilizada, tal y como describe muy bien Julio Llamazares en EL PAÍS pág 33.
http://www.elpais.com/articulo/opinion/sociedad/infantilizada/elpepiopi/20100117elpepiopi_4/Tes
Dice Julio Llamazares: lo que la gente tiene que comprender es algo tan evidente como que, cuando nieva, no se pueden hacer las mismas cosas que cuando el cielo está despejado y el suelo limpio.
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